El camu camu, la fruta que proporciona vitamina C a mansalva

Así, de buenas a primeras, el camu camu no nos evoca absolutamente nada. De hecho, es probable que la inmensa mayoría de los españoles ni siquiera intuya que estamos ante una fruta a la que ya se tilda de superalimento. ¿El motivo? Pues porque nos proporciona vitamina C a mansalva. De hecho, incluso es capaz de dejar a la altura del betún -al menos en lo que a vitamina C se refiere- a la naranja y al kiwi. Por lo tanto, el camu camu ostenta el increíble honor de ser el fruto con mayor contenido de vitamina C del mundo. Desafortunadamente, los que vivimos en estas latitudes tenemos francamente difícil degustarlo. Esta fruta, oriunda de Sudamérica, únicamente podemos adquirirla en España en forma de cápsulas o en preparados de polvo liofilizado que podemos agregar a zumos o yogures.

Y todo porque el camu camu no es autóctono de nuestra tierra, sino que es el fruto de un arbusto llamado Myrciaria dubia que crece en las regiones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. De hecho, para su crecimiento, necesita que el suelo esté inundado, circunstancia que solamente se da en época de lluvias. Además, suele crecer en lagos, desfiladeros y en los afluentes del río Amazonas.

Quizás muchos piensen que su aporte de vitamina C no es para tanto, pero sí, sí que lo es. En concreto, el camu camu posee un volumen de vitamina C 100 veces superior al que encontramos en el limón, según explica un documento elaborado por el Departamento de Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Nacional del Santa, en Ancash (Perú). Esta se concentra especialmente en su cáscara cuando ya está maduro y sobremaduro. Por eso cobra gran importancia que el camu camu que consumamos en polvo o en cápsulas incluya la piel en su composición.

Asimismo, esta fruta es todo un filón de minerales como el sodio, el potasio, el calcio, el zinc, el magnesio y el cobre. Otro argumento que nos puede convencer para su consumo son las antocianinas que encontramos en esta baya, responsables de su característico color rojo. Conviene recordar que las antocianinas son un pigmento natural con reputación de obrar pequeños milagros en la salud. Así, por ejemplo, un estudio realizado en 2012 confirmó las propiedades del camu camu para prevenir la diabetes tipo 2, debido a las antocianinas y los perfiles fenólicos ricos que posee, como la quercetina o la miricetina.

El camu camu posee un contenido de vitamina C que es 100 veces superior al que encontramos en el limón

Al respecto, surge una investigación del Instituto Nacional de Estudios Amazónicos (INPA) de Brasil que asegura que esta fruta combate las grasas y el azúcar en adultos sanos. A día de hoy, los estudios realizados parecen evidenciar que esta fruta es todo versatilidad y que vale para un sinfín de afecciones. De hecho, sin ánimo de ser exhaustivos, estas investigaciones han arrojado beneficios muy dispares de su consumo: propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas, el control de la obesidad o la lucha contra enfermedades como la arteroesclerosis, la cardiopatía, el ictus e la hipertensión. Incluso se le atribuye cierto poder, combinado con la maca negra, que ayudaría a incrementar de forma notable la producción de esperma. El camu camu también desfila como ingrediente estrella en la formulación de infinidad de productos de cosmética: cremas antiedad, hidratantes corporales...

Con tales credenciales, parace evidente que la conquista mundial del camu camu es inminente. De hecho, los países desarrollados ya han puesto sus ojos en esta fruta. Así, Japón se ha convertido en el mayor consumidor fuera de sus fronteras, seguido de Estados Unidos, Corea del Sur e Italia. Incluso hay famosos evangelistas, del tirón de Olivia Newton John, que aseguran poder aguantar sus exigentes actuaciones gracias al consumo previo de esta fruta. Lo cierto es que en Perú se muestran bastante entusiasmados con este producto de grandes perspectivas económicas, gracias al interés que su consumo ha despertado a lo largo y ancho del planeta.

¿Y qué hay de su sabor? Esta fruta con forma de cereza bastante carnosa posee un gusto ácido y un aroma exótico bastante agradable que recuerda un poco al clavo y la canela. Aunque algunos lo describirían simple y llanamente como un limón amargo. Sin duda alguna, estamos en los albores de un superalimento que es capaz de desbancar a los mismísimos arándanos.