Comer pocos hidratos puede aumentar el riesgo de infarto
Aunque los hidratos de carbono son esenciales para el óptimo rendimiento del organismo, están mal vistos. Ahora, un nuevo estudio revela que su ausencia podría conllevar riesgos
Los carbohidratos son macronutrientes básicos (deben aportar entre el 45% y el 60% de las calorías diarias) que el organismo utiliza para obtener energía y, por tanto, funcionar a pleno rendimiento durante toda la jornada. Son, en definitiva, el combustible de nuestro cuerpo y, por ende, esenciales para el organismo e imprescindibles en el marco de una dieta sana, variada y equilibrada.
No obstante, hace algunos años un estudio publicado en la revista 'American Journal of Clinical Nutrition' puso sobre la mesa que los hidratos de carbono no son tan beneficiosos y saludables como creemos, puesto que son los responsables del aumento y el descenso de los picos de azúcar en sangre, los cuales incrementan la sensación de hambre, nos llevan a comer más y, por tanto, nos hacen ganar kilos. Esta conclusión conllevó la demonización de estos macronutrientes y, en consecuencia, muchos tomaron la decisión de excluirlos de su alimentación y otros limitaron drásticamente su consumo. Incluso han nacido dietas y tendencias que abogan por excluir a estos macronutrientes de la alimentación o que reducen sobremanera su ingesta.
Pues bien, el estudio realizado por Maciej Banach, profesor de la Universidad Médica de Lodz (Polonia), ha desvelado que las dietas bajas en carbohidratos son poco seguras y plantean numerosos riesgos para la salud personal. Según Banach, "hemos descubierto que las personas que consumían una dieta baja en carbohidratos tenían un mayor riesgo de muerte prematura. También aumentaban los riesgos de las causas individuales de muerte, incluida la enfermedad coronaria, apoplejía y cáncer. Estas dietas deben evitarse".
Dietas bajas en hidratos, a juicio
Asimismo, dicho estudio entró a analizar la relación entre la obesidad y una dieta baja en carbohidratos. No obstante, la obesidad es un problema de salud de suma importancia en todo el mundo, puesto que incrementa el riesgo de padecer diferentes enfermedades crónicas, especialmente enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2, hipertensión y cáncer. Para poner fin a este problema de peso desmedido y perder kilos, muchos especialistas han sugerido el mantenimiento de una dieta baja en carbohidratos, en la que primen las grasas y las proteínas. Según este estudio, la seguridad que comportan este tipo de dietas a largo plazo es discutible, ya que algunos estudios que se han llevado a cabo con anterioridad revelaron resultados contradictorios en lo que respecta a la influencia de dichas dietas bajas en carbohidratos sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular, muerte y cáncer.
Según el estudio, quien consume menos cantidad de carbohidratos tiene un 32% más posibilidades de morir
Para llegar a dichas conclusiones, los autores de este estudio llevaron a cabo un análisis prospectivo de la (posible) relación entre las dietas bajas en hidratos de carbono, el fallecimiento por todas las causas y la muerte por enfermedades coronarias, cerebrovasculares y cáncer. Eligieron una muestra de 24.825 personas, las cuales habían participado en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Estados Unidos desde 1999 hasta 2010. Un 51% de los participantes fueron mujeres, mientras que la edad promedio de todos ellos era de 47,6 años.
Las dietas bajas en hidratos acortan la vida
Una vez elegidos los participantes, los investigadores llevaron a cabo un análisis y una comparativa de aquellos que mantenían una dieta rica en carbohidratos con los que optaban por una ingesta más baja de estos macronutrientes. Comprobaron que quienes consumían menos cantidad tenían un 32% más posibilidades de morir durante un periodo de seguimiento de 6,4 años. Esto no es todo, porque también pudieron verificar que se incrementaban los riesgos de fallecer por enfermedad coronaria, cáncer y enfermedad cererbrovascular en un 51%, 50% y 35% respectivamente.
Por tanto, los resultados del estudio de Banach ponen de relieve la importancia de consumir estos macronutrientes, pues "las dietas bajas en carbohidratos pueden ser útiles a corto plazo para perder peso, disminuir la presión sanguínea y mejorar el control de la glucosa en sangre, pero nuestro estudio sugiere que a largo plazo están relacionadas con un mayor riesgo de muerte debido a enfermedad cardiovascular, enfermedad cerebrovascular y cáncer".
No solo es pan
Finalmente, el profesor Banach estableció en dicho estudio las razones que vinculan las dietas escasas en carbohidratos con la muerte. Recordó que la proteína procedente de los animales, muy específicamente la carne roja y la procesada, ya han sido relacionadas con un incremento del riesgo de padecer cáncer. Por tanto, "la ingesta reducida de fibra y frutas y el aumento de la ingesta de proteínas animales, colesterol y grasas saturadas con estas dietas pueden desempeñar un papel. Las diferencias en minerales, vitaminas y fitoquímicos también podrían estar involucradas".
En conclusión, parece ser que los carbohidratos no son los villanos de una dieta sana y equilibrada y, por tanto, son indispensables si queremos ganar en salud y reducir el riesgo de enfermar y morir. Aunque muchos relacionan el concepto de carbohidrato solo con pan, pasta y cereales, lo cierto es que este grupo de macronutrientes incluye más alimentos como las frutas, las legumbres o las verduras. Claro que, como la lista es más extensa de lo que el consumidor tiene en mente, su presencia es muy importante en la alimentación diaria. De hecho, "las dietas bajas en carbohidratos no son seguras y no deberían recomendarse".
Los carbohidratos son macronutrientes básicos (deben aportar entre el 45% y el 60% de las calorías diarias) que el organismo utiliza para obtener energía y, por tanto, funcionar a pleno rendimiento durante toda la jornada. Son, en definitiva, el combustible de nuestro cuerpo y, por ende, esenciales para el organismo e imprescindibles en el marco de una dieta sana, variada y equilibrada.