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¿Es bueno darse un baño de agua fría? Esto es lo que dice la ciencia al respecto
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¿Es bueno darse un baño de agua fría? Esto es lo que dice la ciencia al respecto

Aunque todavía es pronto para saber con firmeza los beneficios de sumergirse en aguas heladas, algunos investigadores ya apuntan a la salud mental como la más favorecida

Foto: ¿Es bueno darse un baño de agua fría? Esto es lo que dice la ciencia al respecto. (iStock)
¿Es bueno darse un baño de agua fría? Esto es lo que dice la ciencia al respecto. (iStock)

En los últimos años, la tendencia de darse un baño de agua fría ha ido sumando adeptos. Esta moda ha encontrado en las redes sociales el mejor altavoz para que influencers recomienden sumergirse en aguas heladas como una práctica saludable. Y es que no son pocos los que aseguran encontrarse mejor tras sentir las bajas temperaturas del chapuzón.

Respecto al efecto del frío en el cuerpo y la salud mental, el medio National Public Radio ha preguntado a varios investigadores que han comenzado a indagar sobre el asunto. La mayoría advierte de que todavía es pronto para asociar con firmeza los beneficios de darse un baño a bajas temperaturas. Hasta ahora se había estudiado las consecuencias perjudiciales del frío del aire para el organismo, así como el riesgo de hipotermia y parada cardiaca que pueden acabar en ahogamiento.

Foto: Se trata del estudio más grande de su tipo. (iStock)

Pero paralelamente a esto, cada vez más gente decide vivir la experiencia de darse un baño frío para probar sus beneficios, ya sea en el mar o en la ducha. Todavía no hay evidencias sólidas de que sea bueno para la salud, aunque, como señala Heather Massey, fisióloga medioambiental de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) y nadadora en aguas frías para NPR, se están “empezando a reunir pruebas".

Las primeras investigaciones

Uno de los descubrimientos que se han hecho, según el medio estadounidense, es que la exposición aguda y repetida al frío mejora la sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a controlar el azúcar en sangre. "Los músculos se activan al temblar, lo que provoca respuestas muy similares a las que se observan durante el ejercicio", explica François Haman, profesor de la Universidad de Ottawa. Aunque puede multiplicar por cinco el metabolismo en reposo, no hay evidencias de que ayude directamente a la pérdida de peso. Algunos pequeños estudios sí que apuntan a que puede ser útil en el tratamiento de la diabetes de tipo 2.

Quienes se han apuntado a las inmersiones heladas se han animado por su efecto positivo en el sistema inmunológico para enfermar con menos frecuencia. Como explica Haman en NPR, las pruebas son “totalmente confusas”. Los resultados de un estudio en los Países Bajos reflejaron que los participantes que se ducharon con agua fría disminuyeron en un 29% las bajas laborales por enfermedad. Sin embargo, el contacto con el agua fría no incidió en el número real de días que se estuvieron enfermos. Además, las personas que participaron en la investigación tenían una forma física muy buena y no presentaban problemas de salud.

Foto: Esta especia podría ayudar con el malestar estomacal tanto como algunos medicamentos recetados para la indigestión. (Pexels)

Donde se vislumbra indicios prometedores es en el efecto en la inflamación crónica que se vincula a múltiples enfermedades. Mark Harper, autor del libro Chill: La cura de la natación en agua fría, llevó a cabo un estudio con 700 nadadores en el que una cuarta parte de ellos recurrieron al agua fría “para afecciones como la fibromialgia, la artritis o la enfermedad inflamatoria intestinal, todas ellas relacionadas con la inflamación”.

Tampoco el baño de agua fría sería una práctica eficaz para el entrenamiento. Según Jonathan Peake, fisiólogo de la Universidad Tecnológica de Queensland (Australia), halló que los deportistas que querían ganar masa muscular veían cómo conseguían el efecto contrario. Se descubrió que reducía la activación de las células satélite, responsables de la construcción y reparación de los músculos, y la expresión de determinadas proteínas y enzimas.

Una práctica desestresante

La salud mental es otro de los ámbitos a los se les asocia grandes beneficios. De hecho, los investigadores indican en National Public Radio que se trata de una de las líneas de investigación más optimista, a pesar de que hasta solo se basen en testimonios personales. Uno de los pocos trabajos sobre el agua fría como una actividad desestresante dejan resultados muy favorables. En la investigación de John Kelly, fisiólogo de la Universidad de Chichester (Reino Unido), unas 40 personas que probaron las inmersiones en agua fría durante 5, 10 o 20 minutos salían con mejor ánimo. Aunque también apunta a que esto podría ser fruto de que sea una actividad social en la naturaleza donde entrarían más factores aparte del agua fría.

En este sentido, François Haman defiende que la inmersión repetida en agua fría ayuda a reducir el estrés. De hecho, el experto ha utilizado esta práctica para que los miembros de las Fuerzas Armadas de Canadá consigan "adaptar su respuesta al estrés y desarrollar la resiliencia, la atención plena y la toma de decisiones". Así, afirma que una forma para calmarnos es meter la cabeza en agua fría porque esto estimula la rama parasimpática del sistema nervioso que "reduce su ritmo cardiaco, la presión arterial y es antiinflamatorio”.

Recomiendan hacerlo durante unos minutos y en aguas no tan frías

Por todo ello, aunque algunos investigadores no encuentran todavía una relación firme para sumarse a esta nueva moda, otros indican que se puede realizar, pero tomando siempre precauciones y sin llevar nuestro cuerpo al límite. Harper recomienda hacerlo durante “unos minutos, no tan a menudo, probablemente una vez a la semana, y en aguas no tan frías".

En los últimos años, la tendencia de darse un baño de agua fría ha ido sumando adeptos. Esta moda ha encontrado en las redes sociales el mejor altavoz para que influencers recomienden sumergirse en aguas heladas como una práctica saludable. Y es que no son pocos los que aseguran encontrarse mejor tras sentir las bajas temperaturas del chapuzón.

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