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El crudo relato del coordinador de 'Cruz Roja' sobre el atentado en el festival próximo a Gaza
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Entrevista a Chaim Rafalowski

El crudo relato del coordinador de 'Cruz Roja' sobre el atentado en el festival próximo a Gaza

El responsable de desastres del Magen narra cómo fueron las primeras horas hasta que supieron lo que ocurría junto a la Franja, el complicado dispositivo sanitario y por qué los israelíes están "pagando el precio de la arrogancia"

Foto: El coordinador nacional de gestión de desastres y cooperación internacional del Magen David Adom, Chaim Rafalowski, posa para El Confidencial. (J. I. R.)
El coordinador nacional de gestión de desastres y cooperación internacional del Magen David Adom, Chaim Rafalowski, posa para El Confidencial. (J. I. R.)

A las 6:30 del pasado 7 de octubre, Chaim Rafalowski se despertaba en su casa, cercana a Tel Aviv, con el ruido de las sirenas que avisaban del lanzamiento de misiles. Era un sábado, el día de la semana festivo en Israel, pero uno aún más especial, porque era el último día de las fiestas judías. Rafalowski es el coordinador nacional de gestión de desastres y cooperación internacional del Magen David Adom (Estrella de David Roja), el equivalente a la Cruz Roja en Israel, y rápidamente supo que "aquello era algo inusual".

Por un lado, "aunque no era la primera vez que disparaban contra Tel Aviv", sí que era la primera que el conflicto llegaba directamente a la capital. Cuenta que, tomando de referencia otros lanzamientos de misiles desde Gaza, normalmente se iban acercando de forma escalonada: "En los anteriores comenzaban lanzando cohetes a las comunidades muy cercanas a la Franja, como Sederot. Después, cuando las cosas se ponían peores, a Ascalón y luego Asdod. Y ya cuando las cosas se ponían peores y se llegaba a un máximo del enfrentamiento, Hamás ya disparaba contra el centro de Israel, Tel Aviv".

Por el otro, le llamó la atención el gran número de alarmas que oyeron, "lo que tiene que ver con la cantidad de cohetes que se disparan. Y ahora sabemos que en las dos primeras horas Hamás disparó 2.000 cohetes y eso nuevamente es algo que no es habitual".

"Por todo esto, entendimos que algo muy raro estaba ocurriendo. Pero, en ese momento, lo único que entendimos es que había un ataque de misiles de Hamás contra el centro-sur de Israel", relata a El Confidencial desde Madrid, donde se encuentra pasando unos días en el marco de un encuentro entre servicios de emergencias de varios países para compartir conocimiento ante situaciones.

Foto: Imagen por satélite de Gaza y alrededores tras los ataques de Hamás (X/@HarelDan)

PREGUNTA. ¿Cómo se vivieron las primeras horas de ese sábado en el Magen David Adom?

RESPUESTA. A las 6:45 nuestro director general dio la orden de que el turno de noche, que normalmente cambia a las 7:00, no relevase, y de que había que activar las 1.450 ambulancias que teníamos de inmediato.

Lo que nosotros temíamos en ese momento es que lo que venía de Gaza fuese una distracción para hacer un ataque verdadero que iba a venir de Hezbolá por la frontera norte. Hezbolá tiene una capacidad militar mucho mayor que Hamás en temas de cohetes y personal bien capacitado, porque son combatientes que han participado en la guerra en Siria, así que vienen con mucha experiencia. Entonces, la percepción del riesgo por parte de Hezbolá era mayor que la de Hamás.

Sobre las 07:10 empezamos a recibir la información de que había disparos en las comunidades israelíes cercanas a la frontera con Gaza. Recibimos noticias de que les dispararon a dos de nuestras ambulancias a diez kilómetros de la frontera, en uno de estos incidentes mataron a uno de nuestros técnicos y el técnico de la segunda ambulancia quedó herido muy grave. Después le disparan a otra ambulancia en la ciudad de Sederot, que está a cuatro kilómetros de la frontera. Y sobre esa hora oímos por primera vez por radio a uno de nuestros técnicos anunciando que hay terroristas dentro de Sederot. Ahí entendemos que hay una ofensiva terrestre hacia territorio israelí. Nos llevó una hora y media más entender la magnitud de la ofensiva.

"Nos llevó una hora y media entender la magnitud de la ofensiva"

P. ¿Cómo fue la respuesta del Magen David Adom a los ataques de Hamás en el festival del 7 de octubre?

R. Antes de nada, aclarar que nuestro personal está dentro de las comunidades. No hay un despliegue hacia allí, sino que ya están ahí.

P. Pero será un personal muy reducido…

En ese día hubo 1.250 muertos y más de 4.000 heridos, de ellos unos 350 con heridas muy graves que ponen la vida en peligro. Lo que quiere decir que ni aunque hubiéramos tenido 100 veces más personal, hubiese sido suficiente.

Los terroristas lo primero que hicieron cuando entraron a los kibutz alrededor de Gaza fue disparar a las ambulancias, para asegurar que no pudieran atender a los pacientes. Quiere decir que el personal se encontró atendiendo a víctimas con el maletín que tienen en la ambulancia si consiguieron rescatarlo o el que tienen en el vehículo particular.

Lo primero que pasó es que los ciudadanos de cada comunidad llevaban a las víctimas a las casas de los trabajadores del Magen, porque es el médico del pueblo y todos lo conocen. Entonces si había un herido, se lo llevaban y lo atendían en el salón de su casa. Por ejemplo, cuando dispararon a la ambulancia en Sederot, los compañeros entendieron que si volvían a la base se iban a encontrar nuevamente con los terroristas y les iban a disparar; entonces llevaron al compañero que estaba herido muy grave, con una herida penetrante en el tórax a la casa de uno de ellos y le atendieron en su salón con la ayuda de la esposa que también era voluntaria del Magen y otro compañero durante cuatro horas hasta que pudimos rescatarle.

De una manera muy similar, la gente nos traía pacientes en las zonas donde teníamos base. Aquí también encontramos muchos problemas, por ejemplo en Sederot había terroristas en la siguiente calle de la base disparando. Entonces había funcionarios de policía delante de la base, protegiendo con sus pistolas las entradas mientras les traían víctimas y cada vez que la ambulancia, que tenemos unas pocas blindadas, intentaba salir para llevar un paciente al hospital, paraban a la ambulancia y les metía a más pacientes. Luego la ambulancia volvía a la base para coger a más pacientes e intentaba salir nuevamente… y así durante horas.

placeholder Chaim Rafalowski durante una entrevista con El Confidencial. (J. I. R.)
Chaim Rafalowski durante una entrevista con El Confidencial. (J. I. R.)

Entendimos muy rápido que había siete comunidades que estaban conquistadas por terroristas y no íbamos a poder entrar en ellas. La policía nos dijo muy claramente: "Si entráis os van a matar". Pero estas son comunidades de agricultores, quiere decir que hay muchos caminitos de tierra que los habitantes conocen muy bien, entonces ellos iban sacando a heridos por esos caminos. Nosotros desplegamos nuestros sistemas móviles de atentados en los cruces por donde esos pacientes tenían que pasar hacia los hospitales. Durante todas esas horas hubo disparos de misiles y terroristas que iban y venían por esos caminos. Así que muy frecuentemente el personal tenía que huir para protegerse y después volver a atender.

Al mismo tiempo se envió gran cantidad de ambulancias del centro del país. Todas las ambulancias blindadas que tenemos las enviamos hacia el sur y enviamos ambulancias avanzadas hacia los hospitales del sur, porque estaban recibiendo gran cantidad de pacientes. Para hacernos una idea, el hospital Barzilai, que tiene unas 600 camas, en 12 horas atendió 400 pacientes.

Nosotros desplegamos ambulancias para que el que se pudiera trasladar pudiésemos sacarlo hacia los hospitales aunque fuera bajo fuego.

"La policía les dijo muy claramente a mis médicos: Si entráis os van a matar"

P. Una vez que los militares consiguen controlar la zona del festival donde se produjo el ataque terrorista, ¿el Magen David Adom llega a poder entrar para prestar algún tipo de asistencia?

R. Las fuerzas militares lograron controlar la situación después de 36 horas…

P. No había nada que se pudiera hacer…

R. Nuestro personal obviamente entró, pero había muy poco que salvar.

P. Entiendo que los sanitarios que entraron allí se encontraron una situación muy dura, ¿cómo afectó a su salud mental?

R. En nuestra vida profesional habíamos visto la brutalidad que se vio ese día. Porque no fue solamente matar; fue torturar, humillar y matar a las personas. Y por eso estamos trabajando en el aspecto psicológico de nuestro personal.

P. Más allá del trabajo en el terreno, ¿qué desafíos se vivieron desde el control de llamadas?

R. Una de las dificultades más grandes las tuvieron nuestros recepcionistas de llamadas. Por poner un ejemplo, un telefonista recibió una llamada donde alguien decía: "¡Están aquí, están aquí! Los terroristas están dentro de mi casa", unos minutos después oyó disparos, se hizo el silencio y alguien con un acento árabe cogió el teléfono y dijo: "Puedes colgar la llamada, los maté a todos".

También tuvimos otra llamada de una pareja joven con un niño, que decían que estaban en el refugio de su casa, que les están incendiando la casa, que los terroristas están fuera y el refugio llenándose de humo, que qué hacían.

Recibimos otra llamada de una niña de nueve años, que se llamaba Emily, que le dijo a la recepcionista de la llamada: "Le dispararon a mi papá, lo mataron. Le dispararon a mi mamá, la mataron. Le dispararon a mi hermana pequeña de cuatro años y la mataron. Estoy yo y mi hermanita de 6 años. ¿Qué hacemos?". La recepcionista le dijo que entrase en el refugio y cerrase la puerta, y la pequeña contestó que no podía porque no tenía fuerza; así que le dijo que se encerrasen en un armario y se mantuviesen en silencio. Se fueron sucediendo llamadas con las niñas, que habían puesto el teléfono en silencio, en las que preguntaron varias veces dónde estábamos, pero el recepcionista no podía decirle "no podemos entrar porque hay terroristas", así que le decía "estamos en camino. La ayuda está llegando…". La llamada entró a las 10:00 y la seguimos hasta la noche, cuando ambas fueron rescatadas y sobrevivieron.

Estos fueron el tipo de llamadas que nuestros recepcionistas recibieron ese día. Y es algo que nunca en nuestra vida habíamos vivido. Yo he trabajado años de recepcionista de llamadas y nunca hemos hablado de una situación en la que le digas a una persona que estén heridos graves y no podamos actuar.

P. ¿Qué otros desafíos enfrentasteis en la coordinación de este dispositivo?

R. En el aspecto técnico no fue muy difícil porque tenemos un sistema computarizado muy sofisticado que nos muestra todas las ambulancias a nivel central, así que sabemos dónde están. Sabemos qué están haciendo.

El gran problema era que la situación cambiaba cada segundo. "Puedes pasar por esta carretera. No, ahora no… En esa carretera había disparos, ¿qué ambulancia está por ahí?".

El tema es que tienes decenas de ambulancias en diferentes puntos y todo el tiempo entra información, porque tenemos una coordinación muy cercana con la policía, así que ellos nos informan todo el tiempo. Pero hay información falsa, hay información que está cambiando… y realmente poder analizar esa información e intentar darle una información válida al personal a tiempo para mantenerles la seguridad es el desafío.

"Estamos pagando el precio de la arrogancia"

P. Parte de la población se muestra incrédula acerca de que uno de los mejores servicios de inteligencia, como es el Mosad, no supiese lo que iba a pasar. Tú que has vivido de cerca el horror, ¿qué le dirías a esta gente?

R. Si me hubieras preguntado el día 6 de octubre si sería posible un ataque de este tipo, y que la inteligencia militar, el Mosad y el cuerpo de inteligencia interna no lo supieran, te habría dicho que es imposible.

Pero, como israelíes, estamos pagando el precio de la arrogancia.

P. El precio de la arrogancia...

R. Sí, porque éramos muy arrogantes. "Nosotros sabemos todo". "Nosotros sabemos mejor que el propio enemigo lo que va a hacer". "Tenemos la mejor tecnología del mundo"... Así que no nos pueden vencer. Y estamos pagando el precio de esa arrogancia.

placeholder Foto: J. I. R.
Foto: J. I. R.

P. ¿Cómo ha cambiado la atención a los israelíes desde el ataque de Hamás del 7 de octubre?

R. La atención normal es la atención normal. El infarto sigue igual, los partos también… Eso no cambia.

Lo más importante es que estamos en un nivel máximo de alerta, porque no sabemos adónde va este conflicto. Tenemos en este momento tres frentes activos como israelíes.

Primero, lo que está pasando en Gaza, porque aunque mis autoridades políticas dicen que estamos venciendo esa batalla, hace unos días se dispararon 15 misiles contra Tel Aviv.

También tenemos el frente contra Hezbolá en el norte, que en este momento está contenido, pero eso puede explotar en cualquier momento.

Y está el frente contra los hutíes de Yemen que disparan cohetes, misiles y drones contra la ciudad de Eilat, que es importante porque es donde están en este momento gran parte de los evacuados de la Franja.

Entonces no sabemos cómo va a evolucionar todo esto. Por ello estamos con un nivel de alerta muy alto. Y eso es difícil porque gran parte del personal que maneja las ambulancias son voluntarios y son voluntarios que están dando su tiempo y su esfuerzo desde hace más de 100 días, y cada día de nuevo les decimos: "La verdad es que no está pasando mucho, pero…".

P. Teniendo en cuenta todo lo que se está viviendo en Israel, ¿trabajar en el Magen es una profesión de riesgo?

R. Siempre lo ha sido…

P. ¿Y ahora más?

R. La verdad es que no. Yo llevo trabajando 40 años y he vivido los atentados de los años 80, 90 y 2000, donde igual que en el 11-M se pusieron bombas destinadas al personal que iba a atender.

Así que cada vez que salíamos a socorrer a un atentado teníamos muy claro que podía haber una bomba esperando.

Sí es cierto que por primera vez en los atentados del 7 de octubre vimos un disparo directo contra personal sanitario y eso es algo que no habíamos visto anteriormente. Pero esa es solamente una de las atrocidades que se han visto.

"Se ha atendido a terroristas heridos, aunque lo difícil es lo emocional de hacerlo, pero es nuestro deber profesional"

P. Por cuestiones puramente humanitarias, ¿se presta ayuda a ciudadanos palestinos en la Franja?

R. Magen David Adom ha atendido palestinos, eso es algo que se ha hecho siempre. Ahora incluso se ha atendido a terroristas heridos, aunque lo difícil es lo emocional de hacerlo, pero es nuestro deber profesional, así que lo hacemos. También hemos atendido niños y heridos. Pero solo los que pueden salir de Gaza. Lamentablemente, por la situación política no entra ayuda humanitaria desde Israel hacia la Franja de Gaza, sino que entran por el paso de Rafah, que es territorio de Egipto.

P. ¿Estáis recibiendo ayuda de otros países para dar asistencia sanitaria?

R. Tuvimos una gran cantidad de ofertas y agradecemos a todos la voluntad. Por ejemplo, a las 8:30 de la mañana los compañeros del Samur ya me estaban llamando diciendo: "Si nos necesitas, aquí estamos".

Pero hay dos temas importantes. El primero, y más importante, es el idioma. Mi comandante del incidente habla hebreo, hay que entender lo que está diciendo.

Y lo segundo, hay que estar capacitados en los procedimientos de seguridad en la escena. Y si no dominas el idioma y no dominas los procedimientos de seguridad, vas a poner en riesgo tu vida y la vida de tu equipo.

P. Entonces se rechazó la ayuda…

R. Se tuvo que rechazar. Yo no voy a poner en riesgo a mis compañeros.

A las 6:30 del pasado 7 de octubre, Chaim Rafalowski se despertaba en su casa, cercana a Tel Aviv, con el ruido de las sirenas que avisaban del lanzamiento de misiles. Era un sábado, el día de la semana festivo en Israel, pero uno aún más especial, porque era el último día de las fiestas judías. Rafalowski es el coordinador nacional de gestión de desastres y cooperación internacional del Magen David Adom (Estrella de David Roja), el equivalente a la Cruz Roja en Israel, y rápidamente supo que "aquello era algo inusual".

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