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Hoy en tu cocina, mañana en Wallapop: auge y caída de la freidora de aire y otros cacharros
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¿TE ACUERDAS DE TU 'RACLETTE'?

Hoy en tu cocina, mañana en Wallapop: auge y caída de la freidora de aire y otros cacharros

Las 'raclettes', los robots aspiradora, las cafeteras de cápsulas o las panificadoras han entrado y salido rápidamente de nuestras vidas, lo que dice mucho de la vida en el siglo XXI

Foto: Un nuevo miembro en la familia. (iStock)
Un nuevo miembro en la familia. (iStock)
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Si estás leyendo esto, es muy probable que hayas regalado recientemente una freidora de aire, que te hayan regalado una o incluso que por tu cuenta y riesgo hayas adquirido una con tu propio dinero. Es también posible, si eres un poco observador, que te hayas percatado de que el air fryer ha sido el regalo estrella de las últimas campañas navideñas.

Miles, millones de españoles posaron este 6 de enero con su freidora a un lado y con su madre al otro, de igual manera que lo hicieron en años pasados con sus raclettes, fondues, yogurteras, iPad y iPod, Thermomix, Roombas (o Congas), aspiradoras Dyson, cafeteras Nespresso, panificadoras, ollas Crockpot o lo que se tercie, dependiendo del año y de los posibles familiares. Algunos de estos nombres se pierden en la noche de los tiempos generacional, como el de la raclette, otros serán la moda del año que viene. Aparatos que duermen el sueño de los justos en el fondo del trastero como Tutankhamon en su sarcófago o que pasaron a mejor vida en Wallapop. ¿Terminará en el mismo lugar tu freidora o sobrevivirá?

"Triunfan porque cada vez tenemos menos tiempo y lo queremos gastar en nosotros"

La historia del auge y caída de estos aparatos y el boom de las freidoras en particular dice mucho más de lo que pensamos de nuestra época. En primer lugar, porque no es casualidad que las air fryers, que se inventaron en 2005, hayan explotado ahora y no en otro momento, de igual manera que tiene sentido que el confinamiento impulsase un boom de panificadoras. La posibilidad de freír sin aceite, de manera mucho más saludable, sintoniza con el boom de lo healthy: "Los departamentos de Marketing buscan encontrar el hueco y la oportunidad para el consumidor y el consumo saludable es una tendencia que está en la calle", explica Neus Soler, tutora del Grado en Investigación y Técnicas de Mercado de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC).

Una de las razones del éxito de la freidora de aire está relacionado con nuestro presente inmobilario: como alternativa diminuta al horno es perfecta para casas pequeñas, para vivir de alquiler o en pisos compartidos, como ocurre con tantos jóvenes que estos años han recibido una de sus padres. Nadie se muda con su horno a cuestas.

placeholder La panificadora, el electrodoméstico pandémico por antonomasia.
La panificadora, el electrodoméstico pandémico por antonomasia.

"Las freidoras son un aparato que está en el término medio entre la facilidad de cocinar, la conciencia de que es saludable y que no te cabe un horno", explica Carolina Denia, periodista especializada en tecnología, youtuber y CEO de Clipset. "Te da una utilidad estupenda, calienta mejor que un microondas, deja la comida crujiente, ocupa un espacio razonable comparado con un horno y te promete que estás cocinando con menos grasas que una freidora convencional".

La experta tiene su freidora desde hace 10 años, pero ha sido ahora cuando se ha producido la tormenta perfecta. "Un amplio número de fabricantes se ha embarcado en esto, que es lo que suele suceder: salvo que seas Apple, hay que esperar a que varias marcas se lancen a un mismo producto para que sea tendencia", explica Darias. A ello han contribuido también las marcas chinas, que están produciendo una larga serie de alternativas baratas.

"Parece impensable vender hoy tu freidora en Wallapop, pero dale un año o dos"

Hay algo que une a casi todos esos dispositivos que irrumpen en nuestras vidas: nuestra rampante falta de tiempo libre. Como recuerda Soler, "todos estos productos, aunque sean muy diferentes, dan el mensaje de que vas a ahorrar el tiempo que hasta ahora dedicabas a hacer algo que no era placentero".

El periodista de tecnología Javier Lacort dedicó la última entrada de su newsletter precisamente a las freidoras de aire, que consideraba un atajo vital a cambio de unos pocos euros. "Error —matiza—. Suelen ser compromisos de bajo nivel: gastar 25, 50 o 100 euros en algún cacharro pensando que con eso mejoraremos sin mucho esfuerzo, ya sea comiendo mejor, haciendo más ejercicio o adoptando hábitos más saludables, es el equivalente marítimo a remar con un colador".

"Todo esto tiene que ver con que cada vez tenemos menos tiempo libre y cada vez más la conciencia de que no queremos usarlo en cocinar o limpiar", coincide Denia. Como recuerda, hace no tanto tiempo que la gente se pasaba horas y horas haciendo yogures, mientras que ahora la Thermomix se utiliza para hacer los menús de toda la semana en intensas sesiones de batch cooking, también llamado "cocino hoy y hasta el domingo que viene me olvido".

El consumidor tarado (Albert Vinyals)

Quien tiene precisamente una yogurtera en el fondo de su armario es Albert Vinyals, especialista en psicología del consumidor, autor de El consumidor tarado y profesor en Escodi: "En el momento que estás usando esta clase de objetos ves impensable dejar de utilizarlos, porque cubren una necesidad y te otorgan una solución espectacular, como la yogurtera hace 10 años”. A medida que pasa el tiempo, nos olvidamos de ellos. Eso puede ocurrir con las demandadas freidoras de aire: “Hoy parece impensable que estén en Wallapop, pero dale un año o dos como mucho".

Tú también necesitas una

"Tienes menos calle que una Roomba en el trastero" (proverbio del siglo XXI, avistado en Twitter).

Si tienes una freidora de aire en casa, es probable que hayas llegado a ella a través del siguiente proceso. Quizás alguien te habló de ella, te pareció interesante, pero no muy útil, y lo dejaste pasar. A la semana siguiente, otro amigo comentó lo bien que quedaban las patatas fritas. Y otro el brócoli. Y otro, y otro, y empezaron a brotar las fotos en Instagram, y de repente, un buen día te levantas y tienes una freidora de aire en la encimera de casa sin saber qué ha pasado cuando un par de meses atrás no sabías ni lo que era.

placeholder Una Thermomix, después de dar a luz los postres del día. (Foto: Thermomix)
Una Thermomix, después de dar a luz los postres del día. (Foto: Thermomix)

"Es como pasaba con la Thermomix, que antes se asociaba a familias pudientes", explica Denia. "Al final, llega el vecino y te dice que ha hecho unas lentejas buenísimas y solo ha tenido que meter las cosas". Algo semejante a la necesidad que generaban las reuniones tupperware que introdujeron los recipientes en nuestras vidas y en las que se exhibían las bondades de los famosos tuppers: nada mejor que un amigo en quien confías para hacerte comprar un aparato que no sabías que necesitabas. Hoy, la irrupción de influencers y youtubers que exponen de manera familiar y cotidiana esos aparatos se ha unido a tus amigos en esa conspiración.

"Es un proceso de uniformidad social", valora Vinyals. "Queremos sentirnos únicos, pero dentro del grupo, porque es el que te valida y te hace pensar que es una buena opción". Además, hoy estos inventos están por todas partes. Han salido de las tiendas de electrodomésticos, que apenas quedan, y han entrado en los supermercados y en los anuncios que te asaltan sin parar al navegar por internet después de que un día te diese por teclear "freidora de aire" en la barra de búsqueda de Google.

"No superan los 150 euros, es un regalo asumible y son vistosos"

Un factor más que contribuye a su éxito es que se mueven en un rango de precios ideal para convertirse en el regalo de emergencia perfecto. "Parte del auge de estos productos se explica porque no superan los 150 euros, es un regalo asumible para el entorno familiar y es vistoso", explica Denia. “Da la sensación de que un altavoz o una freidora son un regalazo; en ese margen hay un montón de electrodomésticos muy regalables”. El mejor ejemplo, añade, son todas esas pulseras de Xiaomi que desaparecieron de nuestras muñecas en algún momento entre 2016 y 2020, o el HomePod mini de Apple, que se vendió como churros porque no superaba la barrera mental de los 99 euros. Un precio tan reducido que "la gente puede decir que si no sale bien, tampoco les ha salido tan caro".

El mundo de los electrodomésticos es limitado y la mayoría de nuestras necesidades están cubiertas, por lo que, si nos ponemos rigurosos, no necesitamos muchos más aparatos. El gran reto para muchas compañías es asomar la cabeza en el mercado creando una necesidad de la noche a la mañana. "Está el factor del consumidor sobreequipado: ¿qué le regalo yo a la madre, tía o abuela que ya tiene todo?", se pregunta Vinyals.

placeholder ¿Cuántas freidoras de aire habrá en esos paquetes? (PixaBay)
¿Cuántas freidoras de aire habrá en esos paquetes? (PixaBay)

"Estos aparatos son la salvación del regalo. El boom del Nespresso fue en pleno 2012, el año más crudo de la crisis y en el que más cafeteras se vendieron porque era la solución perfecta: si ya tiene de todo, ¿qué le vamos a regalar?". Objetos que el regalado probablemente no tenga, pero, por esa misma razón, objetos que no volverán a ver la luz del sol después de usarlos una o dos veces ("este finde fondue, ¿eh?").

El barniz de exclusividad con el que se identifican algunos de estos aparatos provoca que el público se lance a comprarlos cuando bajan de precio o aparecen alternativas, como ocurrió con la Monsieur Cuisine Plus de LIDL respecto a Thermomix o las cápsulas para Nespresso de otras marcas. "En los productos tecnológicos hay mucha gente que cae en las novedades por el estatus que tienen, y que pierden interés cuando se democratizan; llegan a la gran masa y desaparecen", recuerda Soler.

No todo es igual

"Se vende Nespresso a estrenar" (visto una y otra vez en Wallapop, variante del siglo XXI del famoso relato de Ernest Hemingway).

Ve al trastero o abre el armario de los trastos y revisa qué ha terminado ahí. No todos estos aparatos tienen las mismas posibilidades de acabar olvidados o vendidos en Wallapop, donde pueden encontrarse por decenas como fantasmas de las navidades pasadas. Una aspiradora Dyson, que sale por más de 400 euros, no es tan habitual de ver en el mercado como otros aparatos.

"A veces no nos damos cuenta de los puntos débiles hasta que lo tienes en casa"

Uno de los clásicos son los robots aspiradores, que durante un tiempo parecían prometer que nunca volveríamos a barrer, hasta que empezaron a resultar agotadores. "A veces nos dejamos llevar por la novedad y no nos damos cuenta de los puntos débiles del producto hasta que lo tienes en casa”, recuerda Soler. Por ejemplo, que no limpia tan bien como parece, que no hace el mismo trabajo que una aspiradora tradicional o que requiere un mantenimiento adicional que se sale del "hace todo sola". "Al final está pensada para un desgaste relativamente rápido y te genera un gasto y una dedicación que no esperabas, así que al final piensas que lo que tenías antes te iba mejor".

"El mayor reclamo del robot aspirador es que te da la sensación de que te puedes desentender, pero hay que hacer un determinado mantenimiento que se te termina haciendo bola: no he limpiado el depósito, no he cambiado ese componente, para utilizarlo tengo que recoger todo antes...”, coincide Denia. “Por eso algunos se quedan, como las aspiradoras escoba, y otros van desapareciendo". Los últimos modelos ya presentan ventajas, como depósitos que se autovacían o cámaras que sortean los obstáculos que apuntan en la misma dirección: que puedas despreocuparte por completo.

placeholder Una pobre Roomba, olvidada en mitad del salón mientras la familia se divierte con una 'tablet' de 2014.
Una pobre Roomba, olvidada en mitad del salón mientras la familia se divierte con una 'tablet' de 2014.

En otras ocasiones, como ocurre con las cafeteras Nespresso, las preocupaciones medioambientales han contribuido a su abandono, aunque también influyen otros motivos como la repetición. "Al final, la variedad de sabores te da igual porque entras en la rutina de la variedad, no valoras lo que te aportaba inicialmente ese producto y sí otras cosas como la sostenibilidad o lo económico, no está el horno como para comprar cápsulas en lugar de un café más económico", añade Soler.

A pesar de todo, no es común que las marcas empeoren sus cifras, porque consiguen encontrar alternativas u otras ventajas que retienen a sus clientes. Es lo que suele marcar la diferencia entre los productos más fiables y las imitaciones. "Cuando un producto cuesta lo que cuesta, es porque hay un desarrollo detrás y una garantía que no tienes con otras marcas más baratas", añade Denia, refiriéndose a servicios posventa como los de Dyson o Thermomix. "Hay gente que tiene Thermomix desde hace 20 años y la cambia no porque se estropee, sino porque las nuevas generaciones incorporan tantas mejoras que tienen ganas de obtener algo nuevo. Ese estándar que está lejos de la obsolescencia hace que la gente sea más fiel a la marca, porque no le ha traicionado. Es una estrategia más inteligente".

"Como vivimos cada vez en pisos más pequeños, la freidora será un buen apaño"

¿Qué futuro le depara entonces a esa freidora de aire que no ha dejado de echar humo (metafórico) desde el 6 de enero? "Yo creo que sobrevivirá, evolucionará e incorporará nuevas funciones, porque al ritmo que llevamos de vivir en pisos cada vez más pequeños, será un buen apaño", valora la experta en tecnología. Vinyals es menos optimista: "Terminará como todos. Al lado de la yogurtera".

Si estás leyendo esto, es muy probable que hayas regalado recientemente una freidora de aire, que te hayan regalado una o incluso que por tu cuenta y riesgo hayas adquirido una con tu propio dinero. Es también posible, si eres un poco observador, que te hayas percatado de que el air fryer ha sido el regalo estrella de las últimas campañas navideñas.

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