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La auténtica revolución contra el cáncer es la filantropía: bate récord de ingresos en España
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¿CÓMO LO HAN LOGRADO?

La auténtica revolución contra el cáncer es la filantropía: bate récord de ingresos en España

En los dos últimos años y pese a contar con circunstancias económicas desfavorables, las instituciones de caridad contra el cáncer están recaudando cantidades nunca vistas

Foto: Una mujer echa una moneda en una hucha para ayudar a niños con cáncer en Valparaíso (Reuters/Rodrigo Garrido)
Una mujer echa una moneda en una hucha para ayudar a niños con cáncer en Valparaíso (Reuters/Rodrigo Garrido)

La calle Princesa, frente a la salida de metro de Argüelles, siempre ha sido un lugar idóneo para que, cada 4 de febrero, Día Mundial del Cáncer, las voluntarias se enfundaran en sus chalecos y, con la hucha en la mano, salieran al encuentro de los viandantes. Tradicionalmente, esta había sido una misión bastante frustrante para ellas. Aunque muchos peatones se detenían a escucharlas, algo acababa por hacer saltar la conversación por los aires.

Ishtar Espejo, directora de la Fundación Aladina, se dio cuenta de que algo no funcionaba: "Nadie se sabe de memoria su número de cuenta", explica. Sin embargo, había una solución obvia. "Bizum, algo que todos lo usamos en nuestro día a día, a nosotros nos ha facilitado la vida con las donaciones".

Entre 2021 y 2022, Aladina logró pasar de cinco a ocho millones en ingresos. Bizum no es la única razón, aunque va más allá de lo anecdótico. Aunque sin duda parte de este éxito económico se debe al trabajo que están haciendo desde la fundación, sigue habiendo algo incompleto en este análisis. Porque el aumento, en realidad, se está registrando en todas las grandes organizaciones contra el cáncer.

Desde 2020, las grandes instituciones contra el cáncer están ingresando un 50% más

Especialmente después de la pandemia, los ingresos de estas instituciones han crecido de forma llamativa. En 2022 —último año con cuentas disponibles— la Asociación Española Contra el Cáncer ingresó un 48% más que en 2020, Fundación CRIS contra el cáncer un 54%, Fundación Aladina un 56% y la Fundación MD Anderson un 43%, por nombrar a las principales.

Récord de ingresos contra el cáncer

Esto, afortunadamente, ha supuesto muchos millones de euros más que irán destinados, hasta el último céntimo, a grupos de investigación en oncología o al acompañamiento psicológico de los pacientes y sus familias, pero inevitablemente conduce a la pregunta. ¿Cómo han logrado batir un récord de ingresos en unas circunstancias que no eran las más favorables para estas instituciones? A la pospandemia se sumaron la guerra y la inflación, en estos tres últimos años España ha visto su mayor cierre de empresas en las últimas tres décadas, pero, sorprendentemente, el sector de la solidaridad contra el cáncer ha ido en sentido opuesto y ascendente.

Las entidades que se dedican a recaudar dinero contra esta lacra tienen una ventaja y un inconveniente: la causa suele conseguir muchas adhesiones, pero al mismo tiempo, se ven obligadas a practicar un escrupuloso ejercicio de transparencia y a colgar en sus páginas sus cuentas anuales, todas ellas auditadas por alguna consultora de las Big Four.

"Llevo aquí 17 años y al principio ensobraba, cargaba furgonetas... de todo", explica Espejo. "La directora financiera lleva tantos años como yo y, como siempre digo, solo nos deja comprar bolis BIC; es un poco el espíritu, las organizaciones tenemos que ser austeras, pero eficientes y profesionales". Al tratar de buscar alguna causa al aumento de la recaudación, la directora alude a "la construcción de la marca y tener un proyecto que verdaderamente genera un impacto real". Pero, de nuevo, algo más debe estar pasando.

placeholder El director Paco Arango, durante el rodaje de su nueva película 'Mi otro Jon', cuyos beneficios van destinados a Aladina. (EFE/Mariscal)
El director Paco Arango, durante el rodaje de su nueva película 'Mi otro Jon', cuyos beneficios van destinados a Aladina. (EFE/Mariscal)

La Asociación Española contra el Cáncer es la más veterana de todas estas organizaciones, lleva funcionando desde 1953, por lo que su marca lleva ya décadas construida y además goza de un encomiable prestigio. Sin embargo, hace cuatro años ingresaba 79 millones de euros y en el último ejercicio —aún no publicado— la recaudación se ha elevado hasta los 130 millones.

Es también la que más se beneficia de la aportación de sus socios: un 66% del dinero les llega por ahí. Aunque las donaciones por Bizum son bienvenidas, esto, en el fondo, es lo que toda organización busca al pedir el número de cuenta de los viandantes el 4 de febrero: la estabilidad de una aportación domiciliada.

"Creo que la pandemia ha tenido el efecto de hacernos más conscientes de la fragilidad de nuestra salud", explica Esther Díez, responsable de comunicación de la AECC. "También tenemos suerte de que la sociedad española es muy generosa y comprometida".

Siendo cierta esta valoración, hay que decir que en la escala mundial de la generosidad nuestro país ocupa una posición de mitad de la tabla. Según los datos del World Giving Index, un informe anual —elaborado por la Charities Aid Foundation basándose en datos de Gallup— que clasifica a 140 países del mundo en función de su nivel de caridad, España ocupa el puesto 86.

El paradigma para todas estas organizaciones son Estados Unidos, Canadá o Reino Unido, países donde existe una alta inversión individual en filantropía y donde las instituciones son también mucho más complejas y sofisticadas. Sin duda, las ONG o fundaciones contra el cáncer nacionales están aprendiendo algún que otro truco.

El ejemplo más representativo de esta tendencia es la fundación CRIS contra el cáncer. Su presidenta, Lola Manterola, se inspiró en el modelo anglosajón: eventos benéficos, como grandes cenas con asistencia de celebridades, que sirvieran para recaudar dinero que fue directamente a investigación. Sumar este tipo de apuesta a las más tradicionales (socios, empresas, filantropía privada o eventos) les ha llevado a disparar su recaudación de los 7,5 millones de 2022 —un año, recordemos, bastante poco proclive para los eventos presenciales— a los 11,7 millones de 2022.

placeholder Lola Manterola y el equipo directivo de CRIS (Cedida)
Lola Manterola y el equipo directivo de CRIS (Cedida)

"Creemos que es importante que cada uno de nosotros contribuya en función de sus capacidades, ese es el modelo anglosajón en el que nos inspiramos", explica Manterola. La fundadora de esta organización fue diagnosticada a los 37 años con un mieloma múltiple, del que solo se salvó gracias a que su marido la alistó en un ensayo clínico con una terapia experimental. No es coincidencia que la investigación contra este tipo raro de tumor sea una de las más privilegiadas por la fundación, que nombró con el acrónimo de Cancer Research Innovation Science, ciencia innovadora en la investigación contra el cáncer.

Manterola busca también hacer caer un mantra que todavía se escucha a menudo: "No podemos quedarnos con la idea de que sean los demás, el Estado o las administraciones, los únicos que deben implicarse" en la búsqueda de soluciones. "La fundación se creó hace 13 años con el objetivo de curar el cáncer y, desde entonces, la adaptación a todas esas herramientas innovadoras, el aumento de la implicación de la sociedad civil y la colaboración global de los investigadores, han conseguido que avancemos hacia ese objetivo de manera exponencial, aunque todavía queda camino por recorrer", subraya.

El camino del CNIO

Lo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas no se puede considerar filantropía, pese a estar organizado en torno a una fundación y contar con una pequeña asociación filantrópica, Amigos del CNIO. Sin embargo, la labor del centro de investigación sirve como complemento perfecto a la labor que realizan otras organizaciones del tercer sector dedicadas al cáncer. Además, la organización que dirige desde hace años María Blasco también puede presumir de haber aumentado sus ingresos, aunque en este caso las razones son bien distintas.

Roke Oruezabal, director de innovación del CNIO, coincide en que "no suele ser fácil establecer relaciones directas causa-consecuencia" en este aspecto, pero enumera tres factores que están haciendo que los centros científicos de excelencia estén logrando más ingresos que nunca: "en primer lugar, un aumento de la financiación competitiva mediante los fondos Next Generation, también un aumento de la filantropía y el mecenazgo, finalmente, un incremento y mejora de la financiación público-privada", por ejemplo, las investigaciones básicas que se realizan en el centro y acaban resultando en lucrativas licencias para farmacéuticas como Janssen, Boehringer Ingelheim o Bristol Myers Squibb.

placeholder Muestra preparada, clasificada y conservada en el Biobanco del CNIO. (Laura M. Lombardía/CNIO)
Muestra preparada, clasificada y conservada en el Biobanco del CNIO. (Laura M. Lombardía/CNIO)

"Hay que pensar que es un sistema acumulativo", dice Oruezabal, "por ejemplo, nos ha ocurrido el año pasado que, de una licencia que hicimos hace prácticamente diez años, se han generado un par de sublicencias a otras farmacéuticas, una de las cuales prácticamente está en ensayos clínicos: vamos recogiendo lo que hemos sembrado". Gracias a este tipo de acuerdos, los ingresos del centro crecieron de los 39 a los 40,6 millones entre 2021 y 2022.

Donan los vivos, donan los muertos

De acuerdo con el director de innovación del CNIO, "se está viendo cada vez más una dinámica que favorece estos pequeños impactos filantrópicos: por ejemplo del CNIO está recibiendo también herencias de personas que deciden, desde un punto de vista totalmente altruista, que al no tener herederos prefieren donar su herencia al centro para que se aproveche en temas de cáncer, que probablemente haya afectado a la familia de la persona que hace la donación".

Esta circunstancia no afecta solamente a nuestro prestigioso centro nacional de investigación en oncología. En el mismo sentido habla Manterola, quien explica que los 80.000 ciudadanos que apoyan a CRIS, además de mediante "actos de filantropía privada", lo hacen también "a través de herencias y legados".

Lo mismo sucede en la AECC. "Hay mucha gente que nos deja el testamento, es algo que está pasando en casi todas las organizaciones, que se está registrando un incremento interesante en este sentido", explican. "En nuestro caso, hay muchos socios que, en un momento dado, ya no pueden hacer frente a la cuota mensual —son cinco euros al mes— pero deciden incluirnos en su testamento y dejarnos una parte de su herencia".

La calle Princesa, frente a la salida de metro de Argüelles, siempre ha sido un lugar idóneo para que, cada 4 de febrero, Día Mundial del Cáncer, las voluntarias se enfundaran en sus chalecos y, con la hucha en la mano, salieran al encuentro de los viandantes. Tradicionalmente, esta había sido una misión bastante frustrante para ellas. Aunque muchos peatones se detenían a escucharlas, algo acababa por hacer saltar la conversación por los aires.

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