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El 70% del pollo de Lidl está contaminado con bacterias resistentes a antibióticos, según este análisis
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ALERTA A LOS CONSUMIDORES

El 70% del pollo de Lidl está contaminado con bacterias resistentes a antibióticos, según este análisis

Los expertos alertan de este problema, instan a la cadena de supermercados a mejorar sus protocolos alimenticios y dan unos consejos a los consumidores para evitar enfermedades

Foto: El 70% del pollo alemán de Lidl está contaminado con bacterias resistentes a antibióticos, según este análisis. (azerbaijan_stockers para Freepik)
El 70% del pollo alemán de Lidl está contaminado con bacterias resistentes a antibióticos, según este análisis. (azerbaijan_stockers para Freepik)

Cuando vamos a comprar al supermercado, lo hacemos con toda la confianza, sabedores de los rígidos protocolos de seguridad alimentaria que están establecidos en Europa. Confiamos en que la cadena de supermercados siga estas directrices, al igual que deberían hacer sus proveedores, y no esperamos que un producto tan sencillo como el pollo pueda traernos mayores problemas.

Sin embargo, la fundación Alemana Albert Schweitzer Foundation realizó en enero de 2023 varios análisis de laboratorio que alertaron de un gran problema. Los alimentos analizados, 51 en total, eran productos de pollo de la marca propia de Lidl, y el 71% dio positivo en contaminación por bacterias productoras de ESBL (betalactamasa de espectro extendido), resistentes a los antibióticos, así como otros patógenos, como las bacterias intestinales.

Los productos frescos de Lidl, concretamente sus carnes, cuentan con el certificado AENOR de bienestar animal. Pero esto no asegura la crianza de ganado sin antibióticos. En este caso, las bacterias portadoras de ESBL, encontradas en dos tercios de las muestras, pueden ser producidas por gérmenes como Escherichia coli (E. coli) y Klebsiella. Al generar esta resistencia, es más difícil tratar el germen con antibióticos, pudiendo sobrevivir a toda la cadena de producción y llegar a nuestras cocinas.

Compromiso Europeo del Pollo

Como indican en Equalia, ONG defensora de la mejora de las condiciones de vida de los animales destinados a consumo, “Lidl debería unirse al Compromiso Europeo del Pollo para mantener seguros a sus clientes”. De esta manera, se trabajaría en reducir el uso de antibióticos, mejorando el bienestar animal y previniendo la aparición de bacterias resistentes a los medicamentos.

Foto: Vista de un centro Lidl en Baleares. (EFE/David Arquimbau)

La cría masiva de pollos, y otros animales de ganadería intensiva, se produce en condiciones higiénicas deficientes. Esto provoca que los animales enfermen con frecuencia, por lo que reciben tratamientos constantes de antibióticos a modo preventivo. Así es como se desarrollan las bacterias resistentes, al igual que ocurre con los humanos que abusan de los antibióticos.

Por su parte, Lidl ha declarado al medio de comunicación alemán RTL que “todos los artículos están sujetos a extensos controles de calidad a lo largo de toda la cadena de suministro. Con nuestros valores límite internos de Lidl especialmente definidos, somos incluso más estrictos que los requisitos legales”. A pesar de estas afirmaciones, Lidl se ha comprometido a mejorar las condiciones de cría de los animales “a largo plazo”, siempre fijando “objetivos que son realistas y alcanzables”.

Consejos para los consumidores

Mientras tanto, como consumidores, ¿podemos hacer algo para protegernos? El doctor Christoph Specht, colaborador de RTL, enfatiza que la higiene en la cocina es crucial. Cuando manejemos carne de pollo cruda, debemos emplear un cuchillo exclusivo para su corte, y otro cuchillo para el resto de alimentos para evitar la contaminación cruzada, especialmente si son alimentos crudos. Por otra parte, si limpiamos la carne de pollo con agua, habrá que desinfectar también toda la superficie del fregadero, ya que el agua salpica y esparce las bacterias. Por último, Specht hace hincapié en que debemos cocinar muy bien la carne de pollo, y nunca consumirla cruda o poco hecha.

Cuando vamos a comprar al supermercado, lo hacemos con toda la confianza, sabedores de los rígidos protocolos de seguridad alimentaria que están establecidos en Europa. Confiamos en que la cadena de supermercados siga estas directrices, al igual que deberían hacer sus proveedores, y no esperamos que un producto tan sencillo como el pollo pueda traernos mayores problemas.

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