¿Por qué no me quedo embarazada? Las causas más frecuentes

La vida es un camino que recorremos cada uno a una velocidad. Hacer que nuestros planes encajen con lo que sucede a nuestro alrededor no siempre es sencillo, pero una vez que sentimos que es momento de dar un paso más, nada mejor que hacerlo.

En ocasiones son pequeños detalles, apuntarnos a un curso que nos interesa, probar esas clases en el gimnasio que nos parecen tan interesantes y que son ideales para hacer un poco de ejercicio físico, hacer nuestro viaje soñado que hasta ahora no nos podíamos permitir… Otras veces se trata de decisiones importantes que suponen un punto de inflexión en nuestras vidas, como ser padres.

Está claro que, una vez tomada la decisión, todo es cuestión de intentarlo. Sin embargo, los resultados no siempre son tan rápidos como esperamos, es posible que conseguir un embarazo nos lleve tiempo e incluso que encontremos dificultades para conseguirlo. “La facilidad o dificultad para lograr un embarazo depende de diferentes factores”, explican desde Sanitas. “La mayoría de las parejas que buscan el embarazo lo logran en un plazo de tres meses”.

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“El 90% de las parejas pueden concebir de forma natural en un plazo de tiempo más o menos largo, aun cuando se establezca el diagnóstico de infertilidad al superarse un año de intentos sin lograr el embarazo”, continúan. “Teniendo esto en cuenta, es recomendable consultar con un especialista si no se ha logrado el embarazo después de un año intentándolo o seis meses si se tienen más de 35 años”.

A pesar de tener las estadísticas a favor, no todas las mujeres consiguen quedarse embarazadas con la misma facilidad. Esto suele convertirse en una preocupación, con el paso del tiempo la esperanza, optimismo e ilusión se convierten en angustia, ansiedad y, sobre todo, muchas dudas sobre los motivos por los que ese embarazo no llega.

Por qué no me quedo embarazada

“La edad es el factor que más influye en la fertilidad”, explican desde la clínica de reproducción asistida IVF-Life. “El problema que conlleva es que a partir de los 35 años la mujer tiene más dificultades para ser madre de forma natural debido a la bajada tanto de la reserva ovárica como de la calidad de los óvulos, lo que también puede manifestarse en un incremento de anomalías cromosómicas en los ovocitos”.

Aunque es importante, no es la única posible causa. Puede haber motivos de salud, por ejemplo las mujeres que tienen endometriosis pueden llegar a tener problemas para concebir, o si hay alteraciones en las trompas de Falopio, mala calidad de los óvulos, ovarios poliquísticos…

También es importante asegurarnos de que nuestro estilo de vida es el indicado para favorecer un embarazo, es decir, factores externos como un consumo excesivo de cafeína, fumar, tener sobrepeso o peso demasiado bajo (lo que puede llevar a no ovular de forma correcta), o estar sometida a una situación de estrés constante puede reducir las posibilidades de embarazo.

“La concepción no es fácil, ya que influyen múltiples factores y las condiciones deben ser las óptimas: que la mujer ovule, el espermatozoide fertilice al óvulo maduro, este se desarrolle, anide en el útero y avance el embarazo”, recuerda la Dra. Esther Martínez, médico consultor de Advance Medical. “Las probabilidades aumentan si las relaciones sexuales se mantienen durante los días fértiles de la mujer”.

El embarazo es cosa de dos

Es bastante habitual que la mujer tienda a culparse si el embarazo no llega, pero, como se suele decir, esto es cosa de dos, por lo que también hay que tener en cuenta el factor masculino.

“En hombres, una de las principales causas de la infertilidad masculina, es debido al daño a los espermatozoides y su material genético por culpa del estrés oxidativo”, aclaran en la clínica Eugin, especialistas en reproducción asistida. “Es decir, el estrés oxidativo altera la motilidad de los espermatozoides, reduce su número, empeora los parámetros morfológicos y disminuye su actividad”.

También pueden existir problemas en la uretra o los conductos del esperma, o trastornos de erección o eyaculación. Para el hombre son también relevantes factores que inciden en la mujer, como el estrés, el consumo de tabaco, alcohol u otras sustancias o el sobrepeso. “Un hombre con sobrepeso puede tener un recuento bajo de espermatozoides, dificultades con la erección, problemas hormonales y, en ocasiones, otros problemas de salud derivados de la obesidad que pueden dificultar la concepción”, matizan desde Eugin.

Lo mejor es tomarse las cosas con calma y, sobre todo, ponerse en manos de los mejores profesionales que puedan hacer los estudios pertinentes para confirmar o descartar que exista un problema para conseguir el deseado embarazo. Por suerte, cada vez existen más formas de conseguir un embarazo, aunque no sea de la manera tradicional, por lo que no siempre es necesario renunciar a nuestros sueños.