Menú
Las proteínas 'fast food' se han convertido en el negocio redondo de la comida saludable
  1. Nutrición
De la 'carbofobia' a la 'proteinamanía'

Las proteínas 'fast food' se han convertido en el negocio redondo de la comida saludable

El boom de los gimnasios y la actividad física ha disparado la necesidad de proteína entre una población sin tiempo para cocinar. Las grandes compañías alimentarias han encontrado ahí su última mina de oro

Foto: Un hombre, bebiendo batido de proteínas. (iStock)
Un hombre, bebiendo batido de proteínas. (iStock)

La pasada semana, Pascual anunciaba un nuevo lanzamiento. El gigante lechero burgalés presentaba una marca y una gama de productos bajo el nombre Dinamic Protein. A primera vista parece una apuesta pequeña dentro de su conglomerado, según muestra la propia compañía, solo incluye bajo su paraguas algunas bebidas vegetales, leche y batidos. Pero su movimiento está lejos de ser una anécdota. Es el último ejemplo de un boom que no para de crecer: el de la proteína como reclamo alimentario.

La lechera ha sido la última en sumarse a un carro al que ya se han montado casi todos los grandes de la alimentación en nuestro país. Solo Mercadona ha sacado ya 23 productos bajo la etiqueta +Proteínas y Carrefour 15 bajo Proteína Plus. Central Lechera Asturiana también acaba de lanzar su propia leche con extra proteico y Burgo de Arias hasta ha contratado a Saúl Craviotto para colocar Protein + en el mercado. Una idea, la de tirar de famosos, que bebe de marcas como Prozis o MyProtein, convertidas en imperios de internet gracias a financiar con sus alimentos proteicos a casi cualquier influencer de fitness con algo de tirón. ¿Por qué tanto interés? La fiebre de la proteína mueve en España 342 millones de euros y solo Pascual busca ganar con su nueva apuesta 20 millones en tres años.

"Claramente, hay un cambio de pensamiento con la proteína que está atrayendo a mucha gente. Hace poco reinaba la idea en general de que en países como el nuestro consumíamos incluso más proteínas de las que necesitábamos. Pero estudios más recientes sobre la importancia de estos alimentos, sobre cómo afectan en el envejecimiento, han empezado a discutir esos varemos. A eso le sumas el aumento del interés por la actividad física y el deporte y ya tienes el boom de la proteína", explica el experto y docente en nutrición, Moisés Garrido. "En cuanto al tirón de los productos con el añadido de proteína, pues a la ecuación hay que sumarle que la gente no tiene tiempo para cocinar", añade.

En un mundo que cada vez se mueve más hacia los conceptos de comida saludable, las proteínas se han convertido en la última mina de oro de la industria alimentaria. Casan bien con la innovación y la alimentación healthy, salva los escollos del azúcar y la carbofobia y, quizá lo más importante, el consumidor se ha mostrado dispuesto a pagar más por consumirlas rápido y en grandes cantidades. El tirón de todo lo relacionado con el deporte ha sido su último trampolín para que de la noche a la mañana todo el mundo sepa lo que son los batidos de proteínas o que los suplementos pueden ayudarle a ganar masa muscular.

Las previsiones de Precende Research muestran que el mercado de la proteína podría doblarse en menos de 10 años. Pasando de los 10.000 millones de dólares que movió en 2022 a los más de 23.000 que movería en 2032. Son previsiones, pero muestran el optimismo que hay con estos productos. "Es un mercado muy competitivo y muchas empresas producen y comercializan productos proteicos", comenta la consultora. "En los últimos años, se ha visto impulsado por tendencias como la creciente popularidad de las proteínas de origen vegetal, el aumento de productos proteicos funcionales y fortificados y la creciente demanda de fuentes de proteínas sostenibles, naturales y de alta calidad", añade.

Entre los expertos en nutrición reina una mezcla de sensaciones. "Creo que los estudios de su impacto sobre la población más envejecida han hecho que muchos nos planteemos las ideas que teníamos sobre las proteínas", comenta Gemma del Caño, experta en seguridad alimentaria y divulgadora científica. "Obviamente, siempre hay dudas con las modas y demás, pero en este caso que se hagan productos como los cremosos ricos en proteína que pueden ayudar a que los mayores la consuman me parece un punto interesante", añade. "Lo importante siempre es que sepamos lo que consumimos y para qué".

Enganchados a los números

Un estudio realizado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y publicado en la revista científica 'Nutrients' en 2016 justo alertaba de que en España, debido a nuestro relevante consumo cárnico, ingeríamos muchas más proteínas de las recomendadas por las autoridades. En ese momento la evidencia científica indicaba (y así siguen siendo los varemos) que la ingesta diaria de proteínas debe situarse alrededor de 0,8 gramos por kilogramo de peso de la energía total, lo que representa aproximadamente el 12% de la ingesta de energía, estando desaconsejado exceder un límite superior del 15% de la energía total. Solo un 10% de la población estaría dentro de esas recomendaciones.

"La ingesta media diaria de proteínas en la población participante en el estudio ha sido de 74,5 a 22,4 gramos/día. Además, hemos podido comprobar diferencias en la ingesta entre sexos, ya que fue mayor en hombres (80,3 a 24,9 gramos/día) que en mujeres (68,5 a 17,7 gramos/día)", comentaba el presidente de FEN, Gregorio Varela-Moreiras.

Esta imagen choca con la realidad actual. "La recomendación es la que es, pero se basa en la proteína que debe consumir una persona poco activa, que apenas necesita moverse ni se ejercita. En ese caso con ese consumo es más que suficiente. Como la proteína, además, es un nutriente que no podemos guardar, lo que suele ocurrir con las personas que consumen más de lo que su cuerpo requiere es que lo acaban expulsando, así que no merece centrarse en ellas y si mirar a otros nutrientes", detalla Garrido. "La cosa es que la sociedad cada vez se mueve más y necesita más proteína para sus músculos. Además, se ha demostrado, es positivo para la gente mayor para contrarrestar la degeneración de su estructura", apunta.

Esa obsesión con los números es parte del boom de la proteína. Muchos de los productos que se venden traen muchos detalles sobre los gramos de proteína que incluyen y usan conceptos como el "plus" justo para poder alimentar esa necesidad de completar tareas. "Para que la gente lo tenga más o menos claro, un cuerpo humano medio, activo y que no tenga problemas renales ni nada así, puede consumir hasta 1,5 gramos de proteína por kilo de peso e incluso llegar a 2. La cosa es que dependiendo del ejercicio que se haga, con qué se consuma y cómo, se puede aprovechar mejor o peor", resume el experto. O acabar teniendo solo una orina cara.

El experto no ve mal que la gente se esté informando sobre estos asuntos y la proteína se haya convertido en un caballo de batalla dentro de la guerra por una alimentación más consciente y saludable, pero sí que lamente la obsesión con los números y, sobre todo, con las soluciones rápidas. "Hay alimentos de toda la vida que tienen altísimo contenido proteico, y platos que con comértelos ya tienes proteína para todo el día. Pero claro, hay que cocinar, y en la sociedad actual no hay tiempo para eso. De ahí que triunfen las soluciones rápidas, aunque no sean tan efectivas y sí mucho más caras". Un ejemplo claro, asegura, es el pescado. "Es una de las mejores fuentes de proteínas, pero claro tienen espina, a mucha gente no les convence el sabor... Y los sustituyen por suplementos".

La guerra de la calidad

En esa guerra por la calidad en productos que no necesiten mucha preparación parece centrarse ahora la industria alimentaria. De ahí, por ejemplo, nace Wovo, una marca de la avícola gallega Campomayor que vende bebidas y cremosos basados en clara de huevo. Ya ha ganado premios de innovación y se está intentando hacer un hueco en este mercado. "Nosotros intentamos separarnos un poco del sector deportista porque eso es un mundo diferente con unas necesidades muy específicas para centrarnos en la población más general que busca productos proteicos y saludables", comenta Sofía Pérez Fórneas, directora de negocio y crecimiento de la marca.

"Nosotros nos hemos centrado en la calidad porque la gente cada vez es más consciente de lo que toma y quiere tomar. Nuestra bebida está basada en unas patentes que teníamos y conseguimos hacer productos de clara de huevo que pueden mantenerse en temperatura ambiente y consumirse de forma fácil y rica", añade. De momento la marca no se pone objetivos muy cercanos, pero muestran que incluso fuera de los grandes nombres hay un gran número de actores interesados en adentrarse en este mundo.

Por su parte, expertos como Garrido, recomiendan separarse de modas y soluciones rápidas para aprovechar este tirón healthy descubriendo la cocina y los productos. "Un alimento muy olvidado en este sentido son los garbanzos, que se pueden cocinar de mil formas y ofrecen una fuente tremenda de proteínas", detalla. "Fíjate si nuestro cuerpo es inteligente y lleva años de evolución que se ha demostrado que aprovecha de forma más efectiva el consumo de proteínas si se toman unidas con carbohidratos. Mientras que si las tomas solas y concentradas se desaprovechan mucho más", termina.

La pasada semana, Pascual anunciaba un nuevo lanzamiento. El gigante lechero burgalés presentaba una marca y una gama de productos bajo el nombre Dinamic Protein. A primera vista parece una apuesta pequeña dentro de su conglomerado, según muestra la propia compañía, solo incluye bajo su paraguas algunas bebidas vegetales, leche y batidos. Pero su movimiento está lejos de ser una anécdota. Es el último ejemplo de un boom que no para de crecer: el de la proteína como reclamo alimentario.

La salud del deporte
El redactor recomienda