Prepara una saludable ensalada templada de trigo sarraceno, bimi y batata
¿Quién dijo que las ensaladas eran aburridas? ¡Error! Combina sabores y texturas y podrás preparar deliciosos platos verdaderamente saludables. ¡Anímate!
Lejos han quedado las ensaladas de lechuga, tomate y cebolla. Con un plato tan versátil como este, sería imperdonable no experimentar, mezclar y probar nuevas combinaciones. Pero no solo eso, sino que además se puede jugar con las texturas y las temperaturas.
Hoy proponemos una ensalada rapidísima de hacer, con una vinagreta de toques cítricos, templada y con ingredientes que no son los convencionales en este tipo de platos que seguro os va a encantar.
Tiempo de preparación: 20 minutos Dificultad: Fácil Comensales: 2
Ingredientes
- 1 paquete de bimi
- 1 batata pequeña
- 100 g de trigo sarraceno
- 1 cucharada de aceite de lino
- 1 cucharada de zumo de limón
- Sal
- Pimienta
- Cebollino
Elaboración
- Comienza poniendo un cazo con agua y sal a hervir. Añade el trigo sarraceno y cuece durante 10 minutos. Escurre y reserva.
- Corta la batata en rodajas del grosor de un dedo meñique y ponlas en un bol apto para el microondas. Echa un chorrito de agua, tapa el bol con una tapa de plástico (apta para microondas también) y mételo al micro a máxima potencia durante 4 minutos. Saca, escurre el agua sobrante y reserva
- Por otro lado, corta los troncos del bimi pues no los vamos a usar. Pon las flores en un plato y cocínalas al microondas a máxima potencia durante 4 minutos.
- Sirve los ingredientes en un bol y prepara la vinagreta. Para ello, pon una cucharada de aceite de lino en un cuenco. Añade el zumo de limón, la sal y la pimienta negra. Mezcla bien hasta que se emulsione. Vierte sobre la ensalada y mezcla bien.
- Acaba añadiendo un poco de cebollino fresco picado y sirve templada.
El truco final
Aprovecha siempre las frutas, verduras y hortalizas de temporada. Con ellas conseguirás preparar sorprendentes ensaladas con diferentes texturas y sabores.
Lejos han quedado las ensaladas de lechuga, tomate y cebolla. Con un plato tan versátil como este, sería imperdonable no experimentar, mezclar y probar nuevas combinaciones. Pero no solo eso, sino que además se puede jugar con las texturas y las temperaturas.