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¿Qué es la luteína y dónde podemos encontrarla?
  1. Nutrición
GRAN PODER ANTIOXIDANTE

¿Qué es la luteína y dónde podemos encontrarla?

Espinacas, yema de huevo, naranjas, brócoli o mandarinas son algunos de los alimentos que contienen, de forma natural, este nutriente que ayuda a prevenir la diabetes tipo 2 y el párkinson

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La llamada vitamina de los ojos, la luteína, está muy presente en ciertos tipos de alimentos básicos como frutas o verduras, además de poder consumirla a través de suplementación. Su ingesta nos ayuda a proteger la vista, pero también a prevenir algunas enfermedades como el párkinson o la diabetes tipo 2.

¿Qué es la luteína?

La luteína es un carotenoide, un tipo de vitamina que se encarga de dar pigmento a los alimentos y que se relaciona estrechamente con la vitamina A. A pesar de formar parte de este grupo, tiene por sí misma sus propios beneficios e indicaciones. El propio ojo también contiene luteína, este es el motivo por el que la salud ocular está ligada a esta vitamina. Concretamente, es un pequeño pigmento que se halla en la mácula y la retina. En las frutas y verduras se localiza de forma natural y su función es la misma que en el humano: protección ante la exposición al sol.

¿Para qué nos sirve la luteína?

Este pigmento ayuda al ojo humano a protegerse de los rayos del sol, que podrían llegar a ser muy nocivos para nuestra visión si no contásemos con cierta protección. Relacionado con este tema, previene enfermedades como la degeneración macular, las cataratas o la retinitis.

Además, también puede actuar como antioxidante evitando el desarrollo de los radicales libres, por lo que se asocia con la prevención de cáncer. Los antioxidantes ayudan a luchar contra el estrés oxidativo que deriva en un envejecimiento celular temprano y que puede tener diferentes incidencias sobre nuestra salud, especialmente relacionadas con enfermedades degenerativas.

La luteína se encuentra principalmente en frutas amarillas y naranjas, verduras y yema de huevo

Otra de sus funciones sobre nuestra salud es la de regular la presión arterial, prevenir el párkinson y ayudar en el control de la diabetes tipo 2. Suele recomendarse también durante el embarazo, pero en este periodo debemos tener especial cuidado con lo que consumimos y seguir siempre las indicaciones de nuestro médico, que valorará qué es lo mejor en función de nuestras necesidades específicas.

Alimentos ricos en luteína

Para reconocer a primera vista cuáles son los alimentos con mayor contenido de luteína, nos puede bastar con mirarlos a simple vista. Aquellas frutas y verduras con pigmento amarillo o naranja suelen deber su color precisamente a este carotenoide.

Entre las frutas que nos aportan luteína, podemos destacar la naranja, la mandarina, el albaricoque, la papaya o el melocotón. Todos ellos tienen en común, además, que son ricos en antioxidantes y vitamina C, lo que nos ayuda a prevenir resfriados, reforzar el sistema inmunológico, incluso formar los neurotransmisores que nos pueden favorecer en caso de tener tendencia a la depresión.

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Además de las frutas de color, también hay verduras de color verde que contienen luteína. Es más fácil reconocerla en aquellas que tienen un tono verde oscuro. Entre ellas, la más destacada es la espinaca. Aunque suele ser más recomendable tomarla en crudo para aprovechar el máximo posible de sus propiedades, en este caso, cocidas también mantienen un alto nivel de luteína. Los guisantes, la col o el brócoli son otras de las verduras que contienen este carotenoide.

En el huevo también encontramos luteína; de hecho, la yema del huevo es el ingrediente de origen animal que más presencia tiene de esta sustancia, aunque será mayor o menor en función de la alimentación que haya tenido la gallina. Cuanto más natural haya sido su dieta, mejor. Una cuestión importante acerca del huevo es que la luteína contenida en él se absorbe mejor que la que contienen las verduras o frutas, algo importante a considerar.

Y es que, hablando de este tema, debemos tener en cuenta que la absorción de luteína es mayor si la tomamos junto con grasas. Esto puede ser un arma de doble filo, ya que si la luteína nos da ciertos beneficios como ya hemos visto a lo largo de este artículo, las grasas pueden propiciar otros problemas de salud indeseados. Si el médico nos indica que tenemos inconvenientes para absorber la luteína, tal vez debamos plantearnos la posibilidad de añadir algo de grasas, pero siempre con moderación y si no existe ningún problema de salud que nos impida incorporarlas a nuestra dieta.

¿Se puede comprar luteína?

Si con la alimentación no basta, si no la absorbemos correctamente o si nuestro médico nos ha indicado que necesitamos una mayor dosis, sería interesante que valorásemos con él la posibilidad de comprar suplementos con luteína.

Estos son de venta libre en farmacia, herbolarios y tiendas enfocadas a la suplementación y no deberían suponer ningún problema para la salud si no existe contraindicación ni excedemos la dosis máxima diaria recomendada.

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Según el Dr. Mercola, médico norteamericano miembro del American College of Nutrition, entre otras asociaciones, “aunque no hay ingesta diaria recomendada para la luteína, los estudios han encontrado que para obtener los beneficios para la salud de la luteína se debe consumir una dosis de 10 miligramos al día”.

Por tanto, teniendo en cuenta el tipo de alimentos que tomamos y el contenido de los suplementos que ingerimos, podemos valorar la cantidad de luteína que estamos consumiendo. Lo ideal es que siempre que optemos por algún tipo de suplementación, aunque se trate de sustancias a priori saludables y seguras como la luteína, consultemos con nuestro doctor (en este caso puede ser nuestro médico de familia o nuestro oftalmólogo) para valorar la idoneidad de tomarlas o no.

La llamada vitamina de los ojos, la luteína, está muy presente en ciertos tipos de alimentos básicos como frutas o verduras, además de poder consumirla a través de suplementación. Su ingesta nos ayuda a proteger la vista, pero también a prevenir algunas enfermedades como el párkinson o la diabetes tipo 2.

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