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Receta: albóndigas sin huevo ni gluten que tienen todo el sabor
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Perfectas bolas de carne

Receta: albóndigas sin huevo ni gluten que tienen todo el sabor

Las posibilidades de este plato español son tan variadas como deliciosas. Te proponemos una opción saludable gracias a su forma de preparación, que evita ciertos ingredientes

Foto: Foto: iStock.
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Las recetas de albóndigas más antiguas datan del Imperio romano. Progresivamente, este plato se ha convertido en uno de los más socorridos para cualquier hogar aunque, todo sea dicho, quizá ha perdido su encanto al convertirse, en el peor de los casos, en una bola de carne picada mezclada con leche, harina y huevo, cuyo sabor no brilla por su exquisitez.

Por suerte, es posible poder preparar unas albóndigas ligeras aptas para celiacos y para toda la familia. El aporte de proteínas, minerales y vitaminas será mucho mayor y podrás prepararlas rápidamente sin renunciar a tu salsa o a tu guarnición favorita, pero ganando en salud y en sabor.

Tiempo de preparación: 30 minutos. Dificultad: Ninguna. Coste: Económico. Comensales: 4-5 personas.

Ingredientes

  • 500 gramos de lomo de cerdo (si es ibérico mucho mejor) picado
  • 250 gramos de boniato
  • 100 gramos de cebolleta
  • Una cucharadita de jengibre (mejor si se ralla en el momento)
  • Un poco de canela
  • Dos hojas de menta picadas
  • 60 gramos de almendra molida
  • Sal
  • Pimienta
  • Sésamo
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Foto: iStock.

Elaboración

  1. Corta el boniato y la cebolla a daditos y coloca el resultado en un bol apto para microondas. Cubre con papel film, haz unos agujeros para que entre el calor y mételo en el horno a máxima potencia durante un minuto. Comprueba la textura con un tenedor. Si están duras, 30 segundos más han de ser suficientes para conseguir el punto adecuado.
  2. Tienes dos opciones: o comprar el trozo de lomo en la carnicería y pedirle al carnicero que te la pique, o comprarlo y picarlo en casa si tienes una picadora a tal efecto. La carne has de mezclarla con las especias y con la verdura en caliente. La idea es conseguir una masa homogénea con la que se pueda trabajar fácilmente.
  3. Cuando compruebes que la masa se despega de las manos, podrás comenzar a darles forma a tus albóndigas. Recuerda hacerlas pequeñitas. Rebózalas en almendra molida. En caso de que algún comensal sea alérgico a los frutos secos, déjalas tal cual. Precalienta el horno a 180º.
  4. Coloca un papel vegetal sobre una bandeja de horno. Sobre la misma, coloca una parrilla donde dispondrás las albóndigas. En unos quince minutos ya tendrás tus albóndigas cocinadas a la perfección y mucho más jugosas de lo habitual.
  5. Termina, si te agrada la idea, pasándolas por un plato con semillas de sésamo para que tengan un toque crujiente.
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Los trucos finales

  • Estas albóndigas pueden degustarse con tu salsa favorita. Aceptan a la perfección un sofrito casero o la habitual salsa de cebolla y vino fino.
  • Tomarlas frías con una mayonesa de aguacate o en una ensalada de pasta.
  • Presentarlas con una menestra casera o con una sencilla ensalada, ya que este plato se amolda a todas las estaciones del año con enorme facilidad.
  • Los amantes del picante pueden añadir a las especias arriba mencionadas un toque de cayena para conseguir convertir esta receta en una delicia irresistible.

Las recetas de albóndigas más antiguas datan del Imperio romano. Progresivamente, este plato se ha convertido en uno de los más socorridos para cualquier hogar aunque, todo sea dicho, quizá ha perdido su encanto al convertirse, en el peor de los casos, en una bola de carne picada mezclada con leche, harina y huevo, cuyo sabor no brilla por su exquisitez.

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