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Nueva opción para tratar el cáncer de próstata con menos secuelas
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Radiación

Nueva opción para tratar el cáncer de próstata con menos secuelas

Las complicaciones más frecuentes después del tratamiento de un tumor prostático son incontinencia urinaria e impotencia. La terapia con protones puede ser una opción para algunos pacientes y tiene menos efectos adversos

Foto: Sesión de protonterapia. (CUN)
Sesión de protonterapia. (CUN)

El de próstata es el cáncer más frecuente en los hombres. A lo largo de este año, en España se detectarán más de 29.000 nuevos casos, que se sumarán a los cerca de 250.000 afectados que han sobrevivido más de cinco años a la enfermedad. La mayoría de los varones con tumores de próstata se curan o viven muchos años (en el año 2021, fallecieron 5.800 por este motivo), pero tras el tratamiento, pueden quedar secuelas, especialmente incontinencia urinaria e impotencia.

Existen diferentes opciones terapéuticas para los tumores de próstata; las más habituales son cirugía (prostatectomía), braquiterapia, radioterapia y crioterapia, y aunque son muy efectivas, algunos pacientes recaen. Ahora, una nueva opción se está colando entre esas alternativas: la protonterapia, un tipo de radiación que emplea protones, un procedimiento que reduce el exceso de radiación en los tejidos sanos. Se está utilizando sobre todo para determinados tumores del sistema nervioso, oculares y algunos pediátricos, aunque sus buenos resultados están llevando a explorar nuevas indicaciones, entre ellas, para el cáncer de próstata.

Foto: Modelo anatómico del sistema reproductor masculino. (iStock)

Las ventajas de la protonterapia en la glándula prostática se derivan de la menor radiación que reciben los tejidos próximos: el recto, el intestino, la vejiga y las estructuras nerviosas que permiten la erección. La Clínica Universidad de Navarra (CUN) ha comenzado a aplicar tratamiento en pacientes seleccionados. En declaraciones a El Confidencial, el doctor Mauricio Cambeiro, del Área de Cáncer de Próstata de la CUN, destaca que “la protonterapia se puede aplicar en todos los escenarios de tumor localizado, localmente avanzado o recurrente”. Es decir, que el procedimiento está indicado “en todos los estadios clínicos [del cáncer de próstata], con intención curativa o de control pélvico”.

Indicaciones

Entre las prioridades de los pacientes a la hora de elegir tratamiento -después de la curativa- están la de preservar la continencia urinaria y la función sexual, por lo que podrían plantearse la protonterapia. Sin embargo, y por ahora, Cambeiro aclara que “es una alternativa al tratamiento convencional que mejora algunos aspectos en términos de la distribución de la dosis en órganos sanos, pero no se puede plantear como una prioridad”. En su opinión, “posiblemente, donde la indicación sea más clara es el rescate tras una prostatectomía y en un rescate en donde se tenga que incluir un territorio ganglionar amplio de la pelvis, porque ahí hay más contenido intestinal que se debería preservar”.

placeholder Un médico explica la anatomía de la próstata. (iStock)
Un médico explica la anatomía de la próstata. (iStock)

¿Y para la recaída después de radioterapia? Para el especialista, “técnicamente se podría plantear como una opción”, pero “son casos muy seleccionados y habría que elegirlos con mucho detalle”. Hecha esta aclaración, “es posible plantear una reirradiación con protones en un volumen previamente irradiado y, además, previamente irradiado con protones”.

De todas formas, es necesario que pase más tiempo para determinar si hay recaídas después de protonterapia, ya que “aunque la probabilidad de que suceda es baja, existe”.

Escenario extremo

Un escenario especialmente complejo es cuando el paciente ya ha sido operado y radiado previamente: “La protonterapia es una alternativa que se puede plantear como tratamiento de rescate en un enfermo con esos antecedentes, puesto que una radiación convencional no se puede plantear”.

Las técnicas de radioterapia actuales están muy avanzadas y sería difícil pensar que se vayan a sustituir por completo

A pesar de las ventajas que ofrece la radiación con protones, Mauricio Cambeiro no vislumbra el fin de la radiación con fotones: “Las técnicas de radioterapia actuales están muy avanzadas y sería difícil pensar que se vayan a sustituir por completo, pero sí debemos esperar que la protonterapia vaya ganando terreno en el tratamiento del cáncer de próstata”.

¿Cómo es el tratamiento con protones?

El tratamiento de protonterapia exige un proceso complejo de planificación y de control de calidad, pero “en términos prácticos para el paciente -destaca el Dr. Cambeiro- se exploran esquemas de tratamiento corto con una duración de entre 5 y 20 días, en sesiones diarias breves y ambulatorias de unos 10-20 minutos”. En casos de anatomía favorable, en pacientes con una próstata de tamaño normal, sin sintomatología urinaria asociada y con tumores de bajo riesgo, “se puede aplicar en muy pocas fracciones de entre 5 y 8 sesiones en días consecutivos o alternos. En tumores con anatomía desfavorable y tumores de alto riesgo, lo habitual es dispensarlo en 20 sesiones”.

Foto: El tacto rectal forma parte de la rutina para explorar la próstata. (iStock)

El doctor Javier Aristu, especialista del Área de Cáncer de Próstata de CUN, hace hincapié en que “la protonterapia minimiza o elimina las dosis de irradiación que reciben, inevitablemente, las estructuras sanas intrapélvicas cuando los pacientes son tratados con radioterapia convencional. Esta ventaja frente al tratamiento con fotones permite incrementar la dosis total de radioterapia en las áreas de recurrencia, sin incrementar potencialmente la tasa de toxicidad”.

Además, la protonterapia tiene la ventaja añadida de que “disminuye significativamente el riesgo de desarrollar segundos tumores radioinducidos a largo plazo, una circunstancia que en estos pacientes con larga supervivencia puede ser relevante”, concluye Aristu.

El de próstata es el cáncer más frecuente en los hombres. A lo largo de este año, en España se detectarán más de 29.000 nuevos casos, que se sumarán a los cerca de 250.000 afectados que han sobrevivido más de cinco años a la enfermedad. La mayoría de los varones con tumores de próstata se curan o viven muchos años (en el año 2021, fallecieron 5.800 por este motivo), pero tras el tratamiento, pueden quedar secuelas, especialmente incontinencia urinaria e impotencia.

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