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Físicos españoles desarrollan una tecnología que mejora la radioterapia contra el cáncer
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un detector verifica la dosis con más precisión

Físicos españoles desarrollan una tecnología que mejora la radioterapia contra el cáncer

Una 'startup' salida de la Universidad de Santiago de Compostela ha logrado un sistema más rápido y fiable para comprobar que la radiación aplicada es la correcta

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La radioterapia, uno de los remedios más comunes contra el cáncer, consiste en 'disparar' haces de radiación con mucha precisión contra un tumor. Calcular la dosis adecuada es muy delicado: debe ser suficiente para eliminar o al menos controlar las células cancerosas, pero no tan alta como para dañar los tejidos y órganos circudantes. Como si de un lanzador de cuchillos se tratase, la diana es pequeña y el riesgo alto: para acertar se necesita un 'software' que calcule el tratamiento y un detector que lo verifique. Ahora, investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) han logrado un sistema más rápido y fiable.

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Hasta ahora existían dos métodos para verificar las dosis de radioterapia: o bien una película que necesita dos días para ser revelada, o bien un sistema electrónico que, aunque instantáneo, no ofrece la precisión necesaria para los tumores más pequeños. Por ese motivo, tres físicos y un ingeniero industrial fundaron en 2014 Dart, una empresa fruto de una década de trabajo en el Grupo de Investigación en Radiofísica de la USC. El objetivo, desarrollar una tecnología rápida pero también fiable, que aumente el número de pacientes a los que un hospital puede tratar en un tiempo determinado, sin disminuir la calidad del mismo.

"Se trata de un sistema en tiempo real con una resolución mayor a la del resto", explica por teléfono a Teknautas el investigador de la USC y cofundador de la 'startup', Faustino Gómez. Este tipo de detectores cuenta con una cámara de silicio o de diamante rellena de aire o líquido que cuya ionización se mide: "Lo que nosotros recogemos es la carga eléctrica del detector".


El matiz del 1 por ciento

Gómez asegura que la resolución de su aparato es de 2,5 milímetros, superior a los 7 milímetros de otras tecnologías disponibles en el mercado. "Nuestro detector tiene 2.000 canales, el que más tiene de todos". Los tratamientos con radioterapia han aumentado su complejidad, ya que los campos de radiación utilizados mediante un acelerador de protones son cada vez más grandes, por lo que los detectores deben ser más sensibles.

El detector puede aumentar el número de pacientes a los que un hospital puede tratar en un tiempo determinado sin disminuir la calidad del mismo

"Es muy complicado estar seguro de que se va a conseguir la dosis planificada", aclara Gómez. Además de calcular el nivel de radiación que mate las células cancerosas sin dañar al cuerpo, hay que tener en cuenta que el paciente se puede mover e incluso sus órganos se desplazan. Por eso, aunque el margen de error está entre el 3 y el 5 por ciento, detectores como este deben trabajar en torno al 1 por ciento.

Antes de que un paciente comience a recibir la radioterapia, se le realiza un TAC para evaluar el tamaño del tumor y, en consecuencia, la dosis de radiación. Tras eso, un programa informático calcula factores como los campos o el tipo de haz y, antes de proceder, se revisa con un detector como el diseñado por Gómez.

El detector de Dart está todavía pendiente del Marcado CE que permita comercializar el producto, pero Gómez confía que se pueda comenzar a vender en dos o tres meses. "El dispositivo lleva en pruebas clínicas más de un año. El desarrollo ha sido siempre junto al sector clínico: hemos colaborado con diferentes hospitales para su prueba y su principal testador es el Hospital General de Valencia".

La radioterapia, uno de los remedios más comunes contra el cáncer, consiste en 'disparar' haces de radiación con mucha precisión contra un tumor. Calcular la dosis adecuada es muy delicado: debe ser suficiente para eliminar o al menos controlar las células cancerosas, pero no tan alta como para dañar los tejidos y órganos circudantes. Como si de un lanzador de cuchillos se tratase, la diana es pequeña y el riesgo alto: para acertar se necesita un 'software' que calcule el tratamiento y un detector que lo verifique. Ahora, investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) han logrado un sistema más rápido y fiable.

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