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Testosterona y próstata: nuevos datos derriban el mito
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Testosterona y próstata: nuevos datos derriban el mito

Uno de los mitos asociados a la testosterona es que su uso podría aumentar el riesgo de cáncer de próstata. El ensayo clínico TRAVERSE arroja nuevos datos que derriban esta creencia

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Hablar de testosterona y de terapia de optimización hormonal en hombres despierta aun hoy en día dudas y sospechas. Ya hemos hablado en este espacio del estigma asociado al tratamiento con andrógenos, procedente en parte del mal uso de esteroides anabolizantes en el mundo deportivo y también de estudios científicos obsoletos.

Afortunadamente, la ciencia avanza y cada vez tenemos más datos que muestran que el uso de testosterona en las dosis adecuadas como terapia de optimización hormonal en hombres con hipogonadismo es segura.

El estudio TRAVERSE

El ensayo clínico que nos ocupa es TRAVERSE. Se trata de un estudio puesto en marcha en 2015 en EEUU a demanda de la FDA estadounidense, que requirió a los fabricantes de testosterona evaluar su impacto en el riesgo de infarto de miocardio. En este estudio multicentro, los más de 5.200 participantes en 316 puntos de reclutamiento recibieron aleatoriamente un gel de testosterona al 1,62% (dosis ajustada para conseguir un nivel de testosterona de entre 350 a 750 ng/dL) o un gel placebo sin testosterona. El tratamiento tuvo una duración superior a 21 meses.

Para ser incluidos en el estudio, los participantes debían tener al menos dos registros de testosterona por debajo de 300 ng/dL, síntomas de hipogonadismo, y enfermedad cardiovascular o un riesgo alto de la misma. Los participantes con niveles de PSA por encima de 3.0 ng/mL fueron excluidos.

Segura para la próstata

Los resultados recién publicados muestran que tras un seguimiento de 33 meses no se encontraron diferencias entre los participantes que usaron el gel de testosterona o el placebo. Las diferencias en la incidencia de cáncer de próstata fueron de 0,46% para el grupo tratado con testosterona frente a un 0,42% para el placebo.

Tampoco hubo diferencias en otros marcadores de salud prostática tales como la retención urinaria, número de biopsias, o el uso de tratamientos farmacológicos para la hiperplasia benigna. Un 7,5% de los pacientes en el grupo de tratamiento y un 8,2% en el grupo placebo alcanzaron una puntuación mayor de 19 en la Escala Internacional de Síntomas Prostáticos (IPSS), que puntúa entre cero (sin síntomas) y 35 (muy sintomático).

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Estos resultados son aplicables a la mayor parte de la población de edad avanzada de EEUU, al haber sido incluidos solo pacientes sin un historial de cáncer de próstata y con concentraciones de PSA menores a 3.0 ng/mL. Los resultados, sin embargo, no permiten establecer la seguridad en hombres que padecen o han padecido cáncer de próstata, aquellos con niveles elevados de PSA o los que no tienen hipogonadismo.

Un hallazgo del estudio fue también que los niveles de PSA se elevaron ligeramente al iniciar el tratamiento con el gel de testosterona, manteniéndose con posterioridad. Las diferencias con el grupo placebo fueron, no obstante, pequeñas (0,15 ng/mL) y, como se ha mencionado, no tuvieron asociado ningún evento adverso.

Mejorando la salud del hombre adulto

La terapia de optimización hormonal en el hombre con síntomas de hipogonadismo es altamente efectiva para mejorar la calidad de vida en numerosas dimensiones. Mi experiencia es amplia y conozco de cerca cómo restablecer la normalidad hormonal en estos pacientes tiene un impacto muy positivo en su vitalidad, su estado de ánimo, la sexualidad y la salud en general.

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El estudio TRAVERSE está demostrando, una vez más, que las dudas acerca del uso fisiológico de testosterona no están justificadas en relación con la salud prostática ni tampoco en cuanto al riesgo cardiovascular.

Poco a poco iremos avanzando en la aceptación de la terapia con testosterona en hombres y rompiendo estigmas gracias a nuevos datos, que demuestran que el coste-beneficio de estas terapias justifica su uso controlado y en manos de profesionales cualificados. Algo similar a lo sucedido con la terapia hormonal en mujeres, donde los posicionamientos de las sociedades científicas apoyan cada vez más su uso.

Hablar de testosterona y de terapia de optimización hormonal en hombres despierta aun hoy en día dudas y sospechas. Ya hemos hablado en este espacio del estigma asociado al tratamiento con andrógenos, procedente en parte del mal uso de esteroides anabolizantes en el mundo deportivo y también de estudios científicos obsoletos.

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