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Qué son los FODMAP y qué sentido tiene tratar de evitarlos
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Salud digestiva

Qué son los FODMAP y qué sentido tiene tratar de evitarlos

Muchas dietas se desarrollan con el fin de mejorar algunas enfermedades. Popularizarlas es peligroso porque no beneficia a quien no las necesita y las desprestigia

Foto: Halloumi frito. (iStock)
Halloumi frito. (iStock)

Comer y saciarse está bien, pero tener la sensación de haber comido demasiado, aunque en realidad no haya sido más que una ensalada, unas verduras rehogadas o un plato de lentejas, es poco placentero. Hace tiempo que los científicos identificaron las moléculas que contienen muchos alimentos y que son capaces de activar una variedad de síntomas intestinales que van desde hinchazón abdominal y gases hasta diarrea o estreñimiento.

Se trata de unos carbohidratos de cadena corta –fermentables, oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y azúcares polialcoholes– agrupados bajo el acrónimo FODMAP, difíciles de absorber y fácilmente fermentables. “Estos hidratos de carbono permanecen durante un tiempo en el intestino (especialmente en el colon) y atraen agua, con lo que aumenta el volumen del intestino”, explica el inmunólogo Eduardo Arranz, del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de la Universidad de Valladolid-CSIC. “Al mismo tiempo –prosigue–, [los FODMAP] son una diana perfecta para la fermentación debido a la microbiota intestinal, con lo que además de agua se forma gas”.

Es muy difícil diagnosticar la intolerancia a FODMAP debido a que no existen marcadores biológicos que revelen ese problema

El resultado de estos procesos para las personas que son intolerantes a estas moléculas son esas temidas molestias abdominales. Pero saber con certeza que, realmente, alguien es intolerante a los FODMAP “es muy difícil de diagnosticar debido a que no existen marcadores biológicos que revelen ese problema”, sostiene Arranz.

Eliminar alimentos

Así pues, la solución pasa por evitar los alimentos que puedan contener FODMAP, pero eso es en teoría porque los FODMAP se encuentran en casi todos los grupos de alimentos –en cereales (trigo, centeno), frutas y verduras y legumbres (oligosacáridos); leche y derivados lácteos (disacáridos), miel (monosacáridos) y edulcorantes (polioles)–, excepto en la carne, el pescado y los huevos.

placeholder Los vegetales y los lácteos contienen FODMAP. (iStock)
Los vegetales y los lácteos contienen FODMAP. (iStock)

La doctora Maite Herraiz, directora del Departamento de Digestivo de Clínica Universidad de Navarra, coincide con Arranz, y pone sobre la mesa la dificultad para eliminar estos carbohidratos de la dieta, ya que “están en muchísimos alimentos, e identificar cuál de ellos en concreto es el que provoca los síntomas digestivos es muy difícil”. Además, no es solo cuestión de cuál –“por ejemplo, el ajo y la cebolla contienen gran cantidad de FODMAP, y al estar presentes en muchas comidas, pueden pasar inadvertidos para el paciente”–, sino también de cuánto: “Tomar esos alimentos en pequeñas cantidades quizá no desencadene la sintomatología, pero sí cuando se coma en grandes cantidades”, añade Herraiz.

Así es la dieta sin FODMAP

Conscientes de la dificultad de hacer una dieta libre o baja en FODMAP, investigadores de la Universidad de Monash, en Melbourne (Australia), desarrollaron en 2008 la dieta FODMAP, que después adaptó el departamento de nutrición de la Universidad King’s College, de Londres. Sin embargo, los científicos no idearon esta pauta dietética para personas sanas, sino para ayudar a quienes sufren el síndrome de intestino irritable (SII) (entre el 10 y el 15% de la población de Europa y América del Norte, según la Organización Mundial de Gastroenterología, WGO en sus siglas en inglés), y esta es una razón por la que los especialistas reiteran que no se debe hacer sin criterio médico.

La doctora hace hincapié en que es muy restrictiva, y “seguirla puede llevar a prescindir de alimentos que, aunque contengan FODMAP, también son valiosos por sus minerales o vitaminas”.

Foto: La dieta Fodmap permite las carnes, pescados, huevos o quesos. (iStock)
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Arranz insiste en la dificultad que entraña hacer bien este tipo de dieta y para eso “es importantísimo que esté siempre por medio un nutricionista”, una apreciación que comparte la especialista de la CUN. “Ese control tan estrecho es porque la dieta solo se puede llevar durante un tiempo limitado, y después hay que reintroducir paulatinamente los alimentos retirados para poder identificar cuáles son los que sientan mal”, reitera.

¿Se relaciona con SIBO?

Otro aspecto relevante es que suprimir alimentos que, además, son abundantes en fibra va a influir en la microbiota intestinal, alterando las poblaciones bacterianas, según han confirmado diferentes estudios, como uno publicado en el British Medical Journal. Para minimizar el impacto de ese cambio, los autores de este trabajo probaron si dar un probiótico mejoraba la población bacteriana, pero no encontraron grandes cambios. Aun así, algunos nutricionistas defienden el beneficio de dar probióticos.

Foto: Foto: Unsplash/@heftiba.

La influencia que tiene la dieta FODMAP sobre la microbiota intestinal lleva a otra cuestión que está muy de moda en las últimas semanas: el SIBO. La doctora Herraiz aclara que “la disbiosis es muy conocida entre los especialistas en digestivo desde hace muchos años”. Como ocurre con los FODMAP, “es muy difícil diagnosticar con total certeza que una persona tiene SIBO”, y para ello es necesario realizar una serie de pruebas complejas.

placeholder Bacterias intestinales. (iStock)
Bacterias intestinales. (iStock)

El tratamiento de SIBO pasa, necesariamente, por administrar antibióticos y, en algunos casos, “una dieta restrictiva en FODMAP puede ayudar”. Pero, una vez más, insiste en que este tipo de intervenciones tiene que realizarse bajo indicación y vigilancia de profesionales sanitarios.

Tanto el inmunólogo como la especialista en digestivo coinciden en apuntar que el interés por este tipo de dieta y de trastornos tiene mucho de moda, y en la práctica clínica son más los afectados imaginarios que reales. También insisten en que eliminar por decisión propia grupos de alimentos o intentar automedicarse con una dieta sin consejo profesional puede tener consecuencias.

Entonces, ¿sirve de algo hacer una dieta sin FODMAP? Sí, en personas con inflamación intestinal y con criterio médico. En personas sanas, no.

Maite Herraiz tiene una receta que funciona en la mayoría de las personas: “Seguir una dieta variada, como la mediterránea, y comer de todo en cantidades moderadas”.

Comer y saciarse está bien, pero tener la sensación de haber comido demasiado, aunque en realidad no haya sido más que una ensalada, unas verduras rehogadas o un plato de lentejas, es poco placentero. Hace tiempo que los científicos identificaron las moléculas que contienen muchos alimentos y que son capaces de activar una variedad de síntomas intestinales que van desde hinchazón abdominal y gases hasta diarrea o estreñimiento.

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