Menú
Breva: una flor llamada fruta muy energética
  1. Nutrición
NO ES UNA FRUTA, ES UNA FLOR

Breva: una flor llamada fruta muy energética

Proporciona un gusto dulce, una textura fina y cremosa, y es la reina de la primavera. En su composición encontramos gran cantidad de fibra e hidratos de carbono, pero tiene más nutrientes

Foto: Brevas. (Pixabay)
Brevas. (Pixabay)

Las brevas, una de las fugaces delicias de la primavera, son oriundas de Oriente Próximo, de cuyas bondades ya gozaban las antiguas civilizaciones como los egipcios, los fenicios o los griegos, quienes extendieron su cultivo por las tierras del Mediterráneo. Incluso eran las predilectas de Platón y Diógenes, lo que las ha hecho valedoras del apelativo de 'alimento de los filósofos'. Tal ha sido la predilección por este fruto en las distintas culturas a lo largo de la historia que todas ellas han experimentado con él en la cocina, dando lugar a recetas muy sui generis. No obstante, la más exitosa se creó durante el Renacimiento, época en la que comenzaron a secarlas al sol, dando lugar a los higos y brevas desecados, una delicia que pone la nota dulce a muchas ocasiones, especialmente la Navidad.

Procede del árbol de la higuera -Ficus carica-, una especie bífera, es decir, que fructifica dos veces al año, la cual no demanda demasiados cuidados, siendo sumamente productiva, como así lo esclarece un viejo refrán: 'Higuera breval, una o dos en cada corral'.

Para quien todavía no lo sepa, no estamos ante una fruta, sino una flor invertida, resultado de una infrutestencia o fecundación de una agrupación de flores. Dicho de otra manera, "la breva es el fruto proveniente de las yemas de la flor que no han fructificado y se han quedado en estado latente durante el invierno", tal y como explica la Fundación Española de la Nutrición (FEN). La recolecta tiene lugar durante los meses de junio y julio, por lo que quienes quieran disfrutar de sus bondades deberán ser avispados.

Los higos y las brevas no son el mismo fruto

Asimismo, muchos consumidores tienden a pensar que los higos y las brevas son el mismo fruto, pero no es así. Nuevamente el sabio refranero nos ilustra con dichos tales como 'Entre el higo y la breva, la segunda es la primera' o 'Digo y redigo que la breva no es higo'. Aunque proceden del mismo árbol, los higos, de los que España produce el 3% de la producción mundial y el 25% de la Unión Europea, se recolectan un poco más tarde que sus hermanas, de agosto a octubre, y regalan un gusto más dulce.

España produce el 3% de la producción mundial y el 25% de la Unión Europea de higos

No obstante, la apariencia de las brevas ejerce de elemento diferenciador. A diferencia de los higos, presentan un tamaño más grande y en forma de pera, una pulpa interior rosada o blanca y un exterior con diferentes tonalidades, siendo la morada y la verdosas las más comunes. Además, regala un gusto menos dulce que sus hermanos.

Un sinfín de propiedades nutricionales

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Detrás de sus características organolépticas, nos encontramos con un fruto caracterizado por un magnífico perfil nutricional. Sin ir más lejos atesora un gran contenido en agua, siendo un excelente diurético ideal para quienes padecen retención de líquidos.

Tal y como queda recogido en la Base de Datos Española de Composición de los Alimentos (BEDCA), contiene un 93% de carbohidratos, especialmente glucosa, fructosa y sacarosa, lo que la convierte, junto con las uvas, el plátano y la chirimoya, en una de las que más azúcares comporta. Aunque las personas con diabetes o quienes están a dieta deben comerlos con moderación, constituyen una excelente opción para aportar un extra de energía. Tanto es así que el médico griego Galeno recomendaba su consumo a los deportistas que participaban en los Juegos Olímpicos.

En su composición también se hallan cantidades considerables de fibra que, como hemos comentado en otras ocasiones, tiene poder laxante, permitiéndonos gozar de una buena salud intestinal, y saciante, favoreciendo la pérdida de peso y previniendo la obesidad. Además, reduce el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares o respiratorias y regula el control de glucosa en sangre, previendo la aparición de diabetes tipo 2.

También está sobrada de vitamina A, un nutriente esencial para la salud ocular, especialmente la nocturna, del riñón y el corazón o el crecimiento de las células. No obstante, también acopia algunas cantidades de vitamina C, que despunta por su labor antioxidante, en la creación del colágeno, la absorción del hierro o la protección del sistema inmunitario; la E, uno de los nutrientes con mayor poder antioxidante; y folatos o vitamina B9, esencial para la producción del ADN, la actividad celular y la formación de los glóbulos rojos.

Finalmente, es una buena fuente de minerales importantes como el potasio, que garantiza la transmisión nerviosa y la salud muscular; el fósforo y el calcio, primordiales para la salud de los huesos y los dientes; y el magnesio, el cual regula los niveles de azúcar en sangre y la presión sanguínea.

Cómo sacarle el máximo partido culinario

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Las brevas regalan un gusto dulce y una textura fina y cremosa, por lo que se disfrutan mucho mejor en solitario o acompañadas de ingredientes salados como el queso o dulces como el membrillo. Por ejemplo, en Colombia se acompañan con dulce guayaba o de leche, y en Alicante ponen la nota dulce a la coca amb tonyina, típica de San Juan.

Precisamente dicho gusto y textura convierten a este fruto en uno de los ingredientes estrella de la repostería, a partir del cual se elaboran pasteles, panes, bizcochos, mermeladas, compotas, batidos o helados. También es ideal como ingrediente de ensaladas, salteados de verduras e incluso guisos de carne de caza, a los que confiere un toque dulce incuestionablemente interesante. Incluso lo podemos usar como topping para el yogur. Si queremos tener variedad de posibilidades en nuestra despensa o degustarlas fuera de época, tenemos la posibilidad de hacerlas en conserva, desecarlas e incluso confitarlas.

Las brevas, una de las fugaces delicias de la primavera, son oriundas de Oriente Próximo, de cuyas bondades ya gozaban las antiguas civilizaciones como los egipcios, los fenicios o los griegos, quienes extendieron su cultivo por las tierras del Mediterráneo. Incluso eran las predilectas de Platón y Diógenes, lo que las ha hecho valedoras del apelativo de 'alimento de los filósofos'. Tal ha sido la predilección por este fruto en las distintas culturas a lo largo de la historia que todas ellas han experimentado con él en la cocina, dando lugar a recetas muy sui generis. No obstante, la más exitosa se creó durante el Renacimiento, época en la que comenzaron a secarlas al sol, dando lugar a los higos y brevas desecados, una delicia que pone la nota dulce a muchas ocasiones, especialmente la Navidad.

El redactor recomienda