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La genial idea contra el cáncer 100% española: un doble ataque a los tumores
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A partir de residuo de la aceituna

La genial idea contra el cáncer 100% española: un doble ataque a los tumores

Científicos de la Universidad de Granada han creado nanopartículas de ácido maslínico -un compuesto de la aceituna con poder antitumoral- que llevan un fármaco anticanceroso en su interior. La estrategia funciona en tumor de mama y páncreas

Foto: María José Gálvez, Francisco Galisteo, Juan Antonio Marchal, Pablo Graván, Marta Medina y Saúl Navarro, investigadores de la Universidad de Granada.
María José Gálvez, Francisco Galisteo, Juan Antonio Marchal, Pablo Graván, Marta Medina y Saúl Navarro, investigadores de la Universidad de Granada.

El cáncer es un reto de primera magnitud para la ciencia. Miles de grupos de investigación trabajan de una punta a otra del planeta para desentrañar todos los aspectos más íntimos (moleculares) de la enfermedad, desde cuál es el detonante hasta qué tratamientos son más (o menos) eficaces en cada tumor o en cada persona. Es indiscutible que los estudios están dando buenos resultados -como prueba que cada vez hay más afectados que se curan de un cáncer o sobreviven durante muchos años a la enfermedad-, pero todavía falta mucho por avanzar.

Foto: Silvia García. (Foto cedida)

Uno de esos equipos inmersos en la búsqueda de estrategias innovadoras está en la Universidad de Granada (UGR), y aglutina a físicos, químicos, médicos, biólogos, biotecnólogos, que después de muchos años de trabajo han conseguido desarrollar nanopartículas de ácido maslínico -un compuesto que se encuentra de forma natural en la piel de la aceituna- que transportan en su interior un agente quimioterápico. “La principal ventaja es la de poder tener en una misma nanopartícula una doble acción: por un lado, la propia del ácido maslínico que es eficaz frente a las células madre cancerígenas y, por otro lado, la del fármaco antitumoral que lleva en su interior”, explica a Alimente el médico Juan Antonio Marchal Corrales, coordinador del grupo de investigación sobre terapias avanzadas y cáncer de la UGR y uno de los directores del proyecto.

¿Más eficacia con menos fármaco?

Este doble efecto se traduce en mayor eficacia antitumoral, además de abrir la posibilidad a rebajar la dosis del quimioterápico. Es decir, “tendríamos una concentración de fármaco más baja que la que se emplea al administrarlo libre, de forma que no se incorpore al tejido sano y se eviten efectos secundarios, como son los frecuentes problemas digestivos o la caída del pelo”, añade el médico. Y a esto se suma “la eficacia del transportador [la propia nanopartícula de ácido maslínico], que elimina las células madre cancerígenas”.

placeholder La investigadora Aixa Aguilera trabajando en el laboratorio de nanopartículas de la UGR. (Foto cedida)
La investigadora Aixa Aguilera trabajando en el laboratorio de nanopartículas de la UGR. (Foto cedida)

La idea es original y además funciona. En líneas celulares de cáncer de mama triple negativo y de páncreas, ha demostrado una destacada actividad frente a las células cancerosas y baja toxicidad en las sanas. Después, en ratones a los que se les ha provocado un tumor a partir de tejido de tumores humanos, se les ha administrado la nanopartícula por vía oral y "hemos comprobado que resiste los ácidos del estómago; también lo hemos administrado con éxito por vía intravenosa”, cuenta Marchal. Los resultados acaban de publicarse en la revista Biomedicine & Pharmacotherapy.

El reto de la solubilidad

Sin embargo, hasta llegar a estos resultados ha sido necesaria una ingeniosa labor para crear las nanopartículas de ácido maslínico. El principal artífice es Francisco Galisteo, coordinador del grupo de investigación de Física de Fluidos y Biocoloides de la UGR, que insiste en que “el ácido maslínico es un compuesto natural de las frutas que tiene propiedades antitumorales, antiparasitarias, antimicrobianas, antiinflamatorias y antitumorales”, y no es tóxica para los animales superiores.

placeholder El ácido maslínico protege a la aceituna de infecciones. (iStock)
El ácido maslínico protege a la aceituna de infecciones. (iStock)

El físico subraya que el gran problema de esta molécula es que no se disuelve en agua y “para utilizarla dentro de los seres vivos necesitamos que esté de alguna manera disuelta”. Para conseguir que la molécula de ácido maslínico sea soluble en agua -que es realmente el gran hito del equipo de Granada-, “hemos hecho rocas de ácido maslínico de tamaño nanométrico”, y esas nanomoléculas “se agrupan en forma de una nanopartícula, que envuelta en un polímero puede estar sumergida en agua”, añade la química María José Gálvez. “Encontrar ese polímero es un trabajo muy complicado”.

El salto a humanos

Este equipo de investigadores, que lleva más de una década trabajando en nanopartículas y su aplicación en enfermedades humanas, ha abierto una nueva vía contra el cáncer muy esperanzadora, “no solo para los tumores de mama triple negativos o los de páncreas, también se puede aplicar a otros, como el de colon”, opina el médico. El paso siguiente de esta línea de trabajo es envolver las nanopartículas con membranas de células tumorales para que, de forma natural, se dirijan al cáncer y no a los tejidos sanos.

Foto: Cáncer de colon. (iStock)

La investigación en el laboratorio es muy alentadora. Entonces, ¿cuándo comenzarán los estudios que lleven este tipo de tratamiento a la cabecera del paciente? Los científicos destacan que se enfrentan a un largo y tortuoso camino. "En cuanto a la preclínica -apunta Marchal-, las agencias regulatorias piden gran cantidad de ensayos para que demuestren que no son tóxicas, y para ello debemos hacer ensayos preclínicos de toxicidad, absorción, metabolismo y excreción".

Los ensayos preclínicos permitirán avanzar en el futuro, pero para llevarlos a cabo hace falta que lleguen fondos

Lo de la ausencia de toxicidad en concentraciones altas ya está comprobado, asegura el médico, y la actividad antitumoral cuando se ponen las membranas de las células cancerosas ya está también en marcha. "Los ensayos preclínicos nos permitirán avanzar en el futuro", pero para llevarlos a cabo hacen falta fondos, "que necesitamos para empezar un ensayo clínico en fase 1", admite el científico.

La patente está, la financiación de las primeras fases de la investigación también (con ayudas del Ministerio de Ciencia e Innovación y crowdfunding de asociaciones de pacientes y cátedras de la UGR), pero la amenaza de quedarse sin dinero a medias del trabajo sobrevuela. "Este es el valle de la muerte que hace que muchas investigaciones se queden ahí", lamenta Marchal.

Con esta confesión, queda una incógnita en el aire: ¿la original idea contra el cáncer 100% española llegará al enfermo?

El cáncer es un reto de primera magnitud para la ciencia. Miles de grupos de investigación trabajan de una punta a otra del planeta para desentrañar todos los aspectos más íntimos (moleculares) de la enfermedad, desde cuál es el detonante hasta qué tratamientos son más (o menos) eficaces en cada tumor o en cada persona. Es indiscutible que los estudios están dando buenos resultados -como prueba que cada vez hay más afectados que se curan de un cáncer o sobreviven durante muchos años a la enfermedad-, pero todavía falta mucho por avanzar.

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