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Así alimenta la obesidad la fructosa
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INFORME EN 'OBESITY'

Así alimenta la obesidad la fructosa

¿Qué es exactamente lo que está disparando el aumento de los problemas de peso en el mundo? ¿El exceso de calorías? ¿Las grasas? Una nueva investigación apunta a una sustancia muy concreta

Foto: La fructosa se encuentra en miles de productos alimenticios cotidianos. (Pexels)
La fructosa se encuentra en miles de productos alimenticios cotidianos. (Pexels)

En las últimas décadas, la fructosa se ha ganado una reputación más bien dudosa, y numerosos estudios han encontrado vínculos entre esta sustancia y problemas de salud como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiacas. Sin embargo, ¿es tan dañina como parece?

La fructosa es un monosacárido, la forma más simple de azúcar y, junto con la glucosa, es una de las principales fuentes de energía de nuestro cuerpo. Se encuentra de forma natural en una variedad de alimentos, incluidas frutas, verduras y miel. Sin embargo, la fructosa que ha generado problemas de salud no es la que se produce naturalmente, sino la forma procesada y sintetizada que se utiliza en muchos alimentos y bebidas preparados comercialmente. Esta forma, conocida como jarabe de maíz con alto contenido de fructosa (JMAF), ganó popularidad en la década de 1970 como una alternativa más barata y dulce a la sacarosa (azúcar de mesa) y hoy día forma parte de muchos alimentos procesados y bebidas azucaradas.

Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Obesity y dirigido por el doctor Richard Johnson, de la Universidad de Colorado Anschutz (Estados Unidos), ofrece una perspectiva única que centra las preocupaciones acerca del incremento de obesidad en el mundo en una figura central: la fructosa.

Foto: La diabetes tipo 2 es un importante problema de salud y su prevalencia está aumentando en todo el mundo. (Pexels)

"Aunque prácticamente todas las hipótesis reconocen la importancia de reducir los alimentos ultraprocesados y calificados como comida basura, aún no está claro si la atención debería centrarse en reducir la ingesta de azúcar, o de carbohidratos de alto índice glucémico, o de grasas, o de grasas poliinsaturadas, o simplemente aumentar la ingesta de proteínas", señalan los investigadores.

El papel de la fructosa

El jarabe de maíz con alto contenido de fructosa se elabora a partir de maíz y se descompone en un tipo de azúcar llamado glucosa. Luego, parte de esa glucosa se transforma en fructosa superdulce.

Aunque no es la mayor fuente de ingesta calórica, parece que desencadena la necesidad de comer alimentos más grasos, en mayores cantidades, lo que resulta en un exceso de comida. El jarabe de maíz con alto contenido de fructosa se utiliza en innumerables productos alimenticios en todo el mundo, incluso en aquellos considerados saludables, como barritas de proteínas, pan integral y cereales.

placeholder Los científicos han descubierto que el jarabe de fructosa refinada tiene múltiples efectos en el cuerpo que lo hacen más propenso a provocar obesidad. (Pexels)
Los científicos han descubierto que el jarabe de fructosa refinada tiene múltiples efectos en el cuerpo que lo hacen más propenso a provocar obesidad. (Pexels)

Culpable

El nuevo trabajo expone que la fructosa reduce los niveles de la hormona de la saciedad, impide que el cuerpo utilice las reservas de grasa para obtener energía y ralentiza el metabolismo, lo que dificulta que el cuerpo queme la energía de los alimentos. La teoría de la fructosa completa todas las demás que se cree que impulsan el aumento de peso (comer alimentos altamente procesados y luego no hacer nada para quemar esa energía), así como comer demasiados alimentos ricos en carbohidratos que se descomponen rápidamente en el cuerpo y aumentan los niveles de glucosa en sangre, lo que provoca hambre y antojos de más comida basura. La nueva hipótesis reconoce el modelo carbohidratos-insulina que prioriza los carbohidratos como el principal desencadenante del aumento de peso.

"Esencialmente, estas teorías, que sitúan una letanía de impulsores metabólicos y dietéticos en el centro de la epidemia de obesidad, son todas piezas de un rompecabezas unificadas por una última pieza: la fructosa", dijo Johnson. "La fructosa es lo que hace que nuestro metabolismo entre en modo de bajo consumo y pierda el control del apetito, pero los alimentos grasos se convierten en la principal fuente de calorías que impulsan el aumento de peso".

Los expertos explicaron que cuando las personas ingieren alimentos ricos en fructosa, la cantidad de energía utilizable disponible para sustentar las células del cuerpo cae en picado, lo que provoca sensación de hambre. El hígado, donde se metaboliza la fructosa, produce insulina, lo que provoca una caída de los niveles de azúcar en sangre y provoca sensación de hambre.

"Los científicos afirman haber encontrado la causa fundamental de la obesidad en la mayoría de las personas"

Miremos a los osos

Aunque la grasa es una reserva de energía almacenada, los alimentos ricos en fructosa impiden la utilización de esta, lo que lleva a un estado comparable al de un oso preparándose para hibernar en invierno, que es cuando consumen una gran cantidad de frutas con alto contenido en fructosa (estos animales comen fruta para mantener sus reservas de grasa y poder sobrevivir hasta ocho meses).

Si bien esta investigación ofrece un nuevo e interesante enfoque para abordar la obesidad, serán necesarios más estudios para confirmar de manera concluyente estos hallazgos. La clave para la salud no es necesariamente eliminar por completo la fructosa, sino mantener una dieta equilibrada y moderar la ingesta de alimentos procesados y bebidas azucaradas.

En las últimas décadas, la fructosa se ha ganado una reputación más bien dudosa, y numerosos estudios han encontrado vínculos entre esta sustancia y problemas de salud como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiacas. Sin embargo, ¿es tan dañina como parece?

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