Día Mundial de la patata frita: la comida callejera de la que ya hablaba Charles Dickens
Llevan alimentando una vieja disputa entre Francia y Bélgica pues ambas se empeñan en reclamar para sí la invención de la receta. ¿Quién tiene razón? Un museo nos saca de dudas
Casi todos tenemos claro cuál es el origen de la pizza, de la tortilla de patatas o de los perritos calientes, pero no tanto de algo tan corriente y moliente como las patatas fritas que, pese a lo que puedan pensar muchos, también tiene padre y madre. Pero ¿a qué país hay que adjudicarle el mérito (o el demérito en opinión de algunos) de su invención?
Respecto a esta cuestión nos toca remitirnos al Museo de la Patata Frita, ubicado en Brujas (Bélgica), que tiene registradas todas las idas y venidas de los personajes que influyeron en este universal plato que hoy casi todos degustamos con placer. Este curioso museo se pregunta cómo es posible que sea el único consagrado a la patata frita cuando estamos ante un plato de fama mundial.
No en vano, son los belgas los que ahora mismo andan reclamando a la Unesco que les atribuya la invención de las patatas fritas. Aunque no podemos pasar por alto que el tubérculo se prepara de una manera un tanto diferente por aquellos lares. En concreto, se emplea grasa de buey para su fritura y la someten a un proceso de cocción en dos fases, además de gustarles un acompañamiento de salsas como la mayonesa. Sin embargo, en la disputa no están solos, pues los franceses también reclaman para sí los honores de la receta. Lo cierto es que en los EEUU son conocidas como 'french fries' (patatas francesas) y esto otorga cierta ventaja a los galos.
'Historia de dos ciudades' con patatas fritas
Si somos apasionados de la literatura inglesa más clásica descubriremos una de las primeras alusiones literarias a este plato, pues ya Charles Dickens, en ‘Historia de dos ciudades’ (1859), se refiere a un plato compuesto por virutas de patatas fritas con algunas gotas de aceite que, por lo visto, ya por entonces era popular entre las clases trabajadoras como una deliciosa manera de matar el hambre. Y el colofón llegó en 1860 cuando un judío londinense llamado Joseph Malin decidió maridar las patatas con pescado frito. Sí, había nacido el famoso 'fish and chips' inglés.
Incluso el presidente estadounidense Thomas Jefferson (1743-1826) las introdujo como patatas francesas con ocasión de una cena celebrada en la Casa Blanca en 1802. En aquella ocasión las presentó a sus asistentes como patatas fritas al modo francés.
No obstante, existe una investigación de la Universidad de Lieja (Bélgica) que parece ser bastante definitiva. Vamos a ver cuál es su veredicto con respecto a esta vieja rencilla gastronómica que enfrenta a franceses y belgas.
Si no hay pescado para freír, que sean patatas
Es posible que las primeras patatas fritas se saborearan en Namur, en la Bélgica francófona, donde los lugareños eran especialmente aficionados al pescado frito. Cuando el río Mosa se congeló durante un frío invierno en 1680, la gente aparentemente no se resignó y decidió freír las patatas en lugar del pequeño pez al que estaban acostumbrados, y desde entonces, según dicen, seguimos friendo patatas.
Sin embargo, al historiador culinario Pierre Leclercq, profesor de la Universidad de Lieja (Bélgica), no le parece muy plausible esta historia. Sin ir más lejos, es muy improbable que esta sabrosa ocurrencia tuviera lugar, dado que las patatas no se introdujeron en la región hasta 1735.
Se cree que el inventor de la patata frita probablemente fuera un vendedor ambulante
También es poco creíble que en el siglo XVIII, en el que la grasa se podía considerar un lujo para las personas de economías más que modestas, se empleara la cara mantequilla para este menester. Además, la grasa animal no abundaba y tampoco se quería desperdiciar.
Un inventor que llegó de París
"El inventor de la papa frita probablemente siempre permanecerá en el anonimato", ha llegado a afirmar Leclercq en su artículo. "Pero podemos adivinar su trabajo: vendedor ambulante. También podemos adivinar su origen: parisiense", concluye.
A una conclusión semejante ha llegado la también historiadora especialista en alimentación Madeleine Ferrière: "La patata frita es hija de la cocina de la calle. Es por eso que resulta tan difícil establecer su certificado de nacimiento".
Una de las tesis más extendidas sostiene que habría sido inventada por los vendedores ambulantes en el puente más antiguo de París después de la Revolución de 1789. "Propusieron freír castañas calientes y patatas rebanadas", explica Ferrière.
Por cierto, es una herejía pincharlas con el tenedor. De hecho, al parecer el mismísimo Victor Hugo, el excelente literato francés, también tuvo ocasión de probarlas y se las comió cogiéndolas con los dedos. Es muy posible que fueran los franceses proscritos de 1851 los responsables de la introducción de las patatas fritas en Bruselas.
Casi todos tenemos claro cuál es el origen de la pizza, de la tortilla de patatas o de los perritos calientes, pero no tanto de algo tan corriente y moliente como las patatas fritas que, pese a lo que puedan pensar muchos, también tiene padre y madre. Pero ¿a qué país hay que adjudicarle el mérito (o el demérito en opinión de algunos) de su invención?