"Pistola en mano, me dijo que si moría su mujer, nos mataba a todos": retrato del aumento de agresiones a sanitarios
El Ministerio de Sanidad ha adelantado que durante el año pasado se registró la cifra más alta de estos altercados desde que hay registro
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Alejandro estaba terminando su guardia en un pequeño pueblo de la provincia de Lugo. Eran las 7.41 de la mañana cuando un compañero le avisó de que debía acudir a un domicilio porque una señora estaba sufriendo disnea. Apenas unos minutos después llegó en taxi y lo que vivió en esas cuatro paredes fue totalmente inesperado: "Nos encontramos a una señora muy grave, con dificultades para respirar, y a su marido con una pistola en mano diciendo ‘Como muera mi mujer, os mato a todos. Con la edad que tengo, no me meten en la cárcel y me es igual morir hoy que mañana'".
El médico de familia mantuvo la calma, "estaba muy tranquilo porque era un señor mayor", cuenta a El Confidencial. Acto seguido le pidió al taxista que llamara a la Guardia Civil y trató de tranquilizar a su compañero enfermero, que llegó poco después. Los familiares de la paciente llevaban desde las 7.20 tratando de contactar con el centro de salud, pero con un número incorrecto. Los sanitarios se dedicaron a atender a la mujer mientras soportaban numerosas amenazas de muerte por parte de este anciano, tal y como afirma el especialista. Cuando llegaron las fuerzas del estado, trató de esconder la pistola, y descubrieron que era de fogueo.
Posteriormente, la enferma fue trasladada a un hospital dada su gravedad, donde continuó la tensión: el acompañante intentó agredir a una enfermera y a una geriatra y la Policía Nacional tuvo que sacarlo del centro. Pero la historia no acaba aquí: "El señor sigue diciendo que como le han requisado las armas, va a comprar otra pistola en el mercado negro o a contratar a un sicario, y que me va a matar". Además, como el anciano llevaba mascarilla y una visera, el facultativo cree que no le reconocería si se lo cruzara por el pueblo; lo que sí podría ocurrir al revés dado que es un municipio muy pequeño.
Todos estos hechos, que se remontan a unas semanas atrás, y detalles son ciertos, aunque el nombre es ficticio para preservar la intimidad de este médico agredido. Este caso se suma al contador que se puso a cero hace apenas dos meses, cuando comenzó 2025. Respecto a 2024, esta semana, la Organización Médica Colegial (OMC), a través de su Observatorio Contra las Agresiones, ha afirmado que se registraron 847 acciones violentas contra estos profesionales, es decir, una cada 10 horas. Esta cifra es superior a la de los dos años anteriores y supone un récord anual. Casi la mitad fueron amenazas y coacciones y el 11% acabaron en lesiones físicas.
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Si se desgrana por sexo, el 62,4% de las agresiones en 2024 fue contra mujeres, consolidándose así la tendencia de los últimos años donde se observa que ellas sufren la mayor parte de estos ataques. En cuanto al lugar de las agresiones, la Atención Primaria (AP) es el lugar de casi la mitad de todas estas (47,7%); los hospitales se colocan en segundo lugar con el 17,9%, por delante de las urgencias hospitalarias (9,5%) y las de AP (8,2%).
La cuestión es que no todas las agresiones se denuncian, es más, según los médicos, menos de la mitad de los casos comunicados a los colegios médicos acaban con una demanda interpuesta. Alejandro ha sufrido de primera mano esto: al salir del domicilio donde fue amenazado, cuenta que el enfermero que le acompañaba reconoció que no era la primera ocasión en la que se enfrentaba a una situación así con este acompañante. "Es la tercera vez que le amenazaba de muerte y me dijo que no le había denunciado porque nunca había sacado el arma", recuerda.
Agresiones a sanitarios en España en 2024
Durante la jornada de la OMC donde los médicos desgranaron las agresiones registradas, el subdirector general de Cohesión y Alta Inspección del Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad, Juan Julián García, ha avanzado algunas cifras sobre los ataques a sanitarios registrados durante 2024, aunque el informe completo se presentará el 12 de marzo, coincidiendo con el Día Europeo Contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios.
En total fueron 16.558, una cifra, de nuevo, récord. Es la más alta recogida desde que se comenzó el recuento en 2007. "Estos datos suponen una tasa de 23,98 agresiones por cada 1.000 personas del SNS. Esta evolución ha ido creciendo en los últimos años, exceptuando la etapa de la pandemia", ha sintetizado García.
El informe presentado el año pasado por Sanidad, correspondiente a 2023, refleja esta afirmación: en 2017, la tasa de personal femenino del SNS agredido por cada 1.000 era de 11,34, mientras que la de hombres era de 9,86; en 2018, de 12,73 y 12,29; en 2019, de 15,66 y 15,52; en 2020, de 11,78 y 10,89; en 2021, de 15,05 y 13,08; en 2022, de 20,54 y 18,64; y en 2023, de 24,48 y 22,4.
En estas cifras se observa que las profesionales son más agredidas que sus compañeros, y esto parece no cambiar en 2024: el 78% de los agredidos fue una mujer, una cifra muy similar a la de años anteriores, que fluctuaba entre un 76 y un 78%.
En cuanto al tipo de agresiones, el 84% fue verbal y/o amenazas, como el momento que vivió Alejandro, mientras que el restante fueron físicas. Los médicos, un año más, fueron los más perjudicados, pues fueron los agredidos en el 33,19% de las veces, seguido de las enfermeras (26,68%), TCAE (14,72%), administrativos (14,16%) y celadores (3,99%).
Alejandro ha estado unos 30 años trabajando en urgencias hasta que hace un año llegó a un centro de salud. En toda su trayectoria ha visto como las personas que cometían estos atentados solían ser los acompañantes de los pacientes. Sin embargo, el último informe disponible de Sanidad recoge que el perfil de la persona agresora en un 72% de las ocasiones corresponde al propio usuario o paciente.
Tomás Cobo es presidente de la OMC y también de la Unión Profesional, una asociación que aúna a las profesiones colegiadas en España. En su opinión, estas agresiones son un reflejo de la sociedad. "Vivimos en un entorno, no solo en España, en el que hay un progresivo deterioro del diálogo, en el que el insulto está reemplazando de alguna manera al argumento y en el que el respeto se ha ido desplazando hacia una confrontación casi constante", denuncia. Además, critica que quien debería dar ejemplo, la clase política, genera crispación, muestra falta de decoro, de respeto y de formas.
"Todo esto tiene sus consecuencias, se traslada directamente a determinados entornos que son más íntimos. En concreto, a la relación médico-paciente, pero también a otros profesionales que tienen vocación de servicio, como la Guardia Civil, la Policía Nacional, los profesores… todos ellos también sufren este tipo de agresión verbal, pero a veces también física", comenta. El último ejemplo de esta situación límite se daba apenas unos minutos antes de hablar con este periódico, pues leía que en un pueblo de Toledo, dos pacientes han agredido a una médico y le han tirado un monopatín a la cabeza.
Pero, ¿qué se puede hacer para revertir esta situación? Cobo considera que se debería seguir facilitando al máximo la canalización de estas denuncias, la atención psicológica para los agredidos, generar docencia práctica para mecanismos de defensa básicos y trabajar en habilidades de comunicación para tratar de evitar llegar a ese tipo de comportamientos.
Galicia toma medidas ante las agresiones a sanitarios
La última comunidad autónoma en tomar cartas en el asunto ha sido Galicia. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha anunciado esta semana una reforma de la Lei de Saúde para así blindar medidas frente a las agresiones al personal del Sergas. De entre ellas, destaca la imposición de multas de carácter administrativo ante el supuesto agresor, "aunque finalmente" la justicia "considere que no hay infracción penal". Además, el paquete normativo incluye que las gerencias de las áreas sanitarias comunicarán "de oficio" a la Fiscalía Superior de Galicia todos los casos que conozcan, independientemente de si el trabajador denuncia o no, algo que ya se incluía en los protocolos.
Alejandro sostiene que las medidas le parecen "perfectas". "Creo que es importante que de alguna manera aunque no haya sanción, sea la propia Xunta la que ponga una administrativa, sobre todo alguna orden de alojamiento para que no se pueda acercar al centro de salud", sostiene.
En su caso, sí que se ha interpuesto una demanda. "La denuncia está tramitada, estamos a la espera de que nos llamen del juzgado. Irá tanto por el Colegio de Enfermería, como por el de Médicos. Además, nosotros iremos individualmente", detalla.
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Otra de las acciones que considera "muy importante" es que hubiera alguna alerta que les saltara a los sanitarios cuando tengan que atender a este tipo de personas. Podría incluirse en la historia clínica donde se advierta de que ese paciente agredió a sanitarios o, en su caso, su acompañante es violento; esto sería especialmente útil para las urgencias.
"Si tengo que ir a un domicilio de una persona conflictiva, ya voy de otra manera. Imagínate que la paciente hubiera fallecido en el recorrido desde el centro de salud hasta su casa… el hombre nos podría estar esperando en la puerta con la escopeta cargada y si nos bajamos del taxi nos mete dos tiros", denuncia.
El facultativo sostiene que este tipo de casos están subiendo "de manera desorbitada" y que "hay que cortarlo". "Todas las comunidades autónomas tendrían que tomar medidas y luego la justicia, evidentemente", afirma. Sobre este último punto, Alejandro añade que algunas sanciones son "irrisorias". Recientemente, el médico conocía el caso de un compañero que fue agredido físicamente en consulta. El agresor, además, destrozó el mobiliario. La resolución fue la siguiente: ha tenido que pagar los costes del juicio, el material y una multa de 300 euros para el médico. "Tienen que ser un poco más ejemplares", concluye.
Alejandro estaba terminando su guardia en un pequeño pueblo de la provincia de Lugo. Eran las 7.41 de la mañana cuando un compañero le avisó de que debía acudir a un domicilio porque una señora estaba sufriendo disnea. Apenas unos minutos después llegó en taxi y lo que vivió en esas cuatro paredes fue totalmente inesperado: "Nos encontramos a una señora muy grave, con dificultades para respirar, y a su marido con una pistola en mano diciendo ‘Como muera mi mujer, os mato a todos. Con la edad que tengo, no me meten en la cárcel y me es igual morir hoy que mañana'".