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Rafael Rosell, 'pope' de la oncología, analiza los avances que acorralan al cáncer más mortal
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Entrevista

Rafael Rosell, 'pope' de la oncología, analiza los avances que acorralan al cáncer más mortal

Rafael Rosell, uno de los oncólogos más reconocidos, empieza a ver la luz en el futuro de la neoplasia más mortal, gracias a la alianza entre la información molecular y la terapia dirigida contra mutaciones. ¿Se puede hablar de curar? No tan rápido

Foto: El cáncer de pulmón es el que acumula mayor número de fallecimientos. (iStock)
El cáncer de pulmón es el que acumula mayor número de fallecimientos. (iStock)

El cáncer de pulmón es, por incidencia y mortalidad, el ganador absoluto de los peores tumores. Al año se diagnostican en el mundo 2,2 millones de nuevos casos, y mueren 1,8 millones de afectados por esta enfermedad. En España, a 32.700 personas se les detectará un tumor en el pulmón -de las que apenas un 5% sobrevivirá pasados 5 años-, y otras 22.700 fallecerán por esta causa, como recoge el informe Las cifras del cáncer en España 2024, de la SEOM.

Clínicos e investigadores se emplean a fondo para encontrar puntos críticos por los que debilitar la enfermedad desde diferentes ángulos -detección temprana, diagnóstico y tratamiento-. Y, por primera vez, los especialistas comienzan a albergar esperanzas no tanto de curación como de largas supervivencias, “de años, en pacientes con enfermedad metastásica. Esto era impensable hace poco tiempo”, destaca Rafael Rosell, director del Instituto Oncológico Doctor Rosell, que acumula 40 años de trabajo en cáncer y que está reconocido como uno de los mayores expertos del mundo en cáncer de pulmón.

"Aún no es posible la idea del uso de un único fármaco para tratar el cáncer, la bala mágica de la que se hablaba hace 40 años. Estamos cerca"

El gran cambio ha llegado con el mejor conocimiento de las características moleculares del tumor (las mutaciones genéticas) y la aparición de terapias dirigidas contra las mismas, a menudo combinadas y con medicamentos orales (una novedad importante), desde el principio de la enfermedad, “para retrasar la aparición de resistencias”. Esta forma de tratar aplaza, de momento, “la idea del uso de un único fármaco para tratar el cáncer, la bala mágica de la que se hablaba hace 40 años. Estamos cerca, pero aún no es posible”.

Un tumor 'díscolo'

Para entender lo difícil que es doblegar esta enfermedad, lo primero es saber cómo es. “Es un tipo de cáncer muy complicado porque, en lugar de mantener un comportamiento homogéneo a lo largo de su evolución, como los de mama o próstata, se escapa a las normas y va mutando, y cada mutación provoca unos cambios cuyo significado deben conocer los investigadores (y los médicos)”. El experto lo compara con “un reloj muy especial que se va reprogramando a medida que lo vamos tratando”.

placeholder Rafael Rosell explica qué ha cambiado en el tratamiento del cáncer de pulmón.  (Instituto Oncológico Doctor Rosell)
Rafael Rosell explica qué ha cambiado en el tratamiento del cáncer de pulmón. (Instituto Oncológico Doctor Rosell)

Entonces, lo razonable es adelantarse a lo que está por venir, que es la razón de ser de los programas de detección precoz. En el caso del cáncer de pulmón, en los últimos meses se han intensificado los movimientos para poner en marcha en España programas de cribado, basados en realizar un TAC a fumadores sanos y asintomáticos a partir de los 50 años. La imagen radiológica que se complementa con una biopsia líquida -el análisis de material genético que el tumor expulsa a la sangre- puede ser el chivato de un tumor indetectable a la imagen. La información obtenida sirve de referencia para controles posteriores. Sin embargo, lo que parece tan sencillo sobre el papel es altamente complejo llevarlo a la práctica. “El país más adelantado en el diagnóstico precoz es Reino Unido, que cuenta con programas amparados a nivel nacional, que realmente requieren una logística impresionante”, apunta el oncólogo.

Foto: Estudio radiológico mediante TC. (iStock)

Neumólogos y oncólogos admiten que se salvan vidas con este tipo de estrategias de cribado, pero no hay que olvidar el carácter esquivo del cáncer de pulmón. Rosell recuerda que “incluso si se detecta el cáncer cuando es operable, la propensión de la enfermedad es recidivar y, por eso, ya se ha normalizado (y aprobado) el tratamiento antes y después de la cirugía con inmunoterapia y quimioterapia”.

Biopsia líquida: "Nunca antes en la evolución de la biomedicina se había sacado tanto usufructo de una muestra de sangre"

Los controles radiológicos son necesarios para hacer el seguimiento de la enfermedad, pero la biopsia líquida es muy reveladora de la respuesta al tratamiento. Por ello, cada vez concentra mayor interés, hasta el punto de que se ha creado la Sociedad Internacional de Biopsia Líquida y numerosos centros médicos y de investigación cuentan con las técnicas de secuenciación genética necesarias para hacer los estudios. “Nunca antes, en la evolución de la biomedicina, se había sacado tanto usufructo de una muestra de sangre”, enfatiza el oncólogo.

Cáncer en no fumadores

La mayoría de los cánceres de pulmón -cerca del 90%- se dan en fumadores y exfumadores, pero personas que jamás han fumado también pueden desarrollar la enfermedad. Suelen aparecer a edades más tempranas y con frecuencia son portadores de mutaciones EGFR (receptor del factor de crecimiento epidérmico), que tienen un impacto desigual entre las poblaciones de diferentes partes del mundo (el 50% en Japón frente al 15% de Europa). “Son mutaciones que no están relacionadas con el tabaco”, destaca el oncólogo, una información que es relevante y que se puede obtener a través de la biopsia líquida. “Hoy en día, lo que se pretende es que los pacientes tengan un diagnóstico molecular de su tumor”, ya que es la llave de acceso a los tratamientos -“aunque sean muy costosos”-, incluso si el tumor está diseminado.

Foto: Foto: iStock.

Curar no, vivir más sí

A pesar de los notables progresos, la OMS alerta de un aumento del 70% de los casos de cáncer hasta 2050, y el de pulmón seguirá en los puestos de cabeza. Además de los nuevos casos, hay que contar con que cada vez habrá más afectados que, sin haber superado su enfermedad, sobrevivirán durante mucho tiempo, un logro debido a que se van logrando respuestas terapéuticas más largas, pero no se consigue curar porque “a los pocos días de dar nuevos y potentes fármacos, dirigidos a una determinada mutación, el tumor empieza a buscar otros mecanismos de supervivencia (que ya se están estudiando)”.

"Hay pacientes que responden de forma maravillosa, incluso a tratamientos que no son superinteligentes, y sobreviven mucho tiempo"

La facilidad del cáncer de pulmón para adaptarse a los daños que le causa el tratamiento resulta desalentadora para alguien ajeno a la oncología. Pero “hay excepciones, pacientes que responden de forma maravillosa, incluso a tratamientos que no son superinteligentes, y sobreviven mucho tiempo, incluso se curan. Esto anima a cualquier oncólogo”.

Rosell asegura que, actualmente, tratar el cáncer de pulmón “no es tan desesperante como hace unos años”, pero queda mucho por avanzar. Por ejemplo, admite que para que la biopsia líquida se generalice aún hay que superar restricciones administrativas, ajustar precios e incorporar nuevas mutaciones a los paneles genéticos. Por todo, insiste en su "moderado" optimismo en el futuro. “Los cambios están siendo prodigiosos. No vislumbramos la curación a corto plazo, pero los avances son muy importantes. No podemos hacer ni blanco ni negro, pero se avanza de forma muy correcta”.

El cáncer de pulmón es, por incidencia y mortalidad, el ganador absoluto de los peores tumores. Al año se diagnostican en el mundo 2,2 millones de nuevos casos, y mueren 1,8 millones de afectados por esta enfermedad. En España, a 32.700 personas se les detectará un tumor en el pulmón -de las que apenas un 5% sobrevivirá pasados 5 años-, y otras 22.700 fallecerán por esta causa, como recoge el informe Las cifras del cáncer en España 2024, de la SEOM.

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