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Síndrome del comedor selectivo, un trastorno peligroso que pasa desapercibido
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TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA

Síndrome del comedor selectivo, un trastorno peligroso que pasa desapercibido

La restricción de alimentos en función de su color, textura, aroma o sabor puede llevar a importantes consecuencias para la salud física y mental, si no se trata a tiempo

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Las patologías mentales relacionadas con la alimentación y conocidas en el ámbito científico como trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades especialmente preocupantes debido, entre otras razones, a que derivan en importantes consecuencias para la salud física y psicológica de las personas que las padecen y de su entorno más cercano.

El comedor selectivo es una persona que muestra una aversión hacia ciertos alimentos

Algunos de estos TCA como la anorexia o la bulimia pueden resultar familiares para gran parte de la sociedad; sin embargo, hay otros que por sus peculiaridades pasan más desapercibidos, como el síndrome del comedor selectivo.

Restricción irracional de alimentos

Por definición, el comedor selectivo "es una persona que muestra una aversión selectiva hacia ciertos alimentos o grupos de alimentos, limitando así la cantidad que ingiere, y rechazando la incorporación de elementos alimentarios nuevos", resume Ana María Llamas González, psicóloga sanitaria en Ita Jerez.

placeholder La tasa de prevalencia del síndrome del comedor selectivo en los niños está entre el 1,5% y el 23%. (iStock)
La tasa de prevalencia del síndrome del comedor selectivo en los niños está entre el 1,5% y el 23%. (iStock)

Poco a poco, el día a día de estas personas se va viendo afectado, disminuyendo su calidad de vida a todos los niveles. Y es que, tal y como explica la experta, "la resistencia a probar nuevos alimentos incide tanto a nivel sensorial, por el rechazo a ciertas texturas o sabores, como a nivel psicológico, provocando ansiedad antes de las comidas".

Más habitual en la infancia

Aunque no es un trastorno exclusivo de la infancia, lo cierto es que es la etapa de la vida en la que más casos se detectan. "La primera infancia suele ser un colectivo propenso a padecer esta enfermedad, y con más frecuencia en niños que en niñas. Su tasa de prevalencia se sitúa entre el 1,5% y el 23%", apunta. Y añade: "Los comedores selectivos siguen siéndolo en la etapa adulta, aunque lo suelen camuflar bastante bien".

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El comportamiento que describen los infantes con síndrome de comedor selectivo no es difícil de detectar. Y es que una cosa es que un niño prefiera cenar espaguetis a acelgas, y otra muy distinta que muestre un rechazo irracional a ciertos alimentos. Su conducta "se caracteriza por elegir ciertos alimentos, específicos y guiados por su color, forma o textura", sintetiza la experta. El problema más grave puede llegar cuando "la restricción es tan exagerada que afecta a la mayoría de los alimentos".

Las razones que hay detrás

Aunque puede existir una predisposición genética, tal y como señala la psicóloga, lo cierto es que "una de las principales causas podría tener su origen en la presencia de problemas emocionales, de apego y de ansiedad. Afectando al temperamento, dando muestras de impulsividad o hiperactividad en edades tempranas", aclara Llamas.

Uno de los síntomas es la ansiedad que provoca tener que probar nuevos alimentos

Esos problemas a los que hace referencia se convierten en el caldo de cultivo del síndrome y acaban por concretarse en ciertos comportamientos como "el rechazo selectivo e irracional de alimentos por su textura, color u otras características, la restricción significativa y limitada a un grupo entero de alimentos, o la dificultad para probar alimentos nuevos", describe Ana María Llamas, quien completa la lista con los siguientes síntomas:

  • Ansiedad provocada por tener que probar nuevos alimentos.
  • Ser incapaz de adaptarse a los cambios.
  • Exceso o déficit de alimentos durante ciertas comidas.

Esta relación anómala con la comida podría ser el aviso de que se está fraguando el síndrome del comedor selectivo. "Cuando existen sospechas, se debe escuchar y apoyar a tu familiar, y hablar de este trastorno, puesto que es muy común que no sean conscientes o no quieran aceptar el problema", aconseja Llamas. Por otro lado, "es importante ponerse en contacto con profesionales que sepan intervenir ante un TCA para conseguir tratar la enfermedad", recalca.

Carencias nutricionales peligrosas

La restricción de alimentos cuando es realmente amplia y se extiende en el tiempo podría derivar en problemas de salud tan importantes como "la desnutrición, debido a no ingerir suficientes vitaminas, minerales y proteínas", alerta la experta. De hecho, provocará la "necesidad de tomar suplementos nutricionales".

placeholder Una dieta con falta de nutrientes puede provocar mareos y desmayos. (iStock)
Una dieta con falta de nutrientes puede provocar mareos y desmayos. (iStock)

Asimismo, otras consecuencias asociadas a este TCA serían "la aparición de mareos y desmayos, debido a la baja presión arterial, pulso lento o incluso llegar a la deshidratación", agrega.

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Además, en el caso de los niños, habría que tener en cuenta que se exponen a unos riesgos añadidos, como pueden ser "problemas en el crecimiento y que se retrase la pubertad", apostilla.

Origen multifactorial, tratamiento multidisciplinar

Tanto las causas como los efectos del síndrome del comedor selectivo son de muy diversa índole, manifestándose tanto en el ámbito de la salud física como en la salud mental. Esto significa, entre otras cosas, que su tratamiento, el más eficaz, "será aquel que contemple la participación de un equipo integrado por profesionales especializados en el trastorno de la conducta alimentaria, pero también que incluya asesoramiento nutricional, cuidados médicos y terapia psicológica", sostiene Llamas, quien advierte de que "si el problema no se trata a tiempo y del modo más adecuado, podría perpetuarse en el tiempo hasta la edad adulta".

Las patologías mentales relacionadas con la alimentación y conocidas en el ámbito científico como trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades especialmente preocupantes debido, entre otras razones, a que derivan en importantes consecuencias para la salud física y psicológica de las personas que las padecen y de su entorno más cercano.

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