¿Es posible dejar de usar productos para la regla? Esta mujer lleva diez años haciéndolo: "No mancho nada"
Leticia Chamorro lleva desde 2014 sin utilizar productos de higiene menstrual y aún recuerda cómo realizó la transición. A día de hoy, es capaz de controlar su sangrado
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En 2012, la policía de Los Ángeles encontró a la modelo Lauren Wasser inconsciente en su apartamento. El día anterior se encontraba mal y tenía fiebre, pero nunca habría pensado que el tampón que llevaba fuera el causante.
Sufrió síndrome del shock tóxico y, como consecuencia, la pérdida de ambas piernas. Esta complicación de ciertos tipos de infecciones bacterianas es poco frecuente, pero potencialmente mortal. Los factores de riesgo para que se produzca incluyen heridas en la piel, cirugía y uso de tampones y otros dispositivos, como copas menstruales, esponjas anticonceptivas o diafragmas.
A partir de la lectura de su historia, Leticia Chamorro decidió dejar de usar productos de higiene menstrual en 2014. “No sabía que un tampón podría llevarte a la muerte y era lo único que usaba, la noticia me impactó. En mi siguiente menstruación, no los había repuesto, era domingo y no tenía ningún establecimiento abierto cerca. Así que, como hemos hecho todas alguna vez, me puse papel. Aquel día me di cuenta de que no sangraba 24 horas al día y que ejercitando el suelo pélvico podía descargar más, incluso, sangrar voluntariamente”, narra en conversación con El Confidencial.
Así fue como hizo de algo puntual su modo de vida. Para ella, que tiene ahora 35 años, el sangrado libre es “estar conectada” y “menstruar proactivamente”. En ese año ella ya trabajaba como azafata de vuelo y el proceso de dejar de usar productos de higiene íntima lo recuerda “muy natural”. “Hacía cuatro vuelos diarios con 30 minutos de descanso entre ellos. Simplemente, le daba prioridad, iba al baño antes de embarcar y miraba a ver si caía algo. Nunca me ha llegado al pantalón, como mucho alguna mancha en la ropa interior, pero a día de hoy no mancho nada, igual si estornudo se me escapa una gotita, nada más. El aprendizaje ha sido a través de ensayo y error”, confiesa.
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Respecto a cómo afronta las noches, la divulgadora habla sobre su ritual nocturno de menstruación: “Antes de irme a dormir estoy unos 10 minutos descargando. Me encantaría decirte que me pongo velas y leo un libro, pero no, miro Instagram. Mientras, realizo ejercicios de suelo pélvico, contraigo y relajo, para decirle a mi útero que ese es el momento. Cuando dormimos, la vagina está en una posición en la que no va a sangrar mucho. De todas formas, si lo necesito, mi cuerpo me despierta como si tuviese que orinar y eso me hace sentir totalmente empoderada. Menstrúo por todo el mundo, hasta en sitios en los que no hay acceso a baños limpios”.
“Hemos aprendido a controlar los tiempos de heces y orina, con la menstruación hay que aprender a ver las señales. Vivimos desconectadas de nuestro cuerpo y es importante entender cómo funciona nuestro útero”, reseña.
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También insiste en que, en su caso, su periodo es “normal”: “No tengo un sangrado abundante, pero hay días que sangraba más que otros y tomé conciencia de ello”. Igualmente, expone que al principio solo se lo contó a su hermana y a su mejor amiga y que la respuesta de esta última se le quedó marcada: “Leti, no seas rata y gástate el dinero en tampones”. “En ese momento, si buscabas en internet sobre el tema, no encontrabas ningún tipo de información. Al escuchar esa respuesta, mi reacción fue no comentarlo y guardarlo en mi intimidad un tiempo”, continúa.
Después comenzó a hablarlo con algunas de sus compañeras de aerolínea: “En este sector el porcentaje de mujeres es alto y siempre coincides con las menstruaciones. Ahí fue donde por primera vez alguien le puso nombre a mi práctica, free bleeding”.
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Por otro lado, Leticia describe que esta práctica “no es para todo el mundo”. “Cuando hay algún tipo de síndrome se puede llegar a practicar, pero se debe adaptar. Por ejemplo, en la endometriosis se puede entrenar el día que sangras menos. O, si sufres hipertonía, pues debes acudir a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para mantener los músculos sanos”, manifiesta.
Cuando dominó su ciclo, Leticia empezó a estudiar e interesarse por el tema, autopublicó un libro que ahora el sello editorial Obreron ha reeditado, Vaginas Libres. Desde 2021 ha acompañado a más de 600 mujeres con el objetivo de que consiguieran una menstruación libre. “No soy enfermera ni ginecóloga, parece que no puedes divulgar sobre el tema si no eres sanitaria, pero yo sigo nutriendo mis conocimientos”, puntualiza.
¿Hay evidencia científica?
Por su parte, Ana Boldo, jefa de servicio Ginecología y Obstetricia del Hospital La Plana Vila-real y miembro de la junta directiva de la sociedad que representa a su colectivo (SEGO), no se muestra contraria a esta práctica y explica a este periódico en qué consiste. Indica que desde el punto de vista médico “no existen estudios” que muestren beneficios específicos del sangrado libre en comparación con otras formas de manejo de la menstruación. Sin embargo, asegura que algunas personas, como Leticia, lo consideran una alternativa "más natural y cómoda": "Especialistas en salud han señalado que la clave es encontrar el método que mejor se adapte a cada persona y sus necesidades diarias".
“Más allá de la práctica en sí, el sangrado libre forma parte de un movimiento más amplio que busca cuestionar los tabúes en torno a la menstruación y fomentar su normalización en la sociedad. Para muchas personas, más allá de una elección individual, representa un acto de empoderamiento y una forma de desafiar las normas establecidas sobre el cuerpo y la higiene menstrual”, aclara.
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Acerca de su origen, Boldo declara que el movimiento "ha ganado visibilidad en los últimos años como una alternativa a los métodos tradicionales de gestión menstrual". "Consiste en permitir que el flujo salga de manera natural, sin el uso de tampones, compresas o copas menstruales. Quienes lo practican suelen argumentar que se trata de una manera de conectar con su cuerpo, evitar productos químicos y reducir la generación de residuos”, comenta.
Añade que el interés que causa “no viene de ahora”. “Desde la década de 1970, se han registrado casos de personas que optan por no utilizar productos menstruales debido a preocupaciones sobre el síndrome de shock tóxico. No obstante, el tema cobró notoriedad en 2015, cuando la activista y música Kiran Gandhi corrió la Maratón de Londres mientras menstruaba sin utilizar productos de higiene, buscando visibilizar el estigma en torno a la menstruación”, finaliza la ginecóloga.
En 2012, la policía de Los Ángeles encontró a la modelo Lauren Wasser inconsciente en su apartamento. El día anterior se encontraba mal y tenía fiebre, pero nunca habría pensado que el tampón que llevaba fuera el causante.