El año que los médicos cántabros pararon los hospitales por los 900 € de la exclusividad
En 2007 una huelga paró 10 meses los centros para conseguir, entre otras cuestiones, que los doctores de la pública no perdieran dinero aunque trabajasen en la privada. Ahora Sanidad quiere imponer esta exclusividad a todos los jefes de servicio
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fb48%2F57c%2Ffc7%2Fb4857cfc737ec7a9bb565dbda5bcf70a.jpg)
Para Charo Quintana, que fue consejera de Sanidad y Servicios Sociales de Cantabria de 2003 a 2007, “la sanidad pública tiene el mismo derecho que la empresa privada, y que el resto de la administración pública, a prevenir determinados conflictos de intereses”. La médico habla del régimen de incompatibilidades que afecta a todos los funcionarios de la administración y que es una práctica común en la empresa privada: “No puedes trabajar en Coca Cola y en Pepsi a la vez”.
En España, la ley que regula las incompatibilidades del personal público, es bastante ambigua, ya que respeta el ejercicio de actividades privadas, siempre que estas no impidan ni menoscaben el estricto cumplimiento de las obligaciones públicas. En el caso de los sanitarios, basándose en un déficit de facultativos, la mayoría de regiones han permitido que los médicos dediquen horas adicionales a trabajar en centros privados. Y para contrarrestar el atractivo sobresueldo que la sanidad privada ofrecía, las comunidades autónomas optaron por compensar a aquellos empleados públicos que trabajaran solo para el sistema con un complemento de exclusividad de alrededor de 800 euros, según cuantifica en un estudio del 2024 la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sepas).
Pero para Quintana, que también ha sido ginecóloga en el sistema público durante décadas, que se produzca ese ejercicio simultáneo, “da lugar a problemas de productividad, prácticas irregulares, parasitarias y, últimamente, prácticas vampirizadoras”. “Y esto no es algo que te diga alguien que no ha estado en el sistema público, porque yo he trabajado más de 40 años en él. He visto todas y cada una de estas cuestiones. Desde ese médico que pasa las recetas de su consulta privada por el Sistema Nacional de Salud hasta el que solicita la analítica en el sistema público, pero cobra la atención privada. También he visto la vampirización en el sentido contrario, ‘tengo mucha lista de espera y si quieres te lo hago en mi clínica’”, ejemplifica. Asimismo, apostilla que creer que esto no sucede, es excepcional o se puede controlar, “es plantear que somos seres de luz y no seres humanos. Es cerrar los ojos a la absoluta realidad”.
Explica que en Cantabria, cuando ella era médico y posteriormente consejera, había una retribución de complemento específico por exclusividad, que suponía alrededor de los 900 euros al mes. De este modo, cuando se establecía la relación laboral con el Servicio Cántabro de Salud (SCS), el propio sanitario especificaba cómo quería trabajar, “aunque bueno otra de las corruptelas es que había gente que optaba por trabajar en exclusividad para cobrarla, pero luego no era así”, una situación que no es excesivamente frecuente, matiza, pero que sucede. No solo la ginecóloga tiene esta percepción, sino que el citado estudio de Sespas también lo constata, como explica a este periódico una de las autoras del mismo, Ariadna García-Prado. Esta profesora de Economía de la Salud de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) también confirma que el resto de prácticas descritas por Quintana suceden.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F4d7%2Fe9f%2F724%2F4d7e9f724f28b12301ab6f455275ec1a.jpg)
Las reticencias de los médicos a perder parte del sueldo al renunciar a esta exclusividad por trabajar en la privada, entre otras cuestiones, le supuso a la consejera enfrentarse a una huelga que paró los principales servicios sanitarios de Cantabria durante varios meses de 2007. Cabe destacar que esta exclusividad llegó a ser obligatoria en el SCS para lo que hoy llamamos jefes de servicio, aunque esta directriz acabaría diluyéndose. Y precisamente el borrador del nuevo Estatuto Marco de los sanitarios, contra el que este sábado se manifiestan los médicos en Madrid, quiere imponer en todo el territorio nacional “la incompatibilidad para trabajar en la privada para los mandos intermedios, como jefes de servicio y sección”.
3.700 operaciones y 55.000 consultas suspendidas
Cuenta la exconsejera que “los sindicatos médicos estaban muy en contra de la exclusividad, ya que estos representan generalmente a los médicos que trabajan en la privada o tienen la doble dedicación. Entonces, con el eslogan ‘mismo trabajo, misma retribución’ quisieron hacer un cambio. Y a raíz de esto entraron en una huelga”.
De este modo, a mediados de 2006 se produjeron algunos paros puntuales y a principios de 2007 comenzaría una huelga que se prolongaría varios meses parando los principales hospitales de Cantabria, entre ellos el de referencia, el Marqués de Valdecilla.
Considera Quintana que “fue una huelga muy política, planteada de manera que los médicos no perdieran o perdieran el mínimo de dinero. Se seleccionaban puestos clave, por ejemplo, anestesistas, entonces anestesistas, bloqueaban todos los quirófanos, bloqueaban todas las pruebas exploratorias invasivas que van con anestesia, bloqueaban la unidad del dolor y así sucesivamente”.
Cuando solo llevaban dos meses de paros, la Consejería de Sanidad puso cifras del impacto que estaba teniendo: se habían suspendido en 3.700 operaciones y 55.000 consultas, lo que costaría a la comunidad más de 4,7 millones de euros.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F78a%2F8c3%2F427%2F78a8c34270a105fabb8deb2959a40886.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F78a%2F8c3%2F427%2F78a8c34270a105fabb8deb2959a40886.jpg)
En ese tiempo se produjeron negociaciones broncas y reivindicaciones varias que fueron, como comentaba un portavoz regional en el momento: “Primero pedían el pago de las guardias; luego, en apoyo de los MIR; después por la carrera profesional; más tarde por el complemento específico [que pagaba la dedicación exclusiva en los tres hospitales en la región] y que ellos querían que fuera igual para todos, aunque por la tarde trabajen en la privada”.
Desde el Sindicato Médico de Cantabria (SMC), que en su día participaron en estas negociaciones, admiten que el tema de la exclusividad fue uno de los puntos fuertes de aquellos paros, pero no el único. En declaraciones a este periódico hacen especial hincapié en los parámetros que comenzaban a trazarse para definir la carrera profesional, el procedimiento por el que se regularía los distintos niveles de los sanitarios en función de sus méritos.
La que fuera consejera también destaca esta última demanda, aunque en algunos casos “su reivindicación era una carrera profesional ad hoc”. Según cuenta, hubo médicos que iban a las mesas de negociación con sus currículums para que los criterios de la carrera profesional se ajustaran a ellos.
Un pacto que acabó en saco roto y el triunfo médico final
Los parones de los médicos se mantuvieron hasta las elecciones al Parlamento de Cantabria que tuvieron lugar en mayo 2007. En la época de Quintana, el PSOE [que fue quien la designó para la Consejería, aunque no formase parte del partido] gobernaba junto al PRC de Miguel Ángel Revilla, pero en las citadas urnas perdió bastante apoyo y aunque volviesen a gobernar en coalición, vendría un nuevo consejero.
De este modo, a Quintana la sustituyó Luis María Truán, que sí era miembro del PSOE. Su consejería continuó con las negociaciones y en noviembre de 2007, tras 10 meses de huelgas, se firmó un acuerdo con los sindicatos. El compromiso, al que ha tenido acceso El Confidencial, recoge una diferenciación entre las profesiones sanitarias, estudiar la inclusión de los interinos en la carrera profesionales o las retribuciones para las guardias localizadas, entre otras cuestiones.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F382%2Fa02%2F844%2F382a028441d0a5b320579051f3998e2e.jpg)
Respecto a la exclusividad, los médicos cántabros firmantes del acuerdo creyeron haber triunfado, ya que el texto del 2007 contemplaba: “Todos los facultativos cobrarán el Componente General del Complemento Específico”, aunque “se negociará en la Mesa Sectorial de personal de Instituciones Sanitarias la revisión del Complemento Específico", pero el documento matizaba “si bien, en tanto se acuerde la revisión del sistema vigente, se mantendrá el actual régimen y cuantía del complemento específico en relación con el personal facultativo con dedicación exclusiva”.
Definitivamente, este punto del acuerdo cayó en saco roto, según explican desde SMC. Pronto se empezarían a ver los primeros efectos de la crisis económica de la burbuja inmobiliaria, tras ello llegarían ajustes en el personal público y todo ello llevaría a que esa Mesa Sectorial, donde debía negociarse, nunca tuviera lugar.
Años después, con la llegada del PP al gobierno regional, el sueldo de los médicos del SCS pasó a ser prácticamente el mismo, aunque ejerciesen también en la privada. Esto sucedió en 2014, con María José Sáenz de Buruaga (actual presidenta de Cantabria), como nueva responsable del departamento, se eliminaban las diferencias en la retribución debidas al concepto de exclusividad.
Sucesivas huelgas por la exclusividad
La de Cantabria fue el ejemplo más extremo, pero no fue el único conflicto autonómico que se vivió en aquella época a cuenta de las exclusividades y la definición de la carrera profesional. El motivo de que estas se dieran es que el Congreso aprobó en 2003 dos leyes para regular el sector: la de Ordenación de las Profesionales Sanitarias y el Estatuto Marco. Pero el desarrollo de estas leyes correspondía a las comunidades, lo que originó comparaciones desfavorables en cada punto de España.
De este modo, en 2007 los médicos también se levantaron por sus condiciones en Aragón, Comunidad Valenciana o País Vasco. El siguiente año, serían los gallegos los que plantearían una huelga de médicos para cobrar la exclusividad sin ejercerla.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fa6d%2F934%2F68c%2Fa6d93468c02fb5c19328b7acb1c4152d.jpg)
Más allá de la exclusividad, las protestas de los médicos por sus condiciones laborales en la pública también se extenderían por toda España en los siguientes años. Los contratos temporales, los recortes en las pagas extra, las interinidades o las consultas saturadas en la pública empujaron a algunos sanitarios a dedicarse en exclusiva a la privada. Si bien, la huida hacia el sector privado fue excepcional, según los expertos.
Para Charo Quintana, que fue consejera de Sanidad y Servicios Sociales de Cantabria de 2003 a 2007, “la sanidad pública tiene el mismo derecho que la empresa privada, y que el resto de la administración pública, a prevenir determinados conflictos de intereses”. La médico habla del régimen de incompatibilidades que afecta a todos los funcionarios de la administración y que es una práctica común en la empresa privada: “No puedes trabajar en Coca Cola y en Pepsi a la vez”.