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Detectar el cáncer con una gota de sangre. ¿Theranos? Nah: esta empresa de Valladolid
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AMADIX ENTRA EN EEUU

Detectar el cáncer con una gota de sangre. ¿Theranos? Nah: esta empresa de Valladolid

Esta semana, la FDA estadounidense concedió la luz verde a Amadix, la compañía que Rocío Arroyo levantó en su ciudad hace 13 años. Años después del escándalo Theranos, la tecnología es una realidad

Foto: Rocío Arroyo, la CEO y fundadora de la empresa biotecnológica Amadix. (EC)
Rocío Arroyo, la CEO y fundadora de la empresa biotecnológica Amadix. (EC)
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Esta semana, la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA) anunció que, por primera vez, había concedido a una empresa europea la designación de Breakthrough Device, una categoría que se traduciría como dispositivo innovador creada para acelerar la comercialización en el país de productos sanitarios o farmacéuticos que mejoren lo que hay en el mercado. Este producto en concreto, llamado Prevecol, es fruto de la constancia de Rocío Arroyo, la fundadora y consejera delegada de la empresa Amadix, que en algo más de una década ha logrado desarrollar una forma de diagnosticar el cáncer colorrectal con una pequeña muestra de sangre.

Este tipo de cáncer es uno de los más complicados si se diagnostica en un estadio avanzado: menos del 8% de los pacientes sobreviven tras cinco años si es detectado en la fase IV, mientras que si se trata en su estadio más inicial, la supervivencia supera el 92% según estadísticas de la Asociación Española Contra el Cáncer. Es decir, estamos ante una herramienta que podría transformar una enfermedad prácticamente mortal en algo crónico.

En 2010, cuando Arroyo fundó la compañía, esto era directamente una quimera. Los laboratorios y centros de investigación más importantes del mundo buscaban precisamente este Santo Grial, la biopsia líquida que permitiera discernir si alguien estaba incubando un tumor dentro de su cuerpo meses o años antes de que diera sus primeras señales.

Entre los más sonados estaba Elizabeth Holmes, una química de Stanford que a sus 19 años fundó Theranos, una start-up diagnóstica que prometía precisamente revelarlo todo, del colesterol a varios tipos de cáncer, con un dispositivo milagroso bautizado Edison. Tras una investigación del Wall Street Journal, publicada en octubre de 2015, quedó claro que Holmes, que cumple condena en una prisión de Texas, prometió más de lo que su tecnología podía demostrar. No había un gadget capaz de realizar 240 test a partir de unas gotas de sangre y la valoración de Theranos, que llegó a los 10.000 millones, se esfumó.

placeholder Elizabeth Holmes, fundadora y CEO de Theranos, habla con Jonathan Krim del WSJ en un foro de octubre de 2015.(Reuters/Mike Blake)
Elizabeth Holmes, fundadora y CEO de Theranos, habla con Jonathan Krim del WSJ en un foro de octubre de 2015.(Reuters/Mike Blake)

Esto supuso un duro golpe para empresas que, como Amadix, trataban de avanzar en el desarrollo de nuevos diagnósticos de una forma seria y responsable. Mientras Holmes se amparaba en el secreto comercial para no revelar las claves de su revolución diagnóstica, Arroyo —investigadora en farmacología experimental con un MBA en el Instituto de Empresa— y sus colaboradores han ido publicando paso por paso sus hallazgos en revistas de impacto. Una de las bases científicas en las que se apoya Prevecol, la detección de las secreciones del tumor en el microARN del plasma sanguíneo, apareció en 2019 en la revista Clinical and Traslational Gastroenterology.

Poco después, la tremenda sacudida al sector sanitario que supuso la pandemia y los avances tecnológicos volvieron a poner a los inversores tras la pista de empresas como la suya. Ahora, por fin, su momento parece haber llegado. Esta prueba, en realidad, ya está aprobada en Europa y disponible en algunos hospitales privados españoles (cada análisis cuesta en torno a 450 euros, con servicio posevaluación incluido) pero abrir la puerta de Estados Unidos podría poner a la compañía vallisoletana en la órbita a la que aspira su impulsora.

Foto: Javier Tamayo, en su laboratorio. (Fundación BBVA)

PREGUNTA. Siempre se ha hablado de la biopsia líquida como algo muy ilusionante, pero también un campo en el que nadie quería arriesgar mucho porque se decía que era difícil, mucho más en 2010, cuando nacisteis. ¿Qué os llevó a apostar por esto?

RESPUESTA. Cuando nosotros empezamos a trabajar en biopsia líquida era un momento de mucha incertidumbre. Parte del equipo veníamos de diagnosticar el cáncer hereditario, algo que entonces era muy pionero. Teníamos una empresa para realizar la detección temprana de cáncer familiar mirando mutaciones de ADN, que entonces también era algo muy disruptivo y empezaba a hacerse en los hospitales en España. Pero había mucha incertidumbre de que en personas sin ningún síntoma se pudiera hacer una biopsia líquida, que al final es una fuente que da mucha información sobre el tumor. Llevamos varios años de investigación en varios hospitales —en nuestro caso en España, Alemania, Polonia y ahora en Estados Unidos— pero ya empezamos a ver que todo tumor libera moléculas al torrente sanguíneo y que el análisis de la sangre, del plasma en nuestro caso, es una forma con la que el cáncer nos avisa de que está cuando aún no están los síntomas. Ahí es cuando es tiene el mejor pronóstico.

P. ¿Cómo fueron aquellos primeros años? Imagino que toda la investigación por entonces era básica.

R. Afortunadamente, en España el nivel de la investigación básica es altísimo. Empezamos a trabajar en varios tipos de cáncer, donde veíamos que la necesidad era más clara, donde los diagnósticos llegaban más tarde y donde los abordajes eran más complejos para el paciente. Ahí empezamos a hacer las primeras pruebas, con muy pocos fondos porque convencer al inversor era más difícil que ahora, porque claro, el riesgo era muy alto. Luego fuimos ampliando poblaciones, mayor número de hospitales, de países... el equipo también ha ido creciendo en los distintos departamentos, estamos ya creciendo en el departamento de Bioinformática, además del Departamento Científico, porque estamos trabajando con la inteligencia artificial para analizar la sangre del paciente, analizar su historia clínica, sus enfermedades pasadas, sus factores de riesgo y también las pruebas diagnósticas que tiene disponibles. Si tiene alguna radiografía, si tiene algún TAC, combinando toda esa información del paciente, que es mucha, con la inteligencia artificial seremos capaces de dar diagnósticos cada vez más tempranos y esto mismo lo queremos hacer en varios tipos de cáncer.

P. ¿Cuántos sois actualmente en Amadix?

R. Unos treinta.

P. El hecho de que de que hayáis seguido siempre en Valladolid, ¿os ha complicado las cosas a la hora de atraer talento de otro sitio?

R. Pues hemos seguido pegados a la tierra, pero luego hemos incorporado talento de, además de Castilla y León, de otras partes de del mundo. Porque es inevitable, al final los perfiles de científicos que necesitamos son muy especializados. Hemos desplazado familias desde otros países, familias enteras. Valladolid está muy bien conectado, pero bueno, al final tenemos perfiles de diferentes sitios.

De Pucela a Maryland

P. ¿Qué supone para vosotros esta designación de la FDA y en cuánto tiempo podríais comercializarlo allí?

R. Supone el reconocimiento del organismo regulador más exigente del mundo para nuestro producto más avanzado, del que dicen que es un producto con mayor eficacia que los que existen ahora mismo para la detección temprana del cáncer colorrectal. Al final la FDA lo que busca con estas designaciones es acortar el tiempo de llegada al paciente americano de estas pruebas diagnósticas. El equipo está ilusionado y deseando trabajar lo más rápido posible.

Ahora tenemos que estudiar a la población americana, porque hasta ahora hemos estudiado población europea de varios países, pero todavía no hemos hecho el estudio final en Estados Unidos, que empezamos ahora. En tres años aproximadamente esperamos tener el test ya disponible en los hospitales de allí.

P. ¿Hay factores diferenciales de una población a otra? Porque al final, los biomarcadores que buscáis serán esencialmente los mismos. No sé si afecta mucho que la población diana tenga otras características genéticas o clínicas.

R. En este caso creemos que no afecta. Hay veces que hay diferencias entre poblaciones, pero viendo las características del test, hemos estudiado ya varias poblaciones diferentes, y bueno, aunque hay algunas diferencias, la mayoría de la población americana también es caucásica, que es la que nosotros hemos estudiado más. También la población asiática. Es verdad que la diferenciación en población afroamericana puede ser la principal diferencia pero, la verdad, no lo esperamos. Hay que interpretar este reconocimiento como que la FDA está muy confiada en que los resultados se van a demostrar también allí, con los pacientes americanos, y no esperamos que haya diferencias.

P. ¿Cuál es el factor diferencial que habéis hecho desde Amadix? ¿Que proponéis que el resto de la competencia no tenga?

R. Al final Prevecol es un análisis de sangre que capta las señales que emite el cáncer, de colon en este caso. ¿La principal diferencia con los demás? Primero, que es una prueba no invasiva, un análisis sencillo de sangre sin riesgo para el paciente, lo cual hace que la población está más dispuesta a hacerse la prueba. Y la segunda diferencia es frente a los test fecales, que es lo que hay ahora mismo y lo que más se utiliza para la prevención temprana de cáncer de colon. Esto es más fácil que recoger una muestra de heces en casa y además no es tan invasivo como una colonoscopia, que requiere sedación y una preparación intestinal que no es tan cómoda.

Pero la principal diferencia es la detección de lesiones tempranas. La prueba detecta cuándo hay pólipos intestinales, que son lesiones que aparecen varios años antes que el propio tumor. Y lo bueno es que pueden quitarse. Entonces digamos que si las personas se van revisando cada dos o tres años con un análisis de sangre, la probabilidad de tener cáncer de colon baja muchísimo y puede llegar a ser prácticamente muy pequeña. Ahora mismo la FDA nos dice que no hay ninguna prueba comercializada que tenga esa capacidad de detección de los pólipos previos, así como del cáncer ya formado.

P. Además de esta prueba estáis desarrollando otras para pulmón y páncreas. Veo que os centráis en tipos de cáncer que son especialmente agresivos y que tienen unas tasas de mortalidad muy altas.

R. Eso es. De hecho, la compañía nació un poco con este propósito. Queríamos centrarnos en tipos de cáncer donde la detección temprana todavía no sucede, por ejemplo en mama está muy implementado. Por suerte, hay programas de cribado, pero no es así en pulmón y en páncreas tampoco. Tampoco en colorrectal la cuestión está resuelta, aunque hemos avanzado mucho y hay programas de cribado en muchos países, pero con métodos que no tienen la capacidad de detectar las lesiones más tempranas. En pulmón, por ejemplo, lo que vemos es que las personas fumadoras tienen una probabilidad bastante superior a la media de desarrollar un cáncer, pues estas poblaciones se tienen que estudiar, prevenir y hacer pruebas de detección temprana, porque el abordaje de un pólipo en las fases iniciales es mucho más sencillo para el paciente y es un paciente que va a vivir más.

Lo mismo pasa en páncreas, que al final son cánceres que tienen una supervivencia a cinco años o una esperanza de vida más baja. En el caso del páncreas, que causa síntomas muy inespecíficos, tardamos mucho en darnos cuenta de que es un cáncer pancreático.

P. Es previsible que, en el futuro, con estas herramientas, aumente mucho la detección de estos tumores concretos solo porque mucha gente descubrirá que los tiene. Y por tanto, bajará mucho la tasa de mortalidad y se equiparará a otros que son considerados casi una enfermedad crónica.

R. Absolutamente. Eso es lo que se busca, que al final el cáncer sea una enfermedad crónica. Estamos lejos, porque no tenemos tratamientos para todos los tipos y subtipos de cáncer. El cáncer son muchas enfermedades distintas, pero lo que sí sabemos es que la detección temprana nos hace vivir más y puede evitar tratamientos complicados y quimioterapia, situaciones que son muy difíciles para el paciente y para sus familias, algo que conocemos todos y que por desgracia tenemos cerca en nuestras vidas.

placeholder Rocío Arroyo, en la sede de Amadix.(Cedida)
Rocío Arroyo, en la sede de Amadix.(Cedida)

P. ¿Cómo os ha afectado, a la hora de buscar esta autorización en el mercado americano, todo lo que pasó hace unos años con Theranos? ¿Hay muchos más controles ahora, han sido un poco más escépticos de lo que esperabais...?

R. Nosotros siempre hemos tratado de ser muy transparentes con la información, en cuanto a publicaciones y a trasladar en concreto los resultados de los estudios y publicarlos también en revistas de impacto. Yo creo que en el caso de Theranos, que nos sorprendió también a todos, había una opacidad que me sigue sorprendiendo, sabiendo cómo es el inversor americano. Creó una burbuja donde no había nada tangible. Nosotros siempre enseñamos los resultados con todo detalle, realizamos pruebas ciegas también para demostrar la validez de la prueba sin conocer antes los resultados.

Es necesario demostrar todo eso a la comunidad inversora, sobre todo en las primeras fases, cuando aún no está el producto comercializado.

P. ¿En Europa como como estáis ahora mismo?

R. Pues en Europa tenemos ya la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento. Hemos empezado, hace unos meses, a comercializar el test en algunos grupos hospitalarios españoles. Estamos empezado por sanidad privada y hemos puesto en marcha un canal online donde es posible, mediante la telemedicina, tener una consulta virtual con un especialista que acompañe al paciente en el proceso y le oriente luego en la evaluación de los resultados.

"Estamos hablando con algunas consejerías para introducir la prueba en la sanidad pública"

Estamos hablando con algunas consejerías para introducir la prueba en la sanidad pública, que es lo que queremos, que al final todo el mundo pueda hacérselas y que cuente con el reembolso. ¿Por qué? Porque realmente tiene todo el sentido adelantarnos a la enfermedad también desde el punto de vista de los costes, al final es un ahorro: de tratamientos, de ingresos hospitalarios, de todo lo que conlleva un proceso oncológico.

P. Pensando en el coste-beneficio para el sistema público de salud... ¿idealmente como se implementaría el test? ¿Se recomendaría a pacientes con antecedentes de fumador o con antecedentes familiares del mismo cáncer colorrectal?

R. Pues mira, en este caso la diferencia de la prueba de Prevecol es que se dirige a cualquier persona a partir de 50 años que quiera prevenir el cáncer de colon. De hecho, la prueba se dirige a personas sin síntomas de la enfermedad.

P. Sería un poco como la prueba del TPA, que se recomienda para el cáncer de próstata a los hombres a partir de esa edad.

R. Eso es, no es necesario tener una sintomatología de próstata, ni de ningún tipo de cáncer. Tenemos que animar a que nos revisemos, porque al margen de estas pruebas, es importante hacernos revisiones anuales porque podemos evitar un montón de enfermedades. Además de la oncología, claro.

P. Esto hace que resulte muy fácil que cualquiera, simplemente con una gota de sangre, pueda saber si está desarrollando un cáncer. Pero me preguntaba si psicológicamente hay gente que tenga un poco de miedo a hacerlo, a decir "uy, prefiero no saber". No sé si habéis estudiado también este tipo de perfiles a la hora de ver cómo sobreponerse a ese reparo.

R. Tenemos que tratar de hacer mucha divulgación de la importancia que tiene prevenir cuando hay una solución. O sea, nosotros en ningún caso vamos a decirle a nadie "tiene usted o va a tener usted un tipo de cáncer y no se puede evitar", eso en ningún caso. Pero sí que creo que tenemos que hacer ver, porque eso existe al final, hay determinadas personas que son muy reacias a saberlo. Creo que aquí lo verdaderamente importante es que hoy tenemos la suerte de poder cambiar nuestra salud futura, y eso es algo que hace unos años no se hubiera podido evitar, pero claro, para eso es necesario tener la información.

"Hemos visto en familias con varios casos de cáncer que había personas que no se querían hacer las pruebas"

Nosotros lo hemos visto en el cáncer familiar, como en familias con varios casos de cáncer, además en familiares jóvenes de primer grado, pues había personas que no se querían hacer las pruebas, cuando había una solución para ellos y sus hijos de poder evitar ese cáncer. Entonces tenemos que explicar muy bien que, además de la información de ese cáncer futuro o presente, la mejora en la salud de esa persona es muy importante.

P. ¿Hay otras empresas por ahí en esta carrera que te resultan interesantes? Porque supongo que ahora mismo el sector será un hervidero de innovación aplicada a las biopsias líquidas.

R. Voy a mencionar dos, porque creo que vale la pena, son dos compañías americanas. Una se llama Grail, y otra se llama Exact Sciences. Y las dos están desarrollando pruebas para detectar en un análisis de sangre diez o doce tipos de cáncer diferentes. Eso va a tardar todavía unos cuantos años en estar disponible, pero bueno, nos da también una idea de que hay un porcentaje (me parece que está en torno al 3%) de personas que tienen cáncer y no lo saben. Digamos que la investigación está muy centrada en hacer eso, ir a cada vez más tipos de cáncer. Lo que empezamos a hacer ahora en colorrectal y que vamos a hacer para pulmón, pues hacerlo en cuantos más tipos de cáncer mejor, y cuanta menos sangre necesitemos, también mejor.

Esta semana, la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA) anunció que, por primera vez, había concedido a una empresa europea la designación de Breakthrough Device, una categoría que se traduciría como dispositivo innovador creada para acelerar la comercialización en el país de productos sanitarios o farmacéuticos que mejoren lo que hay en el mercado. Este producto en concreto, llamado Prevecol, es fruto de la constancia de Rocío Arroyo, la fundadora y consejera delegada de la empresa Amadix, que en algo más de una década ha logrado desarrollar una forma de diagnosticar el cáncer colorrectal con una pequeña muestra de sangre.

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