El helado y el queso se unen para darte el placer veraniego definitivo
Si están hechos en casa son una estupenda alternativa saludable que se libra de aditivos y contiene menos calorías. Disfruta de esta sencilla receta y da la bienvenida al verano
Los helados caseros son una estupenda alternativa para disfrutar de ellos sin necesidad de incorporar aditivos, colorantes y azúcar de más. Es un postre ideal para los niños en verano y para todos aquellos que no tienen demasiado apetito y necesitan un plato nutritivo.
Este helado de queso que te presentamos está elaborado con ingredientes muy sanos: queso de untar, yogur, azúcar y poco más. Si quieres aportar más calcio a tu dieta, elige un helado casero. Además, te damos algunas sugerencias para que tu helado te quede perfecto en su sabor y en su presentación.
Tiempo de preparación: 10 minutos y 4 horas de congelador. Dificultad: Fácil. Coste: Económico. Comensales: 4.
Ingredientes
- 500 gramos de queso blanco de untar
- 4 yogures naturales
- 250 gramos de azúcar glas
- Vainilla en polvo o esencia de vainilla (opcional)
- Una pizca de canela en polvo (opcional)
- Un chorrito de limón (opcional)
- Caramelo, chocolate líquido, cacao o canela en polvo o mermelada de frambuesas para acompañar
Elaboración
- Bate los yogures con una varilla.
- Añade el azúcar, la vainilla y la canela y mezcla. También puedes ponerle un chorrito de limón.
- Incorpora el queso y vuelve a batir hasta que te quede una crema suave.
- Mete la mezcla en el congelador unas 4 horas.
- Puedes servirlo con mermelada, caramelo, chocolate líquido, frutos secos... Y recuerda el queso con pasas o mermelada de frutos rojos o frambuesa combina muy bien.
Truco final
Esta receta es muy versátil. Tan solo cambiando el sabor del yogur puedes tener un delicioso helado cremoso de queso con sabor a fresa o a limón, por ejemplo. En ese caso no le pongas canela o vainilla, la combinación no resulta demasiado bien.
Para que tu helado se quede perfecto es importante que no se cristalice. Para ello ponlo en una cubitera de hielo. Se enfriará mucho antes y evitarás el efecto escarchado que arruina hasta el mejor de los helados. Otra forma es moverlo con una cuchara a la hora y después cada 30 minutos.
Para que no coja sabor de otros alimentos, guárdalo en un recipiente con tapadera hermética.
Para servirlo, sácalo unos minutos antes para que resulte más cremoso, con más sabor y no te moleste en los dientes.
Puedes añadir tu helado de queso a un café solo o con licor, una bebida estupenda para el verano. También puedes presentarlo en una tulipa de galleta para helado, en una copa de cristal especial junto con unos barquillos o sobre unas galletas o un bizcocho.
Si quieres sorprender con tus helados caseros y en concreto con este de queso, esmérate en la presentación. Adórnalo con unas virutas de chocolate o caramelo de colores y un poquito de nata. Y si quieres una versión más saludable, puedes ponerle unas fresas o unas rodajas de kiwi y unas hojas de hierbabuena o menta, e incluso ¡una margarita!
Los helados caseros son una estupenda alternativa para disfrutar de ellos sin necesidad de incorporar aditivos, colorantes y azúcar de más. Es un postre ideal para los niños en verano y para todos aquellos que no tienen demasiado apetito y necesitan un plato nutritivo.