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Ni ómicron ni el bajo riesgo: científicos defienden vacunar a niños de 5 a 11 años
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YA NO HAY DUDAS

Ni ómicron ni el bajo riesgo: científicos defienden vacunar a niños de 5 a 11 años

Todo listo para vacunar a tres millones y medio de niños españoles que tienen entre 5 y 11 años: avaladas la seguridad y la eficacia, la situación lo aconseja más que nunca

Foto: Niños participan del proceso de vacunación. (EFE/Juan Diego Montenegro)
Niños participan del proceso de vacunación. (EFE/Juan Diego Montenegro)

Los tres millones y medio de niños españoles que tienen entre 5 y 11 años podrán vacunarse contra el covid a partir del 13 de diciembre, cuando llegan los primeros envíos. Es la vacuna de ARN mensajero de Pfizer, pero con una dosis más baja, y se administrará con el mismo intervalo que en los adultos: 21 días entre el primer pinchazo y el segundo. Ahora solo falta que padres y madres se decidan a hacerlo. Dadas las altas tasas de vacunación en España en otras edades, es previsible que la mayoría no lo duden, pero lo cierto es que a lo largo de la pandemia algunas voces han considerado que no era prioritario ni necesario, principalmente, por el escaso impacto que el covid ha tenido en los menores.

Sin embargo, en las últimas semanas la preocupación por la pandemia ha vuelto al primer plano. Primero, porque la incidencia se dispara, de forma dramática en muchos países de Europa, y de forma más moderada en España. Y segundo, porque la aparición de la variante ómicron deja muchas incertidumbres, por su probable mayor transmisibilidad e incluso por la posibilidad de que las vacunas pierdan efectividad. En este escenario, ¿conviene vacunar a los niños? La confusión y el hartazgo hacen mella en la sociedad, pero los científicos lo tienen claro: lo mejor es protegerlos ya.

Foto: Vacuna de Moderna contra el coronavirus. (EFE/Paco Paredes)

Un ensayo clínico internacional avaló la seguridad y la respuesta inmune de este grupo de población para la vacuna de Pfizer. Participaron más de 4.600 niños, algunos de ellos españoles, a través de un centenar de centros sanitarios. Las conclusiones se publicaron recientemente en la revista 'The New England Journal of Medicine' y fueron determinantes para que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) le diera la luz verde hace tan solo unos días: previene en más de un 90% la posibilidad de contraer la infección por SARS-CoV-2 frente al grupo de los no vacunados de la misma franja de edad. Además, se contabilizaron muy pocos efectos secundarios, que siempre fueron leves. Según los padres de los participantes, sufrieron dolor localizado en la zona del pinchazo, malestar general, dolores musculares o de cabeza, y fiebre entre las 24 y las 48 horas posteriores.

¿Los beneficios son mayores que los riesgos? "Ahora, claramente", afirma Quique Bassat, pediatra y epidemiólogo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). De hecho, "la situación es muy diferente a la de hace dos meses", opina. "Entonces pensábamos que no había ninguna urgencia de vacunar a los niños y que la balanza entre el riesgo y el beneficio no estaba tan clara, pero ahora mismo la sexta ola está protagonizada por casos pediátricos, son el grupo de edad con mayor incidencia de lejos y estamos empezando a ver brotes en las escuelas".

Los riesgos existen

Desde hace meses, los menores de 12 años encabezan la estadística de contagios, duplicando la media en algunos momentos. A comienzos de diciembre, su incidencia acumulada a 14 días por 100.000 habitantes es de 390 casos, mientras que la general está en 234. El grupo de edad más próximo (12-19 años), último hasta ahora en vacunarse, se queda en 126. Como consecuencia, los ingresos hospitalarios también han crecido, aunque siguen siendo muy minoritarios. Según las estadísticas de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), el número de casos diagnosticados en los últimos meses (desde el 20 de junio de 2021) hasta 9 años es de 106.945. De ellos, 975 fueron hospitalizados, 40 fueron atendidos en la UCI y cuatro fallecieron.

placeholder Vacuna. (Reuters)
Vacuna. (Reuters)

"Decimos que el riesgo de los niños es bajo, pero yo creo que esa es una apreciación matizable. Efectivamente, es bajo si se compara con el impacto que el covid está teniendo en otras edades, pero en los niños también es importante y no debe desdeñarse el número de los que han sido hospitalizados, los que han requerido cuidados intensivos y de los fallecidos", destaca Ángel Hernández Merino, miembro del comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Por eso, considera que "merece la pena minimizar el riesgo, porque tenemos vacunas eficaces y seguras, así que es una medida preventiva que hay que utilizar".

Además, el covid tiene otros efectos, aunque menos alarmantes, nada deseables. Según algunas estimaciones, entre un 5 y un 10% de los niños que se infectan, tengan o no tengan síntomas inicialmente, llegan a sufrir covid persistente. "Es diferente que el de los adultos, en general, más leve y menos aparatoso, porque en los mayores vemos las consecuencias de los que han tenido un covid pulmonar grave. En los niños, suele verse en forma de malestar general, dolor de cabeza y apatía, pero no es una cosa menor. Si se puede prevenir con las vacunas, es un argumento más a favor de la vacunación", afirma Bassat.

Los pediatras consideran que es muy difícil caracterizar el covid persistente en niños (también en los mayores queda mucho por saber) y creen que las cifras hay que tomarlas con precaución. "De todas formas, el impacto de esta enfermedad en los niños no se puede reducir a las cifras de hospitalización", apunta Hernández Merino, "la distorsión del aprendizaje, de la interacción social y del desarrollo psicológico del menor son muy importantes". Además, "las familias se ven afectadas por las cuarentenas por sus contactos en los colegios y por la propia ansiedad de la situación y las que tienen un menor nivel económico lo sufren más".

placeholder Al colegio. (EFE)
Al colegio. (EFE)

Pese a que las vacunas no eliminan la posibilidad de contagiarse, la reducen en gran medida. El Ministerio de Sanidad ha comenzado a ofrecer datos diferenciados de población vacunada y no vacunada y el resultado está claro: quienes no han recibido las dosis se contagian casi tres veces más. Por eso, aparte de los beneficios individuales, la vacunación de los niños puede tener cierto impacto en la circulación del virus en el conjunto de la población. "Indudablemente, la transmisión del covid en niños contribuye a su transmisión en la comunidad, aunque seguimos enfrascados en el debate sobre si la contribución de los niños es igual, menor o mayor que en los adultos", reconoce Hernández Merino. "Hay datos contradictorios y probablemente no lo vamos a aclarar, pero todos estamos de acuerdo en que contribuyen a la circulación del virus de alguna manera".

Según Bassat, que ha estudiado esta cuestión en olas previas, los niños son menos eficientes a la hora de infectar. Por eso, cree que "lo más probable es que la mayoría de los casos se inicien en adultos y luego se contagien a los niños". En cualquier caso, está claro que "vacunando a los niños añadimos una capa de protección, y si hay tres millones y medio entre 5 y 11 años y son los que lideran la incidencia, vamos a rebajar la presión". No obstante, en la situación actual, con la incidencia claramente al alza, ni siquiera las vacunas van a detener la transmisión. "No sabemos si es debido a que la variante delta es más infecciosa o porque hemos relajado las medidas de prevención, pero lo cierto es que iniciamos el curso en septiembre con muy pocos casos y todo ha cambiado", reconoce.

Las incertidumbres con ómicron

Y la gran pregunta en estos momentos es si la variante ómicron hará que la pandemia tome nuevos rumbos. Todavía se sabe muy poco, pero la gran cantidad de mutaciones de esta nueva versión del SARS-CoV-2 con respecto al virus original hace temer que incluso las vacunas actuales pudieran ser menos eficaces. Por eso, los fabricantes ya trabajan para adaptarlas a ómicron. En estas circunstancias, alguien podría pensar si merece la pena inocular a los niños las vacunas actuales, un argumento que, para los científicos, carece de sentido. "Es como si no le ponemos el cinturón de seguridad a los niños en el coche a la espera de que más adelante pueda salir al mercado una silla que los sujete mejor. Podríamos tener un accidente mañana mismo", comenta el experto del ISGlobal.

Foto: Una mujer recibe la vacuna del covid en Sudáfrica. (Reuters/Sumaya Hisham)

En Sudáfrica, donde se detectó primero la nueva variante, los médicos están alertando de que están aumentando las hospitalizaciones de niños, pero los expertos creen que puede ser un efecto estadístico al haberse disparado los casos, sumado a que el único grupo que hasta ahora no ha podido acceder a la vacuna es, precisamente, el de los niños. En general, recuerdan que en otras olas y con otras variantes, como delta, ha pasado lo mismo en algunos países a pesar de que el perfil de gravedad de la enfermedad era el mismo. "Ante la incertidumbre, que vamos a tardar semanas en resolver, lo mejor es vacunar a esta fracción de la población que está sin vacunar", recomienda Hernández Merino.

Por otra parte, "de momento la variante más frecuente en nuestro país sigue siendo la delta", recuerda Bassat, y "está claro que tenemos una herramienta que nos protege frente a ella", afirma en referencia a las vacunas. "Si después tenemos un porcentaje de casos relevante de ómicron y se demuestra que frente a ella no funcionan, ya adaptaremos la estrategia. Mientras tanto, la vacuna actual es la que nos protege a nosotros y a los niños", añade.

Si finalmente una gran parte de la población infantil se vacuna y las variantes no provocan un cambio relevante en la pandemia, algunas cosas podrán ir mejorando. "Los adolescentes vacunados ya no tienen que hacer cuarentena si son contactos de un caso en su grupo burbuja", recuerda el investigador del ISGlobal, que forma parte de los asesores que diseñaron las medidas implementadas en los colegios. "Eso es un gran cambio para la vida del escolar y con los niños pequeños pasará lo mismo, salvo que ómicron nos obligue a cambiar las pautas de aislamiento", comenta. Por el momento y dada la situación actual, nadie se va a plantear relajar las medidas, pero si la mayoría de los niños están vacunados, y "siempre que el contexto epidemiológico lo permita, todo lo que podamos hacer en las escuelas para flexibilizar la vida de los estudiantes, lo haremos".

Los tres millones y medio de niños españoles que tienen entre 5 y 11 años podrán vacunarse contra el covid a partir del 13 de diciembre, cuando llegan los primeros envíos. Es la vacuna de ARN mensajero de Pfizer, pero con una dosis más baja, y se administrará con el mismo intervalo que en los adultos: 21 días entre el primer pinchazo y el segundo. Ahora solo falta que padres y madres se decidan a hacerlo. Dadas las altas tasas de vacunación en España en otras edades, es previsible que la mayoría no lo duden, pero lo cierto es que a lo largo de la pandemia algunas voces han considerado que no era prioritario ni necesario, principalmente, por el escaso impacto que el covid ha tenido en los menores.

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