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La soberbia, el trastorno de la personalidad que conlleva riesgos mentales
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La soberbia, el trastorno de la personalidad que conlleva riesgos mentales

Los afectados se sienten más grandiosos que los demás y menosprecian al resto. Pero son vulnerables por su autoimagen distorsionada y pueden sufrir depresión y ansiedad

Foto: Foto: Unplash/@noahbuscher.
Foto: Unplash/@noahbuscher.

Seguramente la mayoría la conoce por engrosar la lista de los ‘siete pecados capitales’, pero no saben que es un trastorno real de la personalidad que puede arrastrar a las personas que lo sufren hacia otros problemas graves, como depresión, ansiedad o adicciones. Y, por supuesto, toca de lleno a quienes les rodean, que son ‘utilizados’, manipulados y cargan con sus culpas o errores.

En psicología se conoce como narcisismo, del que existen dos tipos: el grandioso y el vulnerable. El primero es el que verdaderamente cree ser tan extraordinario y perfecto como se muestra ante el público. Se trata de personas muy arrogantes, egocéntricas y orgullosas. El segundo, por el contrario, recurre a esta actitud para compensar el hecho de que se siente inseguro y temeroso. En el extremo de esta condición se encuentra el fenómeno conocido como trastorno narcisista de la personalidad.

¿Quién padece este tipo de trastorno?

Tienden a exagerar sus logros y capacidades, que esperan ver siempre reconocidos y exigen en todo momento una admiración excesiva y un trato especial. Presentan complejo de superioridad, es decir, que tienen una visión sesgada de ellos mismos. Son muy orgullosos, se (auto)idolatran. Sienten una gran necesidad de reconocimiento, por lo que lo demandan constantemente, y de forma más o menos explícita, muestras de admiración hacia ellos. Precisamente, esto pasa a menudo porque la persona soberbia, en el fondo, siente mucha inseguridad y duda de su excelencia y, por este motivo, necesita que su entorno le reafirme.

Foto: Ilustración: iStock.

Están pendientes de la imagen que proyectan y muestran grandilocuencia en su forma de presentarse y de exhibirse. Egocéntricos y absolutamente convencidos de que llevan siempre la razón, les cuesta reconocerlo cuando se equivocan.

Si pueden evitarlo, nunca reconocen sus errores. A veces adoptan un comportamiento que puede ser humillante para los demás. Esta es otra manera que tienen de autoafirmarse como 'superiores'. Un dato importante a tener en cuenta es que sufren grandes cambios de humor y rápidos.

Proclives a la depresión

placeholder Foto: Unplash/@simran01_fashionphotography.
Foto: Unplash/@simran01_fashionphotography.

De hecho, un artículo de ‘Medical News Today’ determina: “La guía principal que utilizan los profesionales de la salud mental para los diagnósticos, llamada 'Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales', quinta edición (DSM-5), no incluye el narcisismo como un síntoma del trastorno bipolar. Sin embargo, cuando una persona con trastorno bipolar experimenta manía, puede mostrar algunos comportamientos que también ayudan a caracterizar el trastorno de personalidad narcisista”. Como ejemplos:

  • Niveles de confianza elevados
  • Sentimientos de importancia personal
  • Alta energía
  • Autopercepción grandiosa

“Debido a esta superposición de síntomas, un episodio maniaco de trastorno bipolar y uno narcisista pueden parecer similares. Esto a veces da como resultado un diagnóstico erróneo. Además, durante los periodos de depresión, una persona bipolar puede descuidar sus deberes de cuidado, evitar el contacto social o parecer insensible a las necesidades de los demás. Lo más probable es que esto suceda cuando los síntomas de la depresión hacen que a la persona le resulte difícil pensar en los demás”, añaden.

Foto: Ilustración: iStock.

Mientras tanto, las personas con trastorno de personalidad narcisista pueden parecer desinteresadas o insensibles a las necesidades de los demás, lo que puede estar basado en el miedo a la insuficiencia. Ellos también pueden ser propensos a la depresión, lo que puede manifestarse como una gran confianza en sí mismos.

Estudios como el publicado en ‘PLOS ONE’ apuntan las mayores probabilidades de padecer ansiedad o estrés, que deterioran la salud física general, así como más propensión a las adicciones, como constata un ensayo de ‘Fronteries of Pschycology’.

Foto: Foto: iStock.

El problema del tratamiento

Uno de los grandes ‘handicaps’ de este trastorno de la personalidad es que los afectados no suelen buscar ayuda. Y en el caso de solicitarla, el tratamiento es complicado, y como demuestra la literatura científica, generalmente, el diagnóstico se establece por la consulta de otros problemas. El problema es que el trastorno que les afecta les impide seguir las pautas terapéuticas, por desconfianza y por no aceptar los consejos del especialista. Por ello es importante solicitar ayuda si una persona cercana cumple con este perfil.

Seguramente la mayoría la conoce por engrosar la lista de los ‘siete pecados capitales’, pero no saben que es un trastorno real de la personalidad que puede arrastrar a las personas que lo sufren hacia otros problemas graves, como depresión, ansiedad o adicciones. Y, por supuesto, toca de lleno a quienes les rodean, que son ‘utilizados’, manipulados y cargan con sus culpas o errores.

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