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Cinco recetas para cocinar estos días de encierro con los niños
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Cinco recetas para cocinar estos días de encierro con los niños

Introducir a los más pequeños en la preparación de alimentos puede ayudarles a mejorar sus hábitos nutricionales al tiempo que padres e hijos disfrutan de una actividad en común necesaria hoy más que nunca en el aislamiento

Foto: Los niños pueden también contribuir en la cocina.
Los niños pueden también contribuir en la cocina.

Cocinar con niños y niñas puede ser una experiencia muy satisfactoria para ellos y para sus progenitores. No significa que en un futuro vayan a convertirse en chefs de estrella Michelin, pero sí que puede ser un momento de diversión que les aportará beneficios en la vida. De esta manera, ellos pueden aprender no solo a realizar los distintos procesos para la elaboración de cada plato, sino que pueden comenzar a identificar alimentos y comprender sus diferencias en aspectos y sabores. Todo esto contribuye a mejorar sus hábitos alimenticios, como señala un estudio del año 2016 en Irlanda, al tiempo que les hace partícipes en ciertas tareas del hogar que resultarán de utilidad para el día del mañana.

Para introducirles en la cocina, hay una serie de recetas que, por su facilidad, pueden empezar a elaborar con la ayuda y supervisión de un adulto. En Alimente hemos recopilado cinco preparaciones aptas para niños de todas las edades.

Brochetas de frutas

Las frutas son uno de los alimentos que más fibra y antioxidantes pueden aportar al organismo. Para hacer que a los niños les resulte más divertido comerlas se les puede hacer partícipes del proceso de preparación de una receta que las incluye. Las brochetas son un ejemplo de elaboración sumamente fácil.

Para realizarlas únicamente hay que escoger las frutas favoritas de cada niño. Los adultos pueden cortarlas previamente y permitir que sean los más pequeños quienes las vayan colocando en un palillo. También pueden utilizar plátanos, por ejemplo, ya que los pueden separar ellos mismos con las manos al ser blandos. Si se prepara también una salsa de chocolate o se emplea un sirope de bote, se les puede dejar que lo viertan sobre la brocheta con cuidado de que no pongan todo perdido y tengan que chuparse los dedos. 2 o 3 raciones de frutas diferentes serán suficientes para hacer dos brochetas muy completas.

placeholder Brochetas de frutas.
Brochetas de frutas.

Pizza

Preparar la masa de un pizza y dejar que sean los niños los que se pongan a amasarla se puede convertir en toda una experiencia con la que pasar la tarde. Los padres y madres pueden dejar previamente preparados todos los ingredientes que se vayan a usar como el queso, los champiñones, las verduras o las carnes cortadas para evitar riesgos. Después es ya labor de los pequeños comenzar a repartir la salsa de tomate por toda la base y echar por encima todo lo que ellos quieran.

Conviene supervisar que distribuyen correctamente todos estos alimentos para que así no haya zonas que, por ejemplo, no tengan queso o champiñones, un descuido que puede ocurrir en más de un ocasión. Una práctica muy recurrente es la de crear pizzas aprovechando la disposición de los ingredientes para crear formas o caras. Para ello solo hay que contar con harina, agua, sal y levadura para la masa o comprarla ya hecha, y para completarla solo hay que escoger lo que más le guste a cada uno.

Pasta con tomate

Si hay un tipo de comida que encanta prácticamente a todos los niñas y niños es la pasta. Esta es muy versátil ya que se puede elaborar con cualquier tipo de ingrediente. No obstante, el clásico que nunca falla es la pasta con tomate. Y es que esta además es una receta en la que los infantes pueden participar en casi todas las fases de su elaboración.

Los más pequeños tienen la posibilidad de ayudar a verter agua en la olla y ponerla sobre el fuego mientras está apagado. Si se tiene una vitrocerámica o cocina de inducción, también pueden encenderla con la supervisión de un adulto. Una vez acabado, alguien tiene que escurrirla por ellos, pero después pueden echarle por encima la salsa de tomate, el queso y el orégano, si se desea. Con 50 gramos de pasta, cuatro cucharadas de tomate y 30 gramos de queso, los más pequeños disfrutarán de un buen plato.

placeholder Pasta con tomate.
Pasta con tomate.

Fajitas de queso

Si los pequeños disfrutan con el queso caliente y fundido, lo harán también con las fajitas o quesadillas. Solo hay que conseguir tortillas de trigo que ellos podrán rellenar con queso en lonchas. Si las enrollan formarán fajitas, si las dejan como una base redonda sobre la que colocan otra tortilla se podrá crear la estructura de una quesadilla. Posteriormente las calentarán en el microondas para que se funda el queso. No obstante, el resultado es mejor si se cocinan en una plancha, aunque este paso deberían darlo los mayores de edad. 2 lonchas de queso de unos 20 gramos son suficientes para cada tortilla.

Magdalenas

Entre las opciones dulces para postres, meriendas o desayunos, las magdalenas conforman una de las opciones más fáciles y divertidas de elaborar con niños. Se trata de un alimento con mucho azúcar, por lo que deben comerlas con moderación y no abusar diariamente de ellas.

Los ingredientes que se necesitan para hacer unas 15 magdalenas son: tres huevos, 200 gramos de harina de trigo, 200 gramos de azúcar, 200 mililitros de aceite de girasol, medio vaso de leche, un sobre de levadura y un limón.

Los niños pueden comenzar tamizando la harina y la levadura, y posteriormente mezclando el azúcar y los huevos, aunque es necesario que este paso se haga de manera intensa para crear la mezcla adecuada. Ellos también pueden incorporar progresivamente el resto de los ingredientes mientras los adultos baten todo. Después lo echarán en los moldes que irán al horno para ser cocinado.

placeholder Magdalenas.
Magdalenas.

Cocinar con niños y niñas puede ser una experiencia muy satisfactoria para ellos y para sus progenitores. No significa que en un futuro vayan a convertirse en chefs de estrella Michelin, pero sí que puede ser un momento de diversión que les aportará beneficios en la vida. De esta manera, ellos pueden aprender no solo a realizar los distintos procesos para la elaboración de cada plato, sino que pueden comenzar a identificar alimentos y comprender sus diferencias en aspectos y sabores. Todo esto contribuye a mejorar sus hábitos alimenticios, como señala un estudio del año 2016 en Irlanda, al tiempo que les hace partícipes en ciertas tareas del hogar que resultarán de utilidad para el día del mañana.

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