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El impuesto a las bebidas azucaradas mejora la salud de los españoles
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EFECTOS COLATERALES

El impuesto a las bebidas azucaradas mejora la salud de los españoles

El encarecimiento de las bebidas edulcoradas ha frenado su compra y con ello se ha reducido el consumo de azúcar. Sus efectos para la salud están por ver, pero los expertos señalan que solo pueden ser buenos

Foto: El impuesto sobre las bebidas azucaradas redujo la compra de este producto sobre todo en las familias de rentas más bajas. (iStock)
El impuesto sobre las bebidas azucaradas redujo la compra de este producto sobre todo en las familias de rentas más bajas. (iStock)

Pocas veces se puede decir de un impuesto que sea una medida con efectos positivos para las personas. Sin embargo, en el caso del que se aplica a las bebidas azucaradas y edulcoradas, sí se puede afirmar que la subida del IVA del 10% al 21% realizada en 2021 ha modificado los hábitos de compra de una parte de la población y, como efecto secundario, podría contribuir a la mejora de su salud.

Así se desprende de un estudio publicado por el Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol) que evalúa los efectos de la subida del IVA en las bebidas azucaradas. Y, según sus conclusiones, desde su entrada en vigor se ha registrado un descenso de casi 11 litros, un 13%, en los hogares con menor nivel económico. El dato se cuadruplica hasta alcanzar los 25 litros en los hogares de renta baja con hijos menores. Entre las familias de clase media y alta no se han encontrados datos significativos de descenso.

Los hogares de renta más baja consumen hasta 25 litros menos de bebidas azucaradas

Aunque no existen estudios que analicen el estado de salud de este colectivo, lo cierto es que la reducción del consumo de este tipo de bebidas es una medida que, según los expertos en nutrición, mejora el estado general de la salud de las personas de cualquier edad y, especialmente, de los niños y adolescentes, ya que, en su caso, no solo influye en su salud actual, también condiciona la aparición de patologías en su etapa adulta.

¿Cómo afecta el exceso de azúcar en los niños?

Dificultar el acceso a las bebidas azucaradas ha supuesto un "muro de contención" para su compra, además de una valiosa fuente de salud, presente y futura. Y es que, en primer lugar, este freno ha significado un ahorro en la economía doméstica, pero que también podría tener consecuencias positivas en la salud de las familias. Ahora bien, ¿a qué estamos renunciando y por qué los nutricionistas aplauden este comportamiento?

En primer lugar, para que nos hagamos una idea de la cantidad de azúcar que consumimos cada vez que abrimos una lata, Estefanía Ramo, nutricionista y dietista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, aporta algunos datos al respecto: "Según la OMS, la recomendación de consumo de azúcar no debería superar los 25 g al día. Bien, pues una sola lata de refresco de cola supera ampliamente esta cifra, ya que contiene 139 kcal, de las que el 100% es azúcar, unos 35 g".

placeholder El consumo excesivo de azúcar en los niños puede afectar a su salud de adultos. (iStock)
El consumo excesivo de azúcar en los niños puede afectar a su salud de adultos. (iStock)

Teniendo en cuenta que, según el estudio Enkid (estudio epidemiológico diseñado para evaluar los hábitos alimentarios y el estado nutricional de la población infantil y juvenil española), al menos un 92,6% de los jóvenes consume habitualmente este tipo de bebidas, el pronóstico sobre la salud de este colectivo en el futuro se antojaba complicado. "El consumo excesivo de azúcar aumenta considerablemente el riesgo de sufrir cardiopatías y diabetes mellitus, y por tanto, de poder desarrollar el síndrome metabólico", advierte Sonia Peinado, dietista nutricionista en IMEO, quien considera que "la subida del precio de las bebidas azucaradas resultó ser una buena medida para el sector de la salud, ya que el resultado ha sido que una buena parte de la población no tuviera tan fácil el acceso a este tipo de bebidas, las cuales contienen entre 6 y 8 cucharadas de azúcar por cada lata". "Además -matiza-, cualquier alimento con un alto contenido en azúcar, si está en estado líquido, va a tener menos poder saciante. En consecuencia, si damos a los niños este tipo de bebidas, van a comer más en las comidas principales, ya que sienten más hambre".

Foto: Foto: iStock.

Además de poder mantener a raya problemas relacionados con el sobrepeso y la obesidad, también "se reduce la posibilidad de padecer caries, disminuyen los trastornos del sueño, aumenta la capacidad de concentración de los pequeños y su comportamiento mejora, tanto en casa como en el colegio", enumera Peinado.

Por su parte, Estefanía Ramo añade que "hay estudios que han demostrado que el consumo excesivo de azúcar repercute en un desorden del comportamiento o en un debilitamiento de la memoria".

La clave es elegir con criterio

Hasta aquí hemos visto cuánta azúcar solemos consumir y sus efectos para la salud. La cuestión ahora es cómo rediseñar nuestra dieta con el fin de incluir la cantidad y el tipo de azúcar más saludable. Para ello, contar con información completa y rigurosa es fundamental. En primer lugar, Andrea Marqués, nutricionista dietista de IMEO, nos recuerda que "nuestro organismo, en especial el cerebro, necesita una cantidad diaria de glucosa para su correcto funcionamiento que se estima entre los 125 g y 130 g para una persona sana".

Nuestro organismo necesita entre 125 y 130 gramos de azúcar para su correcto funcionamiento

Partiendo de esta necesidad, "lo ideal sería -continúa Marqués- que la mayoría de ese azúcar procediera de carbohidratos complejos, ya que es recomendable que entre el 40% y el 50% de los hidratos de carbono que ingerimos a diario sean de este tipo. Si lo hacemos así, nuestro cerebro sería capaz de desacostumbrarse a los carbohidratos simples, lo cual sería perfecto para que funcionara mucho mejor".

placeholder Los nutricionistas recomiendan que la mayor parte de los carbohidratos de nuestra dieta sean complejos. (iStock)
Los nutricionistas recomiendan que la mayor parte de los carbohidratos de nuestra dieta sean complejos. (iStock)

Ahora bien, una cosa es el ideal descrito por Marqués, entendido como un objetivo, y otra muy distinta, la realidad. Y esta nos dice que la mayor parte de la población consume más azúcares simples que complejos. Partiendo de que difícilmente vamos a dejar de consumir aquellos, al menos sería recomendable movernos en los márgenes que señala la experta. Según Marqués, el porcentaje de azúcares simples no debería superar el 10% del consumo diario. "De hecho, lo deseable -recalca- es que no sobrepasara el 5%. En el caso de los niños, ese 5% representaría unos 15-20 g al día, lo que equivale a unas cinco cucharaditas. Y si hablamos de adultos, la cantidad necesaria es de unos 25 g al día y, como máximo, unos 60 g".

Si te descuidas, a las 11:00 h ya te has pasado...

Acercándonos un poco más a lo práctico, tomemos como ejemplo dos de los desayunos más comunes en cualquier hogar: un café con leche con un cruasán, para un adulto, y un batido de cacao con galletas, para un niño. Bien, pues según la dietista nutricionista de IMEO, Carmen Escalada, ambas opciones tienen un contenido en azúcar muy superior al saludable. En concreto, "el primero aporta 17 g, y el segundo, 29 g. Esto significa, que ya con esta primera ingesta estaríamos cubriendo casi la totalidad de azúcar que necesitamos para todo el día. Si, además, el que toma este desayuno es un niño, debemos tener todavía más cuidado", advierte Escalada, quien nos propone dos atractivas y saludables alternativas:

  • Café con leche sin azúcar y tostada de pan integral con queso fresco y trocitos de fruta.
  • Vaso de leche o bebida vegetal sin azúcares añadidos y una crepe de avena con chocolate (85% de cacao) y trocitos de avellanas más un bol de yogur natural con compota de manzana y canela.
Foto: La alternativa definitiva al azúcar: es saludable, económica y endulza el café (Fuente: iStock)

Como norma general, el azúcar saludable es el que "forma parte intrínseca del alimento. Es decir, lo encontraremos en las frutas enteras, verduras y hortalizas. Pero también en los lácteos y cereales", apunta Escalada.

Pocas veces se puede decir de un impuesto que sea una medida con efectos positivos para las personas. Sin embargo, en el caso del que se aplica a las bebidas azucaradas y edulcoradas, sí se puede afirmar que la subida del IVA del 10% al 21% realizada en 2021 ha modificado los hábitos de compra de una parte de la población y, como efecto secundario, podría contribuir a la mejora de su salud.

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