Los españoles que han montado el primer laboratorio de anatomía patológica de Burundi y diagnostican en Madrid
Gracias a este proyecto, impulsado por el Dr. Ricardo Ruiz, será posible determinar si una lesión de la piel es tumoral, descubrir precozmente un cáncer de cuello de útero o biopsiar las frecuentes úlceras que en ocasiones llevan a amputaciones
En abril de 2022, Gilby, un niño de Burundi de 13 años, aterrizó en Madrid para ser operado de las graves quemaduras que sufría y que impedían su crecimiento. El pequeño llegó a España gracias a la ONG Asociación Solidaria Universitaria (ASU) y fue satisfactoriamente intervenido por el cirujano plástico César Casado en el Hospital Ruber Internacional.
Durante el tiempo que tuvo que pasar en nuestro país para realizarse las curas postoperatorias, el dermatólogo Ricardo Ruiz Rodríguez, que dirige la Unidad de Dermatología Oncológica, Estética y Capilar del citado centro, lo acogió en su casa. En esos días el pequeño Gilby se metió en el bolsillo a toda la familia, especialmente a los hijos del médico, Ricardo y Adriana, que por entonces tenía 14 y 12 años respectivamente. "Era un niño muy divertido", comenta a este periódico el Dr. Ruiz, que también es director de la Clínica Dermatológica Internacional.
Cuenta el dermatólogo que era curioso porque después de la cirugía, con la comodidad material con la que vivía en Madrid, la ilusión del pequeño era volver a su país y enseñar a sus hermanos lo bien que había quedado. A partir de ahí, y a través de la Dra. Marta Conde, que había realizado varios proyectos sanitarios en Burundi, decidió desplazarse al terreno para conocer personalmente las necesidades dermatológicas que tenían los niños del país africano. Y así, el verano de 2023 viajó con su mujer y sus hijos adolescentes a visitar el país y explorar la manera de colaborar.
Ya en suelo africano, uno de los detalles que más llamó su atención fue que, en el quirófano, los médicos tiraban a la basura las piezas que extirpaban, ya que no disponían de los medios para analizar el material. En países desarrollados, esta labor se realiza en un laboratorio de anatomía patológica, que es una parte imprescindible en la medicina moderna. Gracias a estos espacios es posible diagnosticar enfermedades con seguridad para poder prescribir el tratamiento adecuado. Pero al carecer los africanos de uno, no sabían si lo que habían extirpado era benigno o maligno, infeccioso o tumoral. Tampoco había posibilidad de hacer ningún tipo de biopsia.
La cosa no quedó en esa percepción, el doctor también experimentó amplias dificultades para obtener diagnósticos cuando trató de analizar unas úlceras, muy comunes en Burundi, en un laboratorio cercano: "Las úlceras en la piel pueden tener muchas causas y en Burundi no se sabe por qué hay tantas. Hay un porcentaje alto de niños que las sufren e incluso algunos acaban amputados. El verano pasado, cuando vi la alta incidencia de las úlceras, pedí ayuda a un ATS del hospital para que me ayudase a coger muestras, pregunté a la OMS dónde podía enviar estas muestras y me indicaron un laboratorio de Camerún. Así pues, el ATS cogió más de 20 muestras de úlceras de niños, se mandaron a ese laboratorio para hacer PCR para ver si el causante era una bacteria, pero tardaron tres semanas y se estropearon las muestras".
Su experiencia sobre el terreno llevó al Dr. Ruiz a presentar en octubre del 2023 a la Fundación Recover un proyecto para la creación de un laboratorio de anatomía patología en el hospital público de Ngozi, que sería el primero de Burundi. Y gracias a esta y a la Fundación Kyrikú –de la que el dermatólogo es patrón– ha sido posible sufragar los costes que suponía el equipamiento y puesta en marcha de dicho laboratorio, que ha tenido lugar este verano.
Tres misiones para este primer laboratorio
Así, en agosto del 2024 un grupo de sanitarios se fue a África con tres misiones que cumplieron. Al Dr. Ruiz le acompañaron todo tipo de expertos: Dra. Ana Belén Enguita (patóloga), Dr. Enrique Revisa Sánchez Valls (Patólogo), Elidia Molina Herrera (citotécnica), Francisco de Borja Rodríguez Aguilar (citotécnico), Dra. Luisa Martos Cabrera (dermatóloga), Dra. Sonsoles Berenguer (dermatóloga), Mª Teresa Beleña Cárdenas (bióloga), Beatriz Ángulo Alberca (enfermera), Marta Marañón Medina (directora general de Fundación Recover) y Cristina Rodrigo Ferrán (gestora del programa Formación y Voluntariado Internacional de Recover).
La primera de esas tres misiones fue poner en marcha el laboratorio a nivel tecnológico para lo que necesitaron un procesador, un centro de inclusión para bloques de parafina, un microtomo, una estufa de cultivos, un microscopio con cámara y un baño de flotación, así como diverso material fungible y no fungible. Una labor que, según cuenta el dermatólogo, tuvo cierta dificultad y de hecho, el microscopio –muy necesario en la especialidad– no llegó hasta un mes después, algo que no ha impedido que hayan trabajado en estos días: "Estábamos desesperados porque no había microscopio, hablamos con el gobernador, que vino a inaugurar en el laboratorio, y resulta que estaba retenido por cuestiones burocráticas en el aeropuerto. Y al final le preguntamos al ATS de dermatología con el que tomé las muestras de las úlceras que si habría algún microscopio en el hospital y nos dijo 'hay unas cajas que nos trajeron unos italianos, igual ahí hay algo…' y por suerte en una de las cajas había un microscopio Olympus estupendo con el que hemos estado trabajando".
La segunda encomienda de los españoles era la capacitación del hospital para que el laboratorio sea sostenible. Durante su estancia en Burundi formaron a un grupo de 12 sanitarios del hospital –entre los que se encuentran auxiliares clínicos, enfermeros y médicos– para que supiesen preparar y procesar las muestras para después hacerlas llegar a los especialistas que están en Madrid a través de un servicio de telemedicina. Una preparación, traductor mediante, que ha sido "emocionante", según el Dr. Ruiz: "Los formadores fueron los patólogos del Hospital 12 de Octubre y en alguna ocasión tras las clases salía alguno llorando porque era emocionante ver lo entregados que estaban. La gente tenía una gran ilusión en que alguien llegara y les enseñase. Fue muy bonito".
El tercer cometido para el que fueron era realizar una campaña dermatológica para biopsiar, diagnosticar y tratar decenas de burundeses con enfermedades cutáneas de la ciudad de Ngozi y alrededores. Durante las semanas que estuvieron allí, realizaron más de 60 biopsias cutáneas a pacientes del hospital de Ngozi y del centro de las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta de Kirundo.
Conexión Burundi-Madrid
Los especialistas ya están de vuelta en nuestro país y el laboratorio en marcha en Burundi. Los profesionales formados les están haciendo llegar las imágenes clínicas e histológicas a través de una plataforma de telemedicina de la Fundación Recover. Y en España, los dermatólogos y patólogos que forman parte del proyecto en menos de 24 horas sugieren diagnósticos y pautas de tratamiento. De este modo, el Dr. Ruiz puede evaluar desde su clínica madrileña a una persona que está a unos 8.000 kilómetros y transmitirlo al profesional que está en África.
Asimismo, el microscopio instalado en Burundi tiene una cámara que puede compartir imágenes en streaming para que puedan verse simultáneamente con profesionales en España.
Todo esto va a servir para ayudar, en primer lugar, a poder diagnosticar si una lesión que aparezca en la piel o en cualquier órgano interno es infecciosa o tumoral, o si es maligna o benigna. Solo con esa información se puede plantear un tratamiento antibiótico, si fuera infeccioso, o quirúrgico, si fuera maligno. El segundo pilar del laboratorio será el poder hacer citologías vaginales para diagnosticar precozmente el cáncer de cuello de útero. Y la tercera misión del laboratorio será poder diagnosticar a través de biopsias el origen de las úlceras de la piel, como las que el Dr. Ruiz intentó analizar hace tiempo.
Del mismo modo, además de la posibilidad de efectuar diagnósticos y pautar tratamientos, van a empezar a realizar formación online a través de la plataforma tanto de dermatología, anatomía patológica y otras áreas médicas de interés para los profesionales del hospital público de Ngozi.
Además, han realizado un acuerdo con la Facultad de Medicina de la Universidad de Ngozi a través de su rector, el Padre Apollinaire Bangayimbaga, para potenciar la docencia y la investigación a medida que dotemos de más tecnología al laboratorio.
La ilusión de los miembros del proyecto es que en pocos años el hospital público de Ngozi se convierta en un centro de investigación y formación para que médicos y sanitarios de todo el mundo acudan a formarse y actualizarse en enfermedades tropicales.
A todo esto suman que están desarrollando junto con la empresa Legit Health un algoritmo que ayude a diagnosticar y tratar con eficacia úlceras cutáneas, una causa frecuente de amputación de piernas en niños.
En abril de 2022, Gilby, un niño de Burundi de 13 años, aterrizó en Madrid para ser operado de las graves quemaduras que sufría y que impedían su crecimiento. El pequeño llegó a España gracias a la ONG Asociación Solidaria Universitaria (ASU) y fue satisfactoriamente intervenido por el cirujano plástico César Casado en el Hospital Ruber Internacional.
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