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Millones de españoles tienen mercurio en su boca: el material tóxico que no deja de ser un problema para la UE
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Riesgos para el medio ambiente

Millones de españoles tienen mercurio en su boca: el material tóxico que no deja de ser un problema para la UE

En enero entró en vigor una ley que prohíbe el uso de las amalgamas dentales, pero a pesar de ello, un gran número de ciudadanos seguirá teniendo estos 'empastes plateados'

Foto: Foto: Getty Images/Jeff J Mitchell.
Foto: Getty Images/Jeff J Mitchell.

En la boca de millones de españoles hay mercurio, pero la mayoría no tienen ni idea de ello. Hablamos de las amalgamas dentales, ese empaste plateado que ha sido muy popular en las últimas décadas para la restauración dental debido a su durabilidad, resistencia y bajo coste. Sin embargo, su composición ha generado una creciente preocupación en la comunidad científica desde finales del siglo XX, ya que contienen mercurio, un metal pesado con efectos potencialmente perjudiciales para la salud y el medio ambiente.

En concreto, las amalgamas son una mezcla de metales en las que el mercurio representa aproximadamente el 50% de la composición, combinado con plata, estaño y cobre. Y la principal preocupación con ellas es la liberación de vapores de mercurio, especialmente cuando los empastes se desgastan, se fracturan o se eliminan de la dentadura.

Recordemos que diversos estudios han señalado que la exposición prolongada a pequeñas cantidades de mercurio puede estar relacionada con problemas neurológicos, inmunológicos y renales. Eso sí, aunque la OMS reconoce que las amalgamas liberan mercurio, sostiene que, en la mayoría de los casos, los niveles de exposición no representan un riesgo significativo para la salud humana.

En cualquier caso, la evidencia disponible ha llevado a la Unión Europea a ir tomando medidas para apartarlas de la práctica clínica. En julio de 2018, prohibió el uso de amalgama en el tratamiento de dientes de leche en niños menores de 15 años y en mujeres embarazadas o lactantes. Desde enero de 2019, todas las clínicas dentales deben contar con filtros para retener y recolectar sus partículas, presentes también en el agua residual. Y la puntilla final ha llegado este enero, cuando ha entrado en vigor una norma que prohíbe a todos los pacientes.

Seguirá en millones de bocas de la UE

A pesar de la prohibición que acaba de entrar en vigor, no desaparece de las bocas europeas. Según los datos de la última Encuesta de Salud Oral en España, en torno al 75% de los adultos mayores de 45 años tiene obturaciones en boca, la inmensa mayoría de ellas tratadas con amalgama de plata. Y, en concreto, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Odontólogos y Estomatólogos de nuestro país calculan que “millones de personas tienen aún amalgama de plata en boca, muchos de ellos en perfecto estado funcional”.

Esto no es solo una cuestión ibérica, en los dientes de los europeos todavía quedan cientos de miles de toneladas de amalgama, especialmente en Alemania y en el Reino Unido, ya que fueron los países que más lo utilizaron en el pasado. Del mismo modo, aunque en Grecia no hay registros exactos, también han sido ampliamente utilizados, al igual que sucede en Polonia.

placeholder Protesta en 2001 por la preocupación de los riesgos para la salud del mercurio en los empastes dentales en EEUU. (Getty Images/Tim Boyle)
Protesta en 2001 por la preocupación de los riesgos para la salud del mercurio en los empastes dentales en EEUU. (Getty Images/Tim Boyle)

Si miramos a Dinamarca, 30.000 dientes seguían empastándose con amalgama cada año en 2019. Sin embargo, las cifras están disminuyendo: las últimas estadísticas de la Autoridad Danesa de Datos de Salud muestran que en 2023 hubo 13.914 empastes dentales con amalgama de plata. Las cifras de 2024 se esperan para abril.

Cabe destacar que, a pesar de que millones de personas sigan teniendo amalgamas dentales, la recomendación general de los expertos es no retirarlas innecesariamente, ya que el proceso de extracción puede liberar más mercurio en el cuerpo que si se dejan en su sitio. Eso sí, en caso de desgaste o fractura, se aconseja acudir a un odontólogo con experiencia en la eliminación segura de amalgamas, utilizando medidas de protección como el uso de diques de goma y sistemas de aspiración de alta potencia.

El gran perjudicado: el medioambiente

El mayor riesgo que plantean estas amalgamas que siguen en la boca de millones de europeos no son para el propio usuario, sino para el medio ambiente, según explican los expertos.

“El problema es que se haga una gestión correcta cuando se quite el mercurio de la boca a toda esa gente que todavía la tiene”, explica Leticia Baselga, responsable de la campaña Zero Mercury de Ecologistas en Acción.

Por un lado, durante su eliminación podrían liberar mercurio en el agua y en el suelo, contaminando ecosistemas acuáticos y afectando la vida silvestre. Algo que trata de evitarse con el uso de los citados separadores. Además, la incineración de residuos dentales que contienen mercurio contribuye a la contaminación atmosférica, afectando la calidad del aire y facilitando la dispersión del metal en el medioambiente.

En este punto es importante destacar a la gente que fallece con ellos y son cremados, una situación en que se corre el riesgo de que este metal pesado pase a la atmósfera. Para evitarlo, desde Ecologistas en Acción llegaron a plantear que estas piezas dentales fueran extraídas antes del proceso, pero esta idea fue rechazada por las autoridades al recordar a una época oscura de Europa, según explica Baselga. En la misma línea, aclara que en caso de que vaya a un nicho o a tierra, no hay riesgo de contaminación.

Desde la Asociación de Pacientes contra el Material Dental Nocivo de Dinamarca, consideran que, aunque “técnicamente” debería ser ilegal a partir del 1 de enero de 2025, el uso de amalgama en Dinamarca sigue siendo un “problema”, según señala su presidente, Peder Sørensen.

En el país escandinavo los residuos de amalgama dental están clasificados como "peligrosos" y son gestionados por instalaciones de tratamiento de residuos con licencia para ello. Según su Ministerio de Medio Ambiente: “Tras su recogida, se exporta a otros países de la UE, donde los residuos se depositan en minas de sal o, si es posible, se reciclan”. “Si los residuos no se manipulan correctamente y por instalaciones de tratamiento de residuos que dispongan de un permiso medioambiental para manipularlos, puede aumentar el riesgo de efectos adversos para la salud humana y el medio ambiente”, señala el Gobierno danés, al tiempo que subrayan que el mercurio figura entre las toxinas ambientales más peligrosas.

El reciclaje de estos empastes también preocupa mucho en Polonia, donde un pequeño pueblo llamado Nowosiółki se ha levantado en protestas porque quieren construir un vertedero de amalgamas y tienen miedo de que el mercurio fluya hasta el río. En la villa de apenas 70 hogares rodeados por tierras fértiles, quieren construir un depósito de empastes en una parcela propiedad de una política local, en una construcción que sería financiada por una empresa con capital alemán.

¿Qué se hace con el mercurio?

Aunque algunos expertos sigan alertando sobre ello en toda Europa, cabe destacar que en realidad la eliminación de una obturación de amalgama de plata (normalmente realizada cuando fracasa el empaste) se realiza con instrumental rotatorio a alta velocidad refrigerado con agua, ello supone que la obturación se desintegre en polvo (que se mezcla con el agua) el cual es aspirado y entra en el circuito habitual de aspiración.

“Cosa diferente es cuando se coloca una amalgama de plata. En estas situaciones, todos los residuos sobrantes de amalgama de plata deben depositarse en unos recipientes específicos que serán posteriormente recogidos de las clínicas dentales por una empresa autorizada para su adecuado procesamiento y reciclaje”, aclaran desde el Consejo de Dentistas español.

placeholder Empaste. (iStock)
Empaste. (iStock)

En este sentido, recuerdan los dispositivos que hemos hablado en varios puntos, impuestos por el Parlamento Europeo y el Consejo: “Es obligado el uso de separadores de amalgama en los gabinetes dentales que utilizan amalgama dental o que retiran empastes dentales de amalgama o dientes que contienen esos empastes, a fin de proteger a los profesionales dentales y pacientes de la exposición al mercurio y garantizar que los residuos resultantes se recojan y eliminen de conformidad con una gestión adecuada de los residuos y, bajo ningún concepto, se liberen al medio ambiente”.

Estas herramientas deben ser capaces de retener al menos el 95% de las partículas de amalgama, incluidas las presentes en el agua utilizada durante los procedimientos. Esto evita que los residuos de mercurio terminen contaminando el medio ambiente. Además, los dentistas tienen la responsabilidad de asegurarse de que los residuos de amalgama se gestionen de manera adecuada a través de empresas autorizadas y no se liberen al entorno en ninguna circunstancia.

Pero, ¿qué pasa después? UTPR Tecnodosis, una de las empresas españolas autorizadas para su gestión, explican que “una vez que los residuos llegan a una planta de tratamiento autorizada, se aplican tecnologías avanzadas para gestionar el mercurio y otros metales pesados”. Su responsable del servicio de gestión de residuos, Ana García, apunta a dos procesos de recuperación del mercurio.

Por un lado, se puede hacer un proceso de destilación:

  • Los residuos sólidos de amalgama se calientan en un sistema cerrado.
  • El mercurio se volatiliza y se condensa en forma líquida, recuperándolo para reciclaje o almacenamiento seguro.
  • Los residuos no volátiles (cobre, plata, estaño) pueden recuperarse y reciclarse.

Por el otro, de filtración y neutralización de residuos líquidos:

  • Las partículas suspendidas se separan por sedimentación.
  • El mercurio soluble se estabiliza mediante procesos químicos (sulfuración, por ejemplo).

También hay que señalar a los residuos sólidos encapsulados, “los restos de amalgamas no reciclables se encapsulan en bloques de cemento o polímeros y se eliminan en vertederos especializados para residuos peligrosos”, añade García.

Y a la gran pregunta de a dónde va a parar el mercurio reciclado, señala que el mercurio reciclado, después de su purificación, tiene varios destinos industriales. “Se reutiliza principalmente en la fabricación de productos que requieren propiedades conductoras o de alta precisión. En algunos casos, el mercurio se puede almacenar de manera segura en instalaciones dedicadas, bajo estrictas normativas de seguridad, para evitar cualquier riesgo de liberación al medio ambiente. Es importante señalar que el reciclaje y almacenamiento seguro del mercurio es clave para prevenir su impacto en la salud humana y el entorno”, explica la responsable de UTPR Tecnodosis.

En la boca de millones de españoles hay mercurio, pero la mayoría no tienen ni idea de ello. Hablamos de las amalgamas dentales, ese empaste plateado que ha sido muy popular en las últimas décadas para la restauración dental debido a su durabilidad, resistencia y bajo coste. Sin embargo, su composición ha generado una creciente preocupación en la comunidad científica desde finales del siglo XX, ya que contienen mercurio, un metal pesado con efectos potencialmente perjudiciales para la salud y el medio ambiente.

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