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Los sanjacobos como nunca los has probado antes
  1. Gastronomía y cocina
SABORES DE SIEMPRE

Los sanjacobos como nunca los has probado antes

La receta original incluye jamón cocido y queso. Sin embargo, este pariente del 'cordon bleu' francés y del cachopo asturiano admite un sinfín de ingredientes más. Ponte con ello

Foto: Foto: iStock.
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En su versión original, se presenta como una loncha de jamón cocido cubierta de queso fundente y rebozada con harina, huevo y pan rallado. Hablamos del sanjacobo, uno de los bocados más sencillos y tradicionales de cuantos habitan en nuestro pródigo recetario. Se sabe que este rebozado, al que muchos llaman el 'hermano sin enrollar' del flamenquín de Córdoba, lo tomamos prestado de la cocina suiza. No obstante, su suntuoso nombre continúa siendo un misterio sin resolver. Algunas fuentes sostienen que rinde honor al santo del que toma prestado el nombre, que fue el que más cabezas de judíos cortó. Otras mantienen que era el plato con el que las hospederías y ventas agasajaban a los peregrinos que realizaban el camino de Santiago.

Sea como fuere, el sanjacobo es, además de sencillo de hacer, rico y sabroso, ideal para los pequeños de la casa, así como una excelente opción de segundo plato de un almuerzo o una cena. Asimismo, este pariente del 'cordon bleu' francés o del cachopo asturiano es sumamente versátil, por cuanto recibe con los brazos abiertos un sinfín de rellenos alternativos a los que dicta la receta clásica, permitiendo reinterpretarla.

De berenjena

Ingredientes:

  • 2 berenjenas
  • Leche
  • 4 lonchas de queso
  • 4 lonchas de jamón cocido
  • Aceite de oliva y sal

Para el rebozado:

  • 1 huevo
  • Harina
  • Pan rallado

Antes de comenzar la receta, cortamos las berenjenas en lonchas y las dejamos reposar en un bol con leche durante una hora, para restarle amargor. Pasado este tiempo, colocamos sobre la mitad de las lonchas una de jamón y otra de queso y tapamos con las partes de las berenjenas restantes. Luego, las pasamos por harina, las mojamos en huevo, las rebozamos con pan rallado y, finalmente, las freímos en una sartén con abundante aceite de oliva.

De acelgas y pavo

Ingredientes:

  • 2 lonchas de pechuga de pavo cocidas
  • 4 hojas de acelga
  • 1 cebolla
  • 100 g de queso de cabra
  • 1 diente de ajo
  • 1 tomate
  • 1 cucharada de harina
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • Agua
  • Aceite de oliva, sal y perejil picado

Para el rebozado:

  • Harina
  • Huevo batido

Cocemos los tallos de las acelgas en una cazuela con agua y sal durante ocho o diez minutos; extraemos y reservamos. En la misma cazuela, cocemos las hojas de la verdura durante cuatro o cinco minutos, y reservamos. En el siguiente paso, elaboramos la salsa. Para ello, pochamos la cebolla cortada en juliana en una sartén con aceite de oliva. Una vez haya adquirido un tono dorado, incorporamos el ajo y el tomate picados, el vino blanco y rehogamos a fuego lento hasta lograr una correcta reducción del líquido. Después, montamos los sanjacobos. Cortamos las pencas en trozos, colocamos sobre ellas una porción de pechuga de pavo y otra de queso, tapamos con otra penca y los envolvemos con una hoja de acelga. Después, los pasamos por harina y huevo batido y los freímos en una sartén con aceite de oliva. Para concluir, extendemos los filetes en el centro de una bandeja y los regamos con la salsa.

De ternera con calabacín

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Foto: iStock.


Ingredientes:

  • 8 filetes de ternera
  • 8 lonchas de queso
  • 4 lonchas de jamón
  • 1 calabacín grande
  • Aceite de oliva, sal y pimienta negra

Para el rebozado:

  • Harina
  • 1 huevo batido
  • Pan rallado

Pelamos y cortamos el calabacín en rodajas, las salamos, las pintamos con un poco de aceite de oliva y las asamos en el horno durante ocho o diez minutos. Después, hacemos un hueco en medio de cada rodaja y, sobre este, extendemos media loncha de queso cortada en dados; gratinamos durante cinco o seis minutos y reservamos. A continuación, salpimentamos los filetes, colocamos sobre ellos una loncha de queso y otra de jamón y los rebozamos en harina, huevo y pan rallado. Después, los freímos en una sartén con aceite de oliva bien caliente. Finalmente, los extendemos sobre el centro de una bandeja y, a su vera, el calabacín asado.

De lomo y jamón serrano

Ingredientes:

  • 4 filetes de lomo
  • 8 lonchas de jamón serrano
  • 4 lonchas de queso manchego
  • 1 huevo
  • Harina
  • Pan rallado
  • Aceite de oliva y sal

Salamos los filetes de lomo y, sobre ellos, extendemos un par de lonchas de jamón y queso; los partimos por el medio y colocamos encima la mitad resultante. Finalmente, los enharinamos, los pasamos por huevo batido y pan rallado, y los freímos en una sartén con aceite de oliva muy caliente.

De pollo, acompañado de salsa tártara

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Foto: iStock.


Ingredientes:

  • 8 filetes de pollo
  • 4 lonchas de queso
  • 4 lonchas de jamón cocido
  • Harina
  • 2 huevos
  • Pan rallado
  • 1 cucharada de alcaparras
  • 5 pepinillos
  • 200 ml de mahonesa
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Perejil

Colocamos sobre cuatro filetes salpimentados una loncha de jamón y otra de queso y los cubrimos con los cuatro filetes restantes. A continuación, los rebozamos en harina, luego los introducimos en el huevo batido con una pizca de perejil y después en el pan rallado; y los freímos en una sartén con abundante aceite. Continuamos elaborando la salsa tártara. Para ello, juntamos los pepinillos, la mayonesa, las alcaparras y el perejil picados en un bol y mezclamos hasta conseguir una crema fina. Para concluir, extendemos los filetes sobre una bandeja y los regamos con la salsa resultante.

En su versión original, se presenta como una loncha de jamón cocido cubierta de queso fundente y rebozada con harina, huevo y pan rallado. Hablamos del sanjacobo, uno de los bocados más sencillos y tradicionales de cuantos habitan en nuestro pródigo recetario. Se sabe que este rebozado, al que muchos llaman el 'hermano sin enrollar' del flamenquín de Córdoba, lo tomamos prestado de la cocina suiza. No obstante, su suntuoso nombre continúa siendo un misterio sin resolver. Algunas fuentes sostienen que rinde honor al santo del que toma prestado el nombre, que fue el que más cabezas de judíos cortó. Otras mantienen que era el plato con el que las hospederías y ventas agasajaban a los peregrinos que realizaban el camino de Santiago.

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