¿Tienes hipertensión o diabetes?: por qué debes cuidar tus riñones
La obesidad, la hipertensión y la diabetes causan enfermedad renal crónica que, en estados avanzados, solo se pueden tratar con diálisis o trasplante de riñón
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La razón es que hay una relación directa entre la enfermedad renal crónica y la hipertensión y la diabetes. Tanto es así que la diabetes es la principal causa de enfermedad renal crónica. El asunto es serio porque no podemos olvidar que la incidencia de la diabetes aumenta cada año, relacionado sobre todo con la obesidad.
Según los datos del registro español de diálisis y trasplante (REDYT) de 2023, de las 67.625 personas que requerían tratamiento renal sustitutivo, el 25.2% (una de cada 5) iniciaron el tratamiento a causa de la diabetes. El 14.6% por la glomerulonefritis o inflamación del lugar donde se filtra la sangre; y el 13,5% por hipertensión.
El caso de la presión arterial es especialmente complejo porque, como afirma Patricia de Sequera, Jefa de Nefrología del Hospital Universitario Infanta Leonor y profesora Asociado de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, “la hipertensión arterial no solo es causa de enfermedad renal, sino que también es consecuencia de la propia enfermedad renal”.
De todo esto se deduce que tanto la diabetes como la hipertensión son importantes factores de riesgo de la enfermedad renal crónica. “Distintos estudios nos muestran cómo el riesgo de padecerla disminuye de forma significativa cuando la tensión arterial y la glucemia están bien controladas”, asegura la experta.
Los riñones, bajo control
La profesora de la Complutense recomienda a las personas hipertensas y a los diabéticos que se hagan “una revisión anual con una analítica de sangre que incluya la determinación de la creatinina, que nos permite medir el filtrado glomerular (funcionamiento de los riñones), y la determinación en orina de la albúmina”, una proteína que, si aparece en exceso en la orina, es un marcador precoz de daño renal.
En definitiva, la experta destaca la importancia de tener controladas las cifras tanto de la glucosa como de la presión arterial. El problema es que la enfermedad renal crónica es asintomática hasta que está avanzada. “Por eso es muy importante hacer despistaje de la enfermedad en los pacientes de riesgo”, declara de Sequera.
Por un diagnóstico precoz
Las ventajas de detectar la enfermedad en estadios iniciales es que, según afirma la nefróloga del Hospital Universitario Infanta Leonor, se pueden “poner todas las medidas para evitar que avance, e incluso llegar a la curación en algunos casos, como el de las enfermedades inflamatorias del riñón”.
Tanto la diabetes como la hipertensión son importantes factores de riesgo de la enfermedad renal crónica
Sin embargo, “si llegamos tarde, ofrecemos la diálisis y el trasplante. No hay más. En España somos líderes en esto, pero sin duda alguna, el mejor tratamiento es la prevención, y no depender de una máquina o del riñón de otra persona para seguir viviendo. El reto es prevenir para no tener que tratar”.
A favor del despistaje
La experta incide en la importancia de los despistajes de esta enfermedad, a la que “no se le dedica suficiente atención”. Y hace una comparación con el cáncer de colon, del que sí se hace cribado a los mayores de 50 años con el análisis de sangre oculta en heces.
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“No ocurre así con la enfermedad renal crónica, que es más prevalente, más fácil de diagnosticar y, además, en los estadios avanzados, como por ejemplo los pacientes en diálisis, la supervivencia es inferior a la que tienen los pacientes con cáncer de colon”, asevera.
“Tanto los profesionales como los pacientes, debemos estar particularmente atentos a las situaciones con mayor riesgo de enfermedad renal crónica: diabetes, hipertensión arterial, edad superior a los 60 años, enfermedad cardiovascular, fumadores, y como no, los familiares de pacientes en diálisis o que han recibido un trasplante renal”, concluye Patricia de Sequera.
La razón es que hay una relación directa entre la enfermedad renal crónica y la hipertensión y la diabetes. Tanto es así que la diabetes es la principal causa de enfermedad renal crónica. El asunto es serio porque no podemos olvidar que la incidencia de la diabetes aumenta cada año, relacionado sobre todo con la obesidad.