El plato típico de Aragón que triunfa en invierno: cómo prepararlo en casa con la receta tradicional
Este plato tradicional aragonés se ha convertido en un imprescindible durante el invierno. Su sabor, textura y preparación lo hacen perfecto para disfrutar en casa con una receta auténtica y sencilla
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Cuando las temperaturas bajan y el frío se instala en Aragón, los platos tradicionales ganan protagonismo en la mesa. Entre ellos, uno destaca por su capacidad de ofrecer calor y sabor en cada bocado, convirtiéndose en un imprescindible en los hogares y restaurantes durante los meses de invierno, aunque en realidad es popular durante todo el año.
Considerado uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía aragonesa, el ternasco asado ha sido durante generaciones una de las recetas más apreciadas en hogares y restaurantes de la región. Su preparación se ha mantenido prácticamente intacta con el paso del tiempo, respetando los ingredientes y técnicas que le otorgan su sabor característico y su textura jugosa.
El ternasco de Aragón, amparado por la Indicación Geográfica Protegida (IGP) desde 1989, proviene de corderos alimentados con leche materna y cereales naturales, criados en explotaciones tradicionales. Gracias a este proceso de crianza, la carne obtiene un gran equilibrio entre ternura y sabor, lo que la convierte en una opción ideal para asados.
Las claves de su éxito residen en su sencillez y la calidad del producto. Cocinado a baja temperatura y acompañado de ingredientes como ajo, laurel y tomillo, este asado destaca por su aroma inconfundible y su capacidad para conquistar cualquier mesa. Aunque suele disfrutarse en restaurantes especializados, cada vez más personas buscan prepararlo en casa con resultados profesionales.
Receta del ternasco asado aragonés
Estos son los ingredientes para preparar ternasco en "asado perfecto", según la receta de la web oficial de Ternasco de Aragón IGP, que está pensada para que puedan comer hasta cuatro personas:
- 2 paletillas de Ternasco de Aragón IGP, marcadas para asar
- 1 kg de patatas
- Sal fina
- 4 dientes de ajo
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- 0,5 litros de vino blanco
- Laurel
- Tomillo en hoja
- Perejil fresco
- Agua
Para lograr un asado jugoso y con la piel dorada, es fundamental precalentar el horno a 150 °C antes de comenzar. Mientras tanto, las patatas se cortan en rodajas gruesas y se colocan en una bandeja con sal, ajo, laurel y agua, permitiendo que se cocinen lentamente en su propio jugo.
Las paletillas de ternasco se salan por ambos lados y se untan con una fina capa de aceite de oliva antes de colocarlas en otra bandeja con la piel hacia abajo. Se añaden dientes de ajo y ramas de tomillo, y ambas bandejas se introducen en el horno, con la carne a media altura y las patatas en la parte inferior.
Tras 30 minutos de cocción, las paletillas se giran y se riegan con un poco de vino blanco. Pasados otros 30 minutos, se incorporan medio litro de agua para mantener la jugosidad del asado. Finalmente, se deja cocinar 45 minutos más, hasta que la piel adquiera un tono dorado y crujiente.
Este plato tradicional se sirve acompañado de las patatas asadas y, opcionalmente, con una ensalada sencilla de lechuga, cebolla de Fuentes y olivas negras del Bajo Aragón, aliñada con aceite y vinagre. Una combinación que resalta el sabor del ternasco y mantiene viva una de las recetas más icónicas de la gastronomía aragonesa.
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