Tres falsos mitos sobre los mejillones que deberías dejar de creer

El mejillón es el molusco más popular en España. La porción comestible corresponde al 25% del peso, y aunque el 87% de su composición es agua, es rico en proteínas (10,8 g), minerales (calcio, selenio, fósforo, hierro, yodo) y vitaminas -sobre todo B12 -, pobre en grasas (1,9 g) y sin hidratos de carbono, por lo que su valor energético es bajo, de 60 kilocalorías por 100 gramos. Por tanto, se trata de un alimento de gran valor nutricional, sabroso y barato, con un consumo per cápita de 0,76 kg al año, según el informe de 2022 del Ministerio de Agricultura sobre el consumo de alimentos en España.

España es una potencia productora de mejillón, la mayoría se da en las Rías Baixas -en el Mediterráneo se produce otro, de menor tamaño- y procede de la acuicultura, por un sistema de bateas provistas de mallas en las que se adhiere la cría del mejillón y cuerdas a las que se agarra el más desarrollado.

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La popularidad de la que goza este molusco no evita que existan falsos mitos en torno al mismo. La empresa Aguinamar, especializada en la depuración, limpieza, transformación, envasado y comercialización de mejillón, ha detectado, a partir de encuestas a los ciudadanos, los tres más frecuentes

Solo viven en agua salada

Es falso. Según el mencionado Estudio sobre Hábitos de Consumo de Pescado y Productos del Mar, el 25% de los españoles no sabe que los mejillones pueden vivir tanto en agua dulce como en agua salada. La compañía colabora con bateiros locales y cuenta con un total de 3.000 bateas, que producen anualmente más de 285.000 toneladas de mejillón. Las extraordinarias condiciones medioambientales en las que se crían favorecen la elevada concentración de fitoplacton, su alimento.

Crecen durante todo el año

Es una idea muy alejada de la realidad. El mejillón -que filtra 8 litros de agua a la hora- alcanza su talla comercial en un periodo de 18 a 22 meses. Además, entre los meses de marzo y mayo hace un parón en su crecimiento debido al desove (puesta de huevos de los peces), lo que pone de manifiesto su estacionalidad, ya que el molusco se debilita entre marzo y julio para iniciar su engorde posteriormente.

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Contienen mucho colesterol

Se trata del tercer mito. En general, los moluscos, incluido el mejillón, presentan menor cantidad de colesterol que otros mariscos. Además, dado su tamaño, es difícil llegar a ingerir cantidades de colesterol que puedan ser preocupantes. “La cantidad de colesterol que nos aportan los mejillones es mínima. Es más relevante su contenido en grasas saludables como son los omega-3, los cuales aportan numerosos beneficios a nuestro organismo”, expone la nutricionista Yaiza Quevedo.

El estudio también revela que la mitad de los españoles encuentra difícil limpiar o cocinar mejillones, un obstáculo fácilmente salvable gracias a la oferta de empresas de producto limpio, congelado, pasteurizado e incluso preparado de diferentes formas y listo para consumir.