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Estos son los aditivos más adictivos que ocultan tus 'snacks' favoritos
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Estos son los aditivos más adictivos que ocultan tus 'snacks' favoritos

El secreto de que muchos aperitivos nos enganchen hasta no poder parar de comerlos está en su color y sabor, que no son naturales sino el resultado de sustancias añadidas. Desenmascaramos a los más potentes

Foto: Foto: Unsplash/@tamasp.
Foto: Unsplash/@tamasp.

Los aditivos alimentarios suscitan una gran inquietud entre los consumidores. “Son sustancias que se añaden a los alimentos con un propósito tecnológico (para mejorar su aspecto, textura, resistencia a los microorganismos, etc.) en distintas etapas de su fabricación, transporte o almacenamiento”, informa la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan). “Existen 27 clases distintas de aditivos en función de sus propiedades. Por ejemplo, los colorantes son aditivos que añaden o restablecen el color de los alimentos mientras que los conservantes aumentan la vida útil de los mismos”, continúa.

Los aditivos usados en Europa deben ser seguros en las cantidades utilizadas, necesarios en los alimentos en los que se autorizan y no llevar a engaño al consumidor

La Agencia afirma que todos los aditivos que se usan en la Unión Europea deben haber sido evaluados y autorizados, y para ello “deben haber demostrado que son seguros a las cantidades utilizadas, que son necesarios en los alimentos en los que se autorizan y que no llevan a engaño al consumidor”.

Por tanto, con estos requisitos, su seguridad para el consumo está garantizada (siempre y cuando los alimentos procedan de los canales de comercialización autorizados y sometidos a control sanitario). Sin embargo, son muchos los consumidores que piensan que los alimentos contienen un exceso de aditivos y temen que tengan efectos negativos para la salud.

Información al consumidor

Para responder dudas y ofrecer información exhaustiva sobre esta materia, el periodista Moisés Chacón ha creado la web No+Aditivos. La idea surgió a partir de de “conocer que algunos aditivos pueden resultar perjudiciales para la salud si se toman en altas dosis, algo que desconoce la gran mayoría de la población”, asegura su promotor.

placeholder Foto: Unsplash/@foodism360.
Foto: Unsplash/@foodism360.

Muchas personas piensan que estas sustancias son completamente inocuas, pero no es así. Por ejemplo, “los nitritos pueden degenerar en sustancias cancerígenas, pero se valora más su acción como conservante para combatir el botulismo”, ilustra Chacón. “Los consumidores deben ser conscientes de estos posibles riesgos y poder así adoptar la decisión que consideren más adecuada, pero con toda la información a su alcance”, añade.

Un repaso por las etiquetas de los alimentos que encontramos en el supermercado demuestra que casi todos contienen algún tipo de aditivo (en muchos casos no son más que los indispensables para conservar el producto), pero los ‘acaparadores’ son los categorizados como aperitivos o ‘snacks’, pues contienen unos aditivos que nos impiden dejar de comerlos. El periodista confirma: "Son saborizantes que, además de potenciar su sabor, impiden que los mecanismos inhibidores del apetito realicen adecuadamente su función, por lo que por más que comamos nos cuesta tener sensación de saciedad”.

Básicamente se trata del ácido glutámico (E-620) y sus derivados: E-621, E-622, E-623, E-624 y E-625. El más conocido de ellos (porque es el más utilizado) es el glutamato monosódico (E-621), sobre el que algunos estudios concluyen que conduce a una mayor ingesta de alimentos y sus derivados.

La estrella es el glutamato

Basándose en las informaciones que ha recopilado sobre los potenciales efectos dañinos de los aditivos en la salud, Moisés Chacón se refiere al glutamato monosódico (sobre el que existen más estudios): “Algunas personas experimentan cefalea, rubor o sudoración, entre otros síntomas. Además, en experimentación animal se han observado daños neuronales con altas dosis de esta sustancia. No olvidemos tampoco que contiene una importante cantidad de sodio, por lo que puede conllevar los mismos efectos perniciosos que un consumo excesivo de sal”.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Pero, al margen de lo anterior, el responsable de No+Aditivos considera que lo más relevante de algunos aditivos es “su posible relación la obesidad, ya que incitan a comer en exceso. Además, en algunos casos se emplean para enmascarar la baja calidad de la materia prima utilizada”. Pone como ejemplo algunos de los comercializados como jamón york: “Cuanta menos cantidad de carne contiene un producto, más saborizantes (y colorantes) le añaden. Por eso es más frecuente encontrarlo en un fiambre con el 40% de carne que en un jamón cocido extra con el 90%”. En opinión de Chacón, “el uso de los potenciadores del sabor no es más que una forma de engañar a nuestro paladar”.

Para ilustrar la dimensión del abuso de aditivos ofrece los siguientes datos: “En los últimos 40 años, su producción industrial se ha incrementado en un 1.500% (ha pasado de 200.000 toneladas a 3.000.000 de toneladas) a nivel mundial. Está tan presente en la alimentación actual (basada en productos procesados) que la propia Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) reconoce que se consume en exceso y ha recomendado reducir los niveles máximos permitidos en la industria alimentaria”.

Pero, como se extrae de otras situaciones, la subida es rápida y la bajada lenta.

Los aditivos alimentarios suscitan una gran inquietud entre los consumidores. “Son sustancias que se añaden a los alimentos con un propósito tecnológico (para mejorar su aspecto, textura, resistencia a los microorganismos, etc.) en distintas etapas de su fabricación, transporte o almacenamiento”, informa la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan). “Existen 27 clases distintas de aditivos en función de sus propiedades. Por ejemplo, los colorantes son aditivos que añaden o restablecen el color de los alimentos mientras que los conservantes aumentan la vida útil de los mismos”, continúa.

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