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El VIH ya no mata, pero el estigma del infectado no ha desaparecido
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El VIH ya no mata, pero el estigma del infectado no ha desaparecido

La infección por VIH ya no es una sentencia de muerte y sí una enfermedad crónica. Los tratamientos, muy eficaces y accesibles, consiguen mantener el virus casi indetectable; sin embargo, la condición de seropositivo provoca aislamiento social

Foto: Soledad y aislamiento social frecuentes en personas infectadas por el VIH. (iStock)
Soledad y aislamiento social frecuentes en personas infectadas por el VIH. (iStock)

Han pasado más de 40 años desde que se supo de la existencia de una nueva enfermedad asociada a la infección por un virus hasta entonces desconocido. Los científicos no tardaron en identificar al nuevo patógeno y lo llamaron virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Contagio era casi sinónimo de sentencia de muerte, así es que la investigación por encontrar tratamientos contra el sida -la enfermedad provocada por el virus- se aceleró y en 1987 apareció el AZT, el primer antirretroviral -y único hasta bien entrada la década de los años 90- que supuso un cambio radical en el pronóstico de los afectados. Desde entonces y hasta ahora, se han aprobado más de 30 tratamientos antirretrovirales en Europa, que han hecho de la infección por VIH un proceso crónico.

Foto: Pintadas en una manifestación de personas portadoras de VIH. (EFE/Carlos Ramírez)

El desarrollo farmacológico se traduce en menos mortalidad y más supervivencia (con buen estado de salud), como demuestran las cifras de muertes, que en el año 2022 fueron 630.000 en el mundo, frente a los 2 millones de 2010. La parte negativa de este éxito es que, en cierta medida, se ha perdido el miedo al contagio, incluso en menores de 18 años. Un estudio desarrollado en cinco hospitales españoles con 529 casos de infecciones de transmisión sexual revela que en el 17% de casos había más de una infección (VIH, sífilis y gonorrea), y en el 81% de los casos eran varones adolescentes. El trabajo, que se ha presentado esta semana en el congreso de Gesida, recoge el VIH se diagnosticó con mayor frecuencia en adolescentes homosexuales (57,6% de casos).

Sin miedo al contagio

El doctor José María Miró Meda, investigador principal del grupo VIH/Sida e infecciones de transmisión sexual del área de enfermedades infecciosas (CIBERINFEC) del CIBER ISCIII, confirma a El Confidencial que la percepción del riesgo es "ahora mucho menor que antes", sobre todo entre los más jóvenes, "ya que saben que existe un tratamiento efectivo y no tienen la percepción de adquirir una infección, el VIH, que al inicio de la epidemia era mortal". En su opinión, el aumento notable de infecciones de transmisión sexual significa que "no se utiliza el preservativo como mecanismo de barrera".

placeholder Manifestación en Madrid convocada por Orgullo Crítico. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Manifestación en Madrid convocada por Orgullo Crítico. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Prevenir esas infecciones es una prioridad para los expertos en la lucha contra el sida, de ahí que, durante la reunión de Gesida, hayan hecho hincapié en la implantación de la llamada PrEP (profilaxis preexposición), que financia el SNS y que está disponible en todas las comunidades autónomas. Esta estrategia está indicada para todas las personas con una vida sexual activa que hayan tenido más de diez parejas sexuales en el último año, tengan sexo sin condón, hagan chemsex -que es "una fuente de contagios nuevos", advierte Miró- o hayan recibido la profilaxis posexposición en varias ocasiones. Desde que está vigente la PrEP -"una intervención tremendamente eficaz desde el punto de vista del coste/beneficio"- se estima que la han utilizado 18.000 personas, lo que se ha traducido en una disminución del 30%.

Foto: Diseño: R. Cano.

Falsa apariencia de normalidad

A pesar del enorme progreso, sobre los infectados por el VIH sigue pesando el estigma, sobre todo entre los mayores de 50 años. "Socialmente, en apariencia, la situación se ha normalizado durante los últimos 40 años, pero la estigmatización no ha desaparecido ni en el mundo laboral, ni en el académico, ni en el deportivo", confirma el científico, para quien es fundamental "continuar y acentuar las campañas de comunicación, sensibilización y clarificación en torno a este tema".

placeholder Cartel contra el estigma del VIH del Ministerio de Sanidad.
Cartel contra el estigma del VIH del Ministerio de Sanidad.

Las personas con VIH perciben el estigma, y así lo refleja la primera gran investigación multicéntrica -22 centros- que se ha llevado a cabo en España sobre el impacto de la soledad y el aislamiento social en las personas que viven con VIH.

Este trabajo revela que el 16,5% de estas personas siente soledad, y el 12,3% se siente aislado socialmente. Además, el 29% tiene síntomas de ansiedad, el 21% de depresión significativos, el 24% problemas de movilidad y el 41% dolor. Y a esto hay que sumar el envejecimiento de los seropositivos que sobrevivieron a los años más duros de la epidemia de sida y que han desarrollado trastornos propios de la edad. "Tenemos que poner en marcha intervenciones que mejoren su calidad de vida", enfatiza el científico.

Hay que desarrollar estrategias de prevención y abordaje de la soledad y el aislamiento social que sienten muchas personas con VIH

Por tanto, la salud mental de este colectivo está seriamente dañada, por lo que los especialistas insisten en que hay que desarrollar estrategias de prevención y abordaje de la soledad y el aislamiento social.

En este sentido, la asociación Apoyo Positivo, que defiende los derechos de las personas afectadas por el VIH y su integración en la sociedad, ha lanzado, en coordinación con el equipo tecnológico de salud Everhealth y con el apoyo de la biofarmacéutica MSD, la plataforma digital MIMO. A través de esta plataforma, los pacientes con VIH pueden acceder a videoconsultas con especialistas en psicología, nutrición y medicina general, además de participar en dinámicas de grupo donde pueden compartir sus preocupaciones con otros seropositivos que se encuentren en la misma situación.

En el mundo, 39 millones de personas viven con el VIH; de ellas, el 53% son mujeres y niñas.

Han pasado más de 40 años desde que se supo de la existencia de una nueva enfermedad asociada a la infección por un virus hasta entonces desconocido. Los científicos no tardaron en identificar al nuevo patógeno y lo llamaron virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Contagio era casi sinónimo de sentencia de muerte, así es que la investigación por encontrar tratamientos contra el sida -la enfermedad provocada por el virus- se aceleró y en 1987 apareció el AZT, el primer antirretroviral -y único hasta bien entrada la década de los años 90- que supuso un cambio radical en el pronóstico de los afectados. Desde entonces y hasta ahora, se han aprobado más de 30 tratamientos antirretrovirales en Europa, que han hecho de la infección por VIH un proceso crónico.

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