Los 7 beneficios insospechados de las fresas para la salud

Son dulces, jugosas y tan deliciosas como nutritivas. En 2021, se produjeron 360.000 toneladas de fresas y fresones en España. Este dato supuso un crecimiento de cerca de 90.000 toneladas con respecto al volumen producido el año anterior, según Statista.

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Sarah Romero

Estas frutas son, además, fuente inagotable de antioxidantes. Agregarlas a una dieta balanceada puede potencialmente ofrecer una amplia gama de beneficios, que van desde el apoyo cardiovascular y la reducción de la inflamación hasta la protección contra el cáncer, un intestino más saludable y más. Algunos antioxidantes que se encuentran en las fresas incluyen la vitamina C y los carotenoides luteína y caroteno, como documenta el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA). Además, las fresas son una buena fuente de otras vitaminas, minerales y fibra.

"Las fresas congeladas echadas en la avena y batidos pueden ser incluso más sabrosas que las frescas, ya que la fruta congelada se recolecta en su punto máximo de madurez"

Las fresas están en temporada en los meses de primavera y verano, y es cuando están más jugosas, según el USDA, pero las enlatadas, liofilizadas y congeladas están disponibles el resto del año y son deliciosas. Así, fuera de temporada, optar por fresas no frescas también puede ser una forma ‘rentable’ de obtener la dosis de esta fruta refrescante. Solo asegúrate de elegir variedades sin azúcar para dar con la opción más saludable.

De hecho, las fresas congeladas echadas en la avena y batidos pueden ser incluso más sabrosas que las frescas, ya que la fruta congelada se recolecta en su punto máximo de madurez. Además, la congelación puede preservar mejor sus codiciados antioxidantes, sugiere una investigación.

Fuente principal de antioxidantes, que reduce el estrés oxidativo

Una de las razones más destacadas para comer fresas es aprovechar sus posibles beneficios antioxidantes. Las bayas se encuentran entre las fuentes más potentes de antioxidantes, según un artículo de Nutrition Journal que analizó más de 3.100 alimentos. Los investigadores agruparon las fresas silvestres con las bayas más ricas en antioxidantes, que también incluían arándanos silvestres, moras y grosellas negras.

La exageración en torno a los antioxidantes tiene que ver con la capacidad de los compuestos para reducir el estrés oxidativo. Nuestras células luchan constantemente contra el estrés oxidativo de nuestro entorno, lo que contribuye en gran medida al envejecimiento celular y las enfermedades crónicas.

El consumo regular de fresas puede marcar una diferencia notable en los biomarcadores antioxidantes. En un ensayo publicado en noviembre de 2021 en Antioxidants, los participantes que consumieron 2,5 porciones de fresas al día durante cuatro semanas experimentaron una mejora significativa en su estado antioxidante.

Fortalecen el sistema inmune

Uno de los antioxidantes más potentes que se encuentran en las fresas es la vitamina C. La ingesta diaria recomendada es de 75 miligramos (mg) para mujeres y 90 mg para hombres, según los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH). Con 98 mg de esta vitamina en 1 taza en rodajas, según los datos del USDA, las fresas brindan más del 100 por ciento de su valor diario (DV), eso es más que una naranja, como señala el USDA .

La vitamina C es un nutriente esencial para la salud en general, en particular para la capacidad del sistema inmunitario para defenderse de los patógenos, según una revisión.

Nuestra inmunidad se deteriora a medida que envejecemos, pero la vitamina C sola o tomada con vitamina E puede mejorar la función inmunológica en los ancianos, como sugiere un estudio publicado en Experimental Gerontology. Esto explica por qué los suplementos de vitamina C y las fuentes de alimentos a menudo se recomiendan como armas contra los resfriados.

Reduce los riesgos cardiometabólicos

Las fresas y sus antioxidantes pueden tener efectos beneficiosos para la salud del corazón. Según un estudio publicado en Antioxidantes, se asocian inversamente con el riesgo cardiometabólico. Esto se refiere a los factores de riesgo que aumentan el riesgo de eventos vasculares mayores, como infarto y diabetes.

La investigación sobre las fresas, los antioxidantes y su posible vínculo con un menor riesgo de diabetes se está acumulando. Un estudio publicado en Nutrients concluyó que la ingesta de porciones regulares de fresas mejora significativamente la resistencia a la insulina en adultos con obesidad y LDL alto (el malo).

Disminuyen el riesgo de demencia

El deterioro cognitivo subjetivo, que se caracteriza por la confusión o la pérdida de la memoria, ocurre en aproximadamente el 11,1% de los adultos estadounidenses y afecta a los hombres con más frecuencia que a las mujeres, según el CDC. Las fresas pueden apoyar la salud del cerebro y mantenerlo alerta. Una mayor ingesta de ellas se ha asociado con un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer, y los flavonoides y la vitamina C de las mismas contribuyen a la reducción de la incidencia, según un estudio de Nutrients.

Mejoran los niveles de colesterol

Un ensayo de Nutrients constata que, después de un alto consumo de fresas, los niveles de colesterol total y malo fueron significativamente más bajos. También se observaron mejoras significativas en el colesterol total en un metanálisis publicado en agosto de 2020 en el British Journal of Nutrition.

Pueden reducir la inflamación

La inflamación es una parte normal de la respuesta inmunológica del cuerpo, pero la crónica puede acompañar a enfermedades cardiacas, cáncer, diabetes, artritis y otras enfermedades, Con un alto contenido de flavonoides y antioxidantes, la fruta en particular puede tener efectos positivos en los marcadores de inflamación y propiedades neuroprotectoras, anticancerígenas, cardioprotectoras y antidiabéticas para evitar enfermedades, según una investigación. El pigmento que les da a las fresas su color, la antocianina, conlleva propiedades antiinflamatorias.

Actividad prebiótica

Un estudio en animales en el Journal of Nutritional Biochemistry encontró que la suplementación con fresas aumentó las bacterias intestinales beneficiosas en ratones. Esto sugiere que los polifenoles de las fresas probablemente tengan actividad prebiótica, lo que significa que ayudan a impulsar el crecimiento de microbios probióticos beneficiosos como Bifidobacterium en el intestino.

Los investigadores también encontraron un vínculo entre las antocianinas de las fresas y las propiedades prebióticas, lo que sugiere una relación bidireccional entre las antocianinas beneficiosas y la microbiota intestinal.