Las lesiones de columna más frecuentes según la edad que tengas
Es el eje de nuestro cuerpo. Sólida y flexible a la vez, permite que nos movamos y protege el sistema nervioso. A lo largo de la vida puede sufrir diferentes problemas, pero prevenir y consultar con el especialista es la mejor estrategia para cuidarla
La columna vertebral está formada por 33 vértebras separadas entre sí por los discos intervertebrales. Es el eje principal del cuerpo; por eso, interviene en la mayoría de nuestras actividades diarias. Es sólida y flexible al mismo tiempo, lo que nos permite levantarnos, agacharnos, girarnos, etc. Además de todo esto, también tiene la función de proteger al sistema nervioso central.
La columna puede verse afectada por diferentes patologías, lo que en adultos comprende una miríada de dolencias con diferentes causas como son la traumática, degenerativa, congénita, infecciosa y tumoral.
Problemas de adultos y de niños
Las patologías degenerativas probablemente sean las más frecuentes de todas y son, con mucha diferencia, la principal causa de absentismo laboral a nivel mundial. Entre las afecciones degenerativas podemos señalar las hernias discales, estenosis de canal, fracturas osteoporóticas y síndromes facetarios, entre otras.
Aunque la mayoría de las lesiones de adultos son comunes a los niños, en la edad pediátrica destacan los problemas relacionados con la configuración de la columna: escoliosis, exageraciones de la curva cifótica o lordótica, espondilólisis y espondilolistesis. Dado que, además, en esta edad se manifiestan problemas de nacimiento (congénitos), cabe destacar que también pueden presentarse, completa o parcialmente, algunas entidades raras como malformación de Chiari o espina bífida oculta.
Por qué se producen esas lesiones
A partir de los 30 años, la columna comienza a degenerarse y esto ocurre de manera inexorable en la mayoría de los seres humanos. Factores como la actividad, raza, sexo y genética influyen en el momento de determinar el futuro de la columna vertebral de una persona. Aun así, la mayoría de los síntomas y signos de casi todas las enfermedades de columna se pueden evitar con una adecuada higiene postural.
Aunque en general la degeneración es similar en hombres y mujeres, existen ciertas patologías que aparecen con más frecuencia en un grupo que en otro. Por ejemplo, las espondilolistesis (desplazamiento de una vértebra respecto de la otra) son más comunes en mujeres jóvenes deportistas (cuando es traumática) o mujeres adultas mayores (cuando es degenerativa). De otro lado, dado que muchos trabajos pesados aún son realizados en su mayoría por hombres, este grupo está expuesto a un claro aumento del riesgo de accidentes laborales con las consecuentes fracturas vertebrales, hernias agudas de origen traumático o espondilolistesis de alto grado.
Síntomas más comunes
El síntoma más común es el dolor que, dependiendo del tipo de patología, podrá ser continuo, intermitente, al caminar, al estar en reposo, muy intenso o de poca intensidad. Todas estas particularidades del dolor permiten orientar el diagnóstico.
Muchas patologías de columna, cuando son graves, también comparten la focalidad neurológica; esto es, la pérdida de alguna función determinada por el sistema nervioso, como la pérdida de fuerza, sensibilidad o del control de esfínteres.
Cuándo tenemos que ir al especialista
En general, si nos preocupan nuestros dolores de espalda, tenemos dudas sobre el estado de nuestra columna o, simplemente, necesitamos información sobre hábitos de higiene postural, deberíamos visitar a un especialista cualificado.
Está claro que en los casos en que los dolores no ceden con analgesia o fisioterapia, tenemos antecedentes de traumatismo previo o relacionados con cáncer o pérdida progresiva de funciones como la fuerza, la sensibilidad o la limitación de nuestras actividades, deberíamos visitar al especialista en columna.
Ciertos signos llamados 'red flags' requieren de una visita urgente al especialista, como son el dolor incoercible o la focalidad neurológica
Tener una segunda opinión es otra razón importante para visitar al especialista. Hoy por hoy, cuando disponemos de tanta información, de fuentes no siempre confiables, es vital que no tengamos dudas sobre nuestras dolencias. Existen muchos mitos y desinformación alrededor de los problemas de espalda.
Finalmente, existen ciertos signos llamados 'red flags' (banderas rojas) que requieren de una visita con premura al especialista o incluso a urgencias, como son el dolor incoercible o la aparición súbita de focalidad neurológica.
El especialista debe estar formado específicamente en esta área. En España, el tratamiento integral de la columna puede ser asumido por un neurocirujano o un traumatólogo. Además, detrás de un buen tratamiento de columna existe un equipo de profesionales, incluidos un fisioterapeuta y personal de enfermería.
Cómo se diagnostica
El examen físico y por imagen permiten realizar un diagnóstico certero. En especial, porque las últimas tecnologías posibilitan reconstrucciones y ofrecen una calidad de imagen que hasta hace algunos años eran impensables.
Esta combinación es importante porque el tratamiento correcto se basa en la correspondencia entre lo que el paciente describe y lo que se observa en las imágenes radiológicas. Por ello, un buen especialista en columna siempre trata al paciente, y no sus imágenes…
Contamos con diversas pruebas de imagen y las más frecuentes son radiografía, tomografía y resonancia magnética.
La radiografía nos da información acerca de los huesos en dos planos. En el Instituto Clavel disponemos del sistema de imagen EOS, que es una radiografía de cuerpo completo con diez veces menos radiación que la radiografía convencional. Esta imagen nos permite saber cuál es el balance sagital de nuestro paciente, esto es, conocer una serie de parámetros que nos indican si la columna tiene una alineación armónica respecto de la pelvis y los miembros inferiores para saber si estos valores deben corregirse o conservarse. Hoy por hoy es inconcebible operar la columna sin saber el balance sagital de una persona.
La tomografía nos da información ósea más detallada en 3 planos. Nos permite hacer reconstrucciones y tomar medidas para colocación de tornillos y prótesis intersomáticas.
La resonancia magnética nos posibilita valorar con gran precisión las partes blandas de la columna. Así podemos saber cómo se encuentran las raíces nerviosas, el estado de los discos, los ligamentos de la columna y si hay presencia de tumores intramedulares. Además, nos permite valorar los grandes vasos como la vena cava y la arteria aorta para planificar los abordajes lumbares anteriores.
Finalmente, existe otra serie de pruebas que nos permiten obtener información acerca de la condición de un paciente, como son las pruebas de imagen de medicina nuclear o los electromiogramas.
Tratamientos
Ocasionalmente, el tratamiento de una patología de columna acaba siendo quirúrgico, aunque normalmente se empieza con tratamiento conservador que luego se va 'escalando'. Esta filosofía obedece a que cuando se opera la columna siempre se pueden hacer más cosas, lo que no se puede es deshacer algo que ya se ha llevado a cabo.
Dentro de las opciones de tratamiento conservador se puede empezar con fisioterapia y rehabilitación. Si eso es insuficiente, se pueden llevar a cabo procedimientos menores para el tratamiento del dolor como los bloqueos, infiltraciones o radiofrecuencias.
El uso de robots, neuronavegación de última generación y monitorización neurofisiológica intraoperatoria contribuye a un buen resultado
Por último, tras una valoración muy cuidadosa, se plantea la opción quirúrgica como alternativa definitiva para un problema espinal. En este sentido, se tiene que ser muy preciso para plantear la mejor opción quirúrgica, conservando siempre el balance sagital y aliviando los síntomas del paciente.
Respecto a la parte quirúrgica, en el Instituto Clavel disponemos de tecnologías muy avanzadas, como el uso de robots, neuronavegación de última generación y monitorización neurofisiológica intraoperatoria, que contribuyen a un buen resultado quirúrgico.
En cualquier caso, lo más importante es la prevención que empieza por cultivar buenos hábitos de higiene postural de columna. Estos hábitos se basan en no mantener posturas forzadas, agacharse flexionando las rodillas y no la espalda, no cargar pesos desmesurados, evitar el ejercicio de rebote o con carga axial y los pesos muertos.
Durante el trabajo, conservar posturas fisiológicas mientras se está sentado y evitar estarlo más de 30 minutos, no realizar viajes excesivamente largos conduciendo y hacer paradas para estirar las piernas.
En cuanto a la alimentación, siempre es bueno realizar una dieta equilibrada, evitar el tabaco y el alcohol en exceso y cuidar el peso corporal.
La columna vertebral está formada por 33 vértebras separadas entre sí por los discos intervertebrales. Es el eje principal del cuerpo; por eso, interviene en la mayoría de nuestras actividades diarias. Es sólida y flexible al mismo tiempo, lo que nos permite levantarnos, agacharnos, girarnos, etc. Además de todo esto, también tiene la función de proteger al sistema nervioso central.
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