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La guerra feroz entre Kit Kat y Toblerone
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competencia y marcas

La guerra feroz entre Kit Kat y Toblerone

El Tribunal Europeo de Justicia ha dictaminado que las barritas de chocolate de Nestlé no pueden considerarse una marca exclusiva para la UE. Su competidor Mondelez ha ganado una batalla, pero su marca Toblerone esgrime lo mismo

Foto: Foto: El Confidencial
Foto: El Confidencial

El sabor, los ingredientes o la formulación han perdido importancia. La apariencia lo es todo. Al menos, así lo han dejado ver los fabricantes de Kit Kat y Toblerone: Nestlé y Mondelez, dos de los gigantes del sector durante una sucia guerra legal de décadas. Ha perdido la empresa suiza. La forma de su productos es inconfundible, pero ya no es exclusiva. Así lo ha dictaminado con una sentencia el Tribunal de Justicia Europeo. Su forma acaba de dejarle de pertenecer como marca. La ironía reside en que si las barritas de Kit Kat son tan reconocibles, lo mismo se puede decir de los triángulos de Toblerone.

Los dueños de Toblerone demandaron a la cadena Poundland por copiar sus inconfudibles triángulos

Es más, lo más chocante de todo el embrollo es que los responsables de la demanda que ha desposeído a Nestlé de su hasta ahora exclusiva forma se defendieron con los mismos argumentos cuando una cadena de supermercados de Inglaterra, Poundland, puso a la venta unas tabletas que copiaban su fila de triángulos de chocolate. Es exactamente la cuestión que le ha planteado Alimente a los dueños de Toblerone: ¿no es la misma batalla que tuvieron con la cadena de supermercados Poundland?

Registro tridimensional

Es un caso totalmente distinto -responden-. Toblerone es una marca emblemática para nosotros. La barra de 150 g -objeto de la polémica- solo está disponible en el Reino Unido y es un formato que se vende casi exclusivamente en una cadena de precio único de UK (Poundland)”. Es decir, que se quejaron de que una marca blanca les copiara el diseño icónico de su producto. Es difícil ver la diferencia con la argumentación de Nestlé, que registró como marca en 2002 la forma tridimensional de sus cuatro barras en la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), con sede en Alicante.

Nestlé no ha tirado la toalla y pretende recurrir la sentencia con el apoyo de la Oficina de Patentes de la UE

El nivel de la batalla es tan marrullero que nadie acaba de dar la cara. Si Mondelez -que adquirió Cadbury- es escueto, Nestlé también elude entrar en muchos detalles. Comenta a Alimente simplemente que “creemos que la forma tan característica de nuestro Kit Kat merece protección como marca europea, y como continuación de la resolución judicial, esta cuestión será enviada ahora ante la Sala de Recursos de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) para que se revisen las pruebas presentadas por Nestlé”. En pocas palabras: no han tirado la toalla.

placeholder Toblerone.
Toblerone.

Además, los reponsables de Nestlé mentan al tercer contendiente de la batalla: la EUIPO, que tiene sus propios métodos de eludir la polémica. Sus responsables de comunicación se embrollan en tecnicismos y elusivas cuando Alimente les pide una valoración de la sentencia, especialmente porque actuaron de parte de Nestlé, aunque insistan en que son un "organismo independiente que no toma parte por ningún contendiente".

Críticas a la sentencia

Después de varias conversaciones telefónicas con la EUIPO, comunican que "en los casos ‘inter partes’, en los que distintas empresas litigan ante el Tribunal Europeo de Justicia en Luxemburgo por cuestiones de marcas, la Oficina Europea de Propiedad Intelectual (EUIPO) no defiende los intereses de una empresa ni cuestiona los de otra. La EUIPO defiende la legalidad de la decisión administrativa que adoptó la Sala de Recursos (segunda instancia administrativa de la EUIPO) o da su opinión sobre la sentencia del Tribunal General cuando se plantea un recurso de casación contra ella".

El TJE sostiene que Nestlé y la Oficina de Patentes y Marcas no justificaron el hecho distintivo

La nota de prensa del Tribunal de Justicia Europeo indica lo contrario cuando señala lo siguiente: "Nestlé y EUIPO sostienen que el Tribunal General se equivocó al sostener que el titular de una marca de la UE debe demostrar que esa marca ha adquirido un carácter distintivo mediante el uso en cada uno de los Estados miembros por separado. Sostienen que la interpretación del Tribunal General es incompatible con el carácter unitario de la marca europea y la mera existencia de un mercado único".

Desde Nestlé apuntan, además, que la sentencia "no pone fin al caso y concluye que el carácter distintivo de una marca europea -en este caso, la forma del Kit Kat- no necesita establecerse en todos y cada uno de los países de la UE, sino en el conjunto de la UE mediante diversas pruebas. Creemos que las pruebas presentadas por Nestlé demuestran que la forma familiar de nuestro icónico Kit Kat es lo suficientemente característica como para registrarse como marca europea".

La batalla entre ambos gigantes continuará los próximos meses, mientras las marcas blancas acechan a todos y se frotan las manos: o los copian o los sacan de sus puntos de venta. No es la forma, es el verdadero fondo.

El sabor, los ingredientes o la formulación han perdido importancia. La apariencia lo es todo. Al menos, así lo han dejado ver los fabricantes de Kit Kat y Toblerone: Nestlé y Mondelez, dos de los gigantes del sector durante una sucia guerra legal de décadas. Ha perdido la empresa suiza. La forma de su productos es inconfundible, pero ya no es exclusiva. Así lo ha dictaminado con una sentencia el Tribunal de Justicia Europeo. Su forma acaba de dejarle de pertenecer como marca. La ironía reside en que si las barritas de Kit Kat son tan reconocibles, lo mismo se puede decir de los triángulos de Toblerone.

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