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¿El número de drogadictos y alcohólicos tiene algo que ver con el cambio climático?
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va a ir a peor

¿El número de drogadictos y alcohólicos tiene algo que ver con el cambio climático?

Un polémico estudio de una universidad estadounidense ha establecido una correlación entre el calor y los ingresos hospitalarios debidos al consumo de estas sustancias

Foto: Consumidores de fentanilo en Tijuana, México. (EFE/Joebeth Terriquez)
Consumidores de fentanilo en Tijuana, México. (EFE/Joebeth Terriquez)

Los negacionistas pueden decir lo que quieran, desmentir el cambio climático con argumentos sacados de un patio de colegio que parecen el equivalente climático de agarrarse a un clavo ardiendo: "Pero nevó en Madrid hace un par de años"; "Pero este septiembre ha llovido y hecho fresco un par de días"; "Todo esto es un complot del Gobierno (da igual qué Gobierno sea), las élites y los medios para controlarnos"; y un larguísimo etcétera. Pero los datos son claros: la temperatura media del planeta no para de aumentar; España se está convirtiendo, cada día más, en un secarral; las lluvias son cada vez menos comunes y más torrenciales (que, al contrario de lo que puede parecer, favorecen la escasez de este recurso); Doñana -en esto también ha participado la maliciosa mano del hombre- se está convirtiendo en un baldío...

Pero no es solo eso: históricamente, las olas de calor eran más excepcionales que otra cosa, no ocurrían TODOS los años, y cuando sí llegaban había una o dos. Ahora, nos es imposible recordar el último verano amable y este 2023 hemos tenido cinco eventos climáticos de este tipo. Y eso nos afecta, más de lo que creemos. Las recomendaciones durante la época estival de "recordad estar a la sombra y beber mucha agua" pueden resultar obviedades cansinas, pero dada la cantidad de muertes por golpes de calor que sufrimos, no resulta obsceno establecer una correlación con la variación del clima en nuestro país a lo largo de los años.

"Con el calor, existe un correspondiente aumento en las visitas a las salas de urgencias debido al consumo de drogas y alcohol"

Y a quienes afecta este cambio climático no es solo a las señoras y los señores de más de 80 años, sino a muchas más personas. En esto acaba de ahondar un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia en EEUU, que se han hecho eco en un estudio científico del impacto de las olas de calor y de las altas temperaturas en el número de visitas a urgencias de toxicómanos y alcohólicos.

Puede parecer lo contrario, pero este estudio publicado en la revista científica Communications Medicine es la primera investigación acerca de la relación entre la temperatura ambiental y las visitas al hospital a causa del consumo de sustancias.

Como explica el doctor Robbie M. Parks, el autor principal del estudio, "hemos observado que, durante los periodos de tiempo en los que las temperaturas son más altas de lo habitual, existe un correspondiente aumento en las visitas a las salas de urgencias debido al consumo de drogas y alcohol, lo que pone de manifiesto una consecuencia inexplorada, hasta ahora, del cambio climático".

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Cierto es que la situación en EEUU del consumo de sustancias estupefacientes pasa por un momento muy duro. Se han popularizado terroríficos vídeos de las calles de algunas ciudades del país norteamericano repletas de personas consumidoras del infame fentanilo entre otras cosas. De hecho, las muertes por alcohol y drogas en Estados Unidos, sobre todo entre adultos de edad media, se han disparado. En total, a día de hoy, mueren 5 veces más personas por estas causas que al final del siglo XX.

Para llevar a cabo su investigación, los científicos analizaron la relación entre la temperatura y las visitas hospitalarias relacionadas con el consumo de alcohol, cannabis, cocaína, opioides y sedantes en el estado de Nueva York, donde residen, en total, 19,6 millones de personas, casi la mitad de la población de toda España. En total, usaron datos de 671.625 visitas hospitalarias por alcohol y 721.469 debidas al consumo de drogas durante un periodo de 20 años.

Establecida la correlación, directamente proporcional, entre ingresos y temperatura, los científicos empezaron a elaborar hipótesis basadas en los datos obtenidos, llegando a la conclusión en el caso del alcohol de que las visitas hospitalarias se debían a la realización de actividades peligrosas en el exterior (debido al buen tiempo), así como una mayor deshidratación, lo que se suma a ese mismo efecto que el alcohol tiene en nuestro organismo.

Foto: Llega un otoño cálido tras un verano con temperaturas récord. (EFE/Raúl Caro)

Para el resto de sustancias, el aumento de la temperatura también se relacionó con un mayor número de ingresos hospitalarios, pero solo hasta un límite: los 18,8 ºC, donde la correlación dejaba de existir. Los científicos afirman en su estudio que esto puede deberse a que gran parte de los drogadictos rehúyen el calor pasada esta temperatura.

Como explica otra de las autoras del estudio, Marianthi-Anna Kioumourtzoglou, "las intervenciones de las autoridades que se centran en el control de sustancias, como drogas o alcohol, deberían considerar el aumento de la temperatura como una prioridad de salud pública para estas personas".

Los negacionistas pueden decir lo que quieran, desmentir el cambio climático con argumentos sacados de un patio de colegio que parecen el equivalente climático de agarrarse a un clavo ardiendo: "Pero nevó en Madrid hace un par de años"; "Pero este septiembre ha llovido y hecho fresco un par de días"; "Todo esto es un complot del Gobierno (da igual qué Gobierno sea), las élites y los medios para controlarnos"; y un larguísimo etcétera. Pero los datos son claros: la temperatura media del planeta no para de aumentar; España se está convirtiendo, cada día más, en un secarral; las lluvias son cada vez menos comunes y más torrenciales (que, al contrario de lo que puede parecer, favorecen la escasez de este recurso); Doñana -en esto también ha participado la maliciosa mano del hombre- se está convirtiendo en un baldío...

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