Caldo reconstituyente de raíces y cúrcuma en tiempos de virus
Esta idea es apta para todos los públicos, ya que no tiene ni gluten, ni lácteos. Además, es perfecta para reconectar cuerpo y mente
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Los intestinos y las raíces tienen muchas similitudes: funcionan y evolucionan gracias a lo que reciben como alimento, absorben y asimilan lo que les llega y lo transforman en vida y energía para sus hojas o cuerpo. Si las plantas reciben agua en poca y mala calidad, la planta morirá. No hagamos esto a nuestros queridos intestinos.
Desde el punto de vista macrobiótico, las verduras de raíz nos ayudan a absorber mejor los nutrientes en los intestinos y nos aportan una energía estabilizadora. Se fortalecen así cualidades en nosotros como la estabilidad, el tocar tierra, la confianza, la concentración, perseverancia, voluntad…
Este caldito depurativo y revitalizante tiene tubérculos (raíces hinchadas) como las patatas, raíces largas como las zanahorias y chirivías, raíces redondas como son las cebollas, y raíces irregulares como la cúrcuma, como nos cuenta I Am Bio.
Ingredientes
- 2 zanahorias
- 1 chirivía grande
- 2 cebollas (una blanca y una roja)
- 1 patata
- 1 cucharada sopera de cúrcuma en polvo
- 1 pizca de sal del Himalaya
- 1 pizca de orégano
- 1 pizca de pimienta
- 1 cucharada de sésamo para decorar
- 2 cucharadas de aceite de coco para sofreír
- 1 litro de agua (aprox., lo necesario para cubrir las verduras)
Elaboración
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- Cortar a trocitos pequeños las cebollas, zanahorias, chirivía y patata.
- Sofreír con dos cucharadas de aceite de coco la cebolla, y añadir después las zanahorias, chirivía y patata.
- Pasados 5 minutos, llenar la olla de agua hasta tapar las verduras.
- Añadir la cucharada sopera de cúrcuma en polvo, el orégano, la sal y pimienta (al gusto, con una pizca basta).
- Llevar a ebullición y a los 5 minutos, bajar el fuego al mínimo durante 15 minutos más.
- Apagar el fuego y añadir el sésamo.
¡Servir calentito!
Los intestinos y las raíces tienen muchas similitudes: funcionan y evolucionan gracias a lo que reciben como alimento, absorben y asimilan lo que les llega y lo transforman en vida y energía para sus hojas o cuerpo. Si las plantas reciben agua en poca y mala calidad, la planta morirá. No hagamos esto a nuestros queridos intestinos.