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La dieta baja en hidratos te protege de la diabetes aunque no adelgaces
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La dieta baja en hidratos te protege de la diabetes aunque no adelgaces

Regular nuestros niveles de azúcar en sangre y evitar el síndrome metabólico es algo fundamental para vivir más tiempo, mejor y sin enfermedades degenerativas que ponen en peligro nuestra vida

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Hay ciertos dogmas que tenemos asumidos en el terreno de la nutrición. Algunos de ellos tienen todo el sentido del mundo: estar en nuestro peso, mantener unos niveles de colesterol dentro de la normalidad, comer todo tipo de alimentos saludables... Otros, en cambio, son mucho más dependientes de las modas y de las tendencias del momento. En los años 2000, la moda fue las dietas altas en proteínas, que resultaron ser tremendamente insanas por suponer, entre otras cosas, una carga tremenda para nuestros riñones, al ser los encargados de eliminar el nitrógeno que compone los aminoácidos, que a su vez forman las proteínas. Depués, con la llegada de las redes sociales y el auge del nutricionista (no del titulado, que se lee todos los artículos científicos que aparecen, sino el 'fit', que con un cuerpo de escándalo alardea de los beneficios de una nueva tendencia alimentaria). Ejemplo de esto son los carnívoros extremos, los paladines de la dieta keto o los que defienden la dieta paleolítica.

Ya hemos hablado en ocasiones de por qué esta última es un soberano despropósito, pero del resto hay aspectos que, si bien no son lógicos a primera vista, sí que suponen un cambio de los puntos de vista que a la larga sí que pueden proporcionarnos beneficios. Uno de estos ejemplos es la dieta baja en hidratos de carbono, extraordinariamente parecida (si no igual) a la keto. Consiste en restringir al máximo la ingesta calórica proveniente de carbohidratos y sustituirla tanto por proteínas como por grasas. Está principalmente diseñada para adelgazar, pero se han descubierto otros beneficios.

"La calidad de la dieta importa y mucho. Incluso más que la cantidad de calorías que ingerimos"

Uno de ellos es el que han hallado los investigadores de la Ohio State University liderados por el profesor Jeff Volek. Existe una relación directa entre la ingesta de hidratos de carbono y el aumento de la cantidad de azúcares en sangre. Este factor es determinante para promover la aparición de la diabetes mellitus tipo 2, por la que la respuesta de nuestro cuerpo a la insulina (hormona encargada de regular el azúcar en nuestro torrente sanguíneo) disminuye. Sufrirla implica tener que ejercer un control continuo, durante toda nuestra vida, sobre lo que comemos, el ejercicio físico que necesitamos y controlar, además, nuestros niveles de insulina. Tanto para luchar contra ella como para prevenirla, una de las principales recomendaciones de los profesionales de la salud es reducir los hidratos de carbono (que en definitiva son moléculas más o menos largas de glucosa, o dicho de otro modo, azúcar).

Los investigadores de la Ohio State University quisieron probar una teoría y eligieron a un grupo de 16 hombres y mujeres con síndrome metabólico (un grupo de afecciones entre las que se encuentra la hipertensión arterial, la glucosa alta en sangre, acumulación de grasa en la cintura y los bajos niveles de colesterol HDL), que pone en riesgo al paciente de padecer diabetes tipo 2. A continuación, les cambiaron absolutamente su dieta, reduciendo al máximo su consumo de hidratos de carbono, pero asegurándose de que comían suficientes calorías como para no perder peso en ningún caso.

placeholder Riquísimo y ni un solo hidrato de carbono. (iStock)
Riquísimo y ni un solo hidrato de carbono. (iStock)

Los resultados fueron de lo más sorprendente. Ninguno de los sujetos de estudio adelgazó (esa era la intención); sin embargo, más de la mitad de los participantes vio su síndrome metabólico completamente revertido. Los niveles de colesterol HDL volvieron a niveles normales, el azúcar en sangre disminuyó hasta situarse en valores 'fuera de peligro' y la tensión arterial disminuyó en todos los casos.

Este estudio es de especial relevancia, dado que hasta el momento había un debate constante con otros estudios del mismo estilo en el que el síndrome metabólico de los participantes también se revertía, pero todos perdían peso, por lo que no se sabía si los efectos sobre la salud eran a causa del adelgazamiento o no.

"Nuestro punto de vista es que restringir los hidratos de carbono, incluso sin pretender perder peso, mejora el síndrome metabólico de los pacientes con esta condición. Obviamente, la calidad de la dieta importa, dado que la cantidad (en contenído calórico) era fija en este experimento".

Hay ciertos dogmas que tenemos asumidos en el terreno de la nutrición. Algunos de ellos tienen todo el sentido del mundo: estar en nuestro peso, mantener unos niveles de colesterol dentro de la normalidad, comer todo tipo de alimentos saludables... Otros, en cambio, son mucho más dependientes de las modas y de las tendencias del momento. En los años 2000, la moda fue las dietas altas en proteínas, que resultaron ser tremendamente insanas por suponer, entre otras cosas, una carga tremenda para nuestros riñones, al ser los encargados de eliminar el nitrógeno que compone los aminoácidos, que a su vez forman las proteínas. Depués, con la llegada de las redes sociales y el auge del nutricionista (no del titulado, que se lee todos los artículos científicos que aparecen, sino el 'fit', que con un cuerpo de escándalo alardea de los beneficios de una nueva tendencia alimentaria). Ejemplo de esto son los carnívoros extremos, los paladines de la dieta keto o los que defienden la dieta paleolítica.

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