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El plato típico de Extremadura que triunfa en invierno: receta para prepararlo en casa
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Gastronomía tradicional en invierno

El plato típico de Extremadura que triunfa en invierno: receta para prepararlo en casa

Los meses fríos invitan a disfrutar de recetas contundentes y con historia. En Extremadura, uno de los platos más representativos de su gastronomía se ha convertido en una tradición invernal

Foto: El plato típico de Extremadura que triunfa en invierno: receta para prepararlo en casa (iStock)
El plato típico de Extremadura que triunfa en invierno: receta para prepararlo en casa (iStock)

Consideradas un plato humilde pero lleno de tradición, las migas extremeñas han sido durante generaciones un alimento esencial en los hogares de la región. Su origen se remonta al mundo rural, donde eran el desayuno energético de los jornaleros y pastores antes de afrontar largas jornadas de trabajo. A día de hoy, han trascendido su función original y se han convertido en un símbolo de la gastronomía extremeña, presente en reuniones familiares y festividades.

La receta tiene una base sencilla, pero su éxito depende de la calidad de los ingredientes y la técnica de elaboración. El pan asentado, el ajo y el aceite de oliva son fundamentales, mientras que los acompañamientos varían según la zona y las preferencias personales. Torreznos, chorizo, pimientos o incluso uvas son algunos de los ingredientes que suelen incorporarse, aportando matices únicos a cada versión.

Foto: Migas con chorizo. (iStock)

Además de su versatilidad, las migas destacan por su capacidad de reconfortar en los días más fríos. Cocinadas a fuego lento y removidas constantemente hasta alcanzar la textura ideal, se sirven como plato principal o acompañadas de guarniciones que equilibran su sabor. Aunque su consumo es habitual durante todo el año, es en invierno cuando más se disfrutan en las casas extremeñas y en restaurantes tradicionales.

Receta de las migas extremeñas

Estos son los ingredientes para preparar migas al estilo extremeño, siguiendo la receta tradicional​ para que puedan comer hasta cuatro personas:

  • 500 g de pan asentado (pan de varios días)
  • 100 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 6 dientes de ajo
  • 1 cucharadita de sal
  • 150 g de panceta o torreznos
  • 150 g de chorizo
  • Pimiento rojo y verde (opcional)
  • Uvas o granada (opcional, para acompañar)
  • 250 ml de agua caliente
  • 20 g de pimentón agridulce de la Vera

El primer paso es trocear el pan en pequeños dados y humedecerlo con agua caliente sin empaparlo en exceso. Lo ideal es utilizar aproximadamente la mitad de agua en relación con la cantidad de pan. Se remueve bien para distribuir la humedad de manera uniforme y se deja reposar toda la noche, cubierto con un paño. Este proceso es clave para obtener unas migas crujientes por fuera y tiernas por dentro.

Al día siguiente, en una sartén grande, se calienta el aceite de oliva y se doran los ajos cortados por la mitad. A continuación, se añaden la panceta y el chorizo en trozos pequeños, dejando que suelten su grasa y aporten sabor. Cuando estén bien dorados, se retiran y se reservan.

Foto: El Restaurante Atrio de Cáceres tiene tres Estrellas Michelin (atriocaceres.com)

En el mismo aceite, se incorpora el pan humedecido, removiéndolo constantemente con una espátula o cuchara de madera para evitar que se fría y asegurando que su textura quede suelta y uniforme. Este proceso puede durar unos 30 minutos, hasta que el pan se deshaga en migas doradas y crujientes. En los últimos minutos, se reincorporan los torreznos y el chorizo, mezclando bien para que todo quede integrado.

A continuación, se añade pimentón agridulce de la Vera, removiendo bien para potenciar su sabor tradicional. En paralelo, los pimientos rojo y verde se pueden freír aparte en otra sartén para evitar que ensucien el aceite de las migas, aunque también pueden cocinarse junto a ellas desde el inicio. Una vez bien escurridos, se añaden a la mezcla final.

Las migas extremeñas se sirven calientes, acompañadas opcionalmente de uvas, granada o incluso un huevo frito. Su sabor rústico y su textura crujiente las convierten en un plato perfecto para disfrutar del invierno con la esencia más auténtica de Extremadura.

Consideradas un plato humilde pero lleno de tradición, las migas extremeñas han sido durante generaciones un alimento esencial en los hogares de la región. Su origen se remonta al mundo rural, donde eran el desayuno energético de los jornaleros y pastores antes de afrontar largas jornadas de trabajo. A día de hoy, han trascendido su función original y se han convertido en un símbolo de la gastronomía extremeña, presente en reuniones familiares y festividades.

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