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La ciencia descubre cómo es el ejercicio que reduce el riesgo de cáncer de próstata
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Actividad física

La ciencia descubre cómo es el ejercicio que reduce el riesgo de cáncer de próstata

Un equipo de investigadores suecos ha descubierto que aumentar un poco la capacidad aeróbica puede disminuir un 35% la posibilidad de desarrollar un tumor prostático (el más frecuente en los hombres)

Foto: El belga Gerben Thijssen en la Challenge Ciclista Mallorca. (EFE/Miquel A. Borràs)
El belga Gerben Thijssen en la Challenge Ciclista Mallorca. (EFE/Miquel A. Borràs)

El ejercicio es, junto con la dieta, el mejor aliado de la salud. Protege contra enfermedades cardiacas, metabólicas, reumáticas, mentales y, por supuesto, oncológicas. En esta línea, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) recuerda que la actividad física puede reducir hasta un 30% el riesgo de cáncer de mama, colon, vejiga, endometrio, esófago y estómago, y casi el 20% el riesgo de mortalidad específica por cáncer. Y, aunque con menos estudios, los beneficios del ejercicio se extienden a los tumores de próstata y de pulmón.

Fomentar el ejercicio es una prioridad de salud pública y entre las estrategias para lograrlo está la de hacer a los médicos de atención primaria prescriptores de ejercicio (tanto aeróbico como de fuerza). Uno de los últimos argumentos que pueden esgrimir para convencer a los varones de que hagan deporte es que disminuye el riesgo de cáncer de próstata (el más frecuente en el varón y que en 2024 incorporará a cerca de 1,5 millones de nuevos afectados en el mundo) y no es necesario emplearse a fondo, ya que basta un aumento anual de un 3% o más en la aptitud cardiorrespiratoria para reducir un 35% la posibilidad de desarrollar cáncer de próstata, aunque no de morir por esta enfermedad, según una investigación publicada en British Journal of Sports Medicine.

Foto: Foto: Unsplash/@castaneyra.

Lo que hace diferente el nuevo estudio de otros anteriores es que, mientras estos se centran en la aptitud física en un momento determinado, el actual determina el impacto del ejercicio tanto en el riesgo como en la mortalidad por cáncer de próstata. Para ello, los autores, liderados por la doctora Kate Bolam, de la Escuela de Salud y Deporte de Estocolmo, querían averiguar si las mejoras en la aptitud cardiorrespiratoria a lo largo del tiempo pueden influir en el riesgo y mortalidad por cáncer de próstata.

Datos sólidos

A partir de una base de datos nacional —incluidos los de octubre de 1982 a diciembre de 2019— de evaluación de perfiles de salud ocupacional, los investigadores recogieron información sobre actividad física, estilo de vida, la salud percibida, masa corporal, altura y los resultados de dos pruebas de aptitud cardiorrespiratoria medidas pedaleando en una bicicleta estática. En total, se incluyeron los datos de dos exámenes de salud (separados entre sí 11 meses) de más de 57.000 varones.

placeholder Las pruebas de resistencia de bicicleta estática informan de la capacidad aeróbica. (iStock)
Las pruebas de resistencia de bicicleta estática informan de la capacidad aeróbica. (iStock)

Las mediciones anuales de aptitud cardiorrespiratoria se expresaron como V02 máximo absoluto y relativo (el volumen de oxígeno que el cuerpo usa cuando se ejercita a la máxima intensidad posible) y se dividieron en grupos en función de si el VO2 aumentó anualmente más del 3%, disminuyó más del 3% o se mantuvo estable.

Los cambios en la condición física final respecto a la inicial sirvieron para determinar el riesgo de cáncer de próstata. Así, los varones que mejoraron su condición física en un 3% o más al año tenían un 35% menos de probabilidades de desarrollar cáncer de próstata que aquellos cuya condición física empeoró.

La mortalidad no cambia

Durante un periodo promedio de casi siete años, 592 hombres (1% de la muestra total) fueron diagnosticados con cáncer de próstata, de los que 46 murieron. Para analizar la mortalidad, los investigadores hicieron el seguimiento de la supervivencia de los participantes desde la fecha de su segunda evaluación hasta la de su muerte por cáncer de próstata o por cualquier causa (lo que ocurriera primero).

Los factores genéticos tienen un papel importante tanto en la aptitud cardiorrespiratoria como en el riesgo de cáncer

Sin embargo, aunque la investigación es rigurosa, sus autores advierten de que “se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer factores causales”. Además, añaden, “los factores genéticos tienen un papel importante tanto en la aptitud cardiorrespiratoria como en el riesgo de cáncer”.

Sin embargo, concluyen: “Los resultados resaltan la importancia de la aptitud cardiorrespiratoria para el riesgo de cáncer de próstata, que ha sido difícil de determinar con estudios de un solo punto temporal”, y añaden que hay que animar a los varones a que mejoren en la capacidad porque pueden reducir el riesgo de cáncer de próstata.

El ejercicio es, junto con la dieta, el mejor aliado de la salud. Protege contra enfermedades cardiacas, metabólicas, reumáticas, mentales y, por supuesto, oncológicas. En esta línea, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) recuerda que la actividad física puede reducir hasta un 30% el riesgo de cáncer de mama, colon, vejiga, endometrio, esófago y estómago, y casi el 20% el riesgo de mortalidad específica por cáncer. Y, aunque con menos estudios, los beneficios del ejercicio se extienden a los tumores de próstata y de pulmón.

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