Este es el gran beneficio asociado a comer queso
Una investigación constata que el consumo de ciertos alimentos sí protege del deterioro cognitivo, como es el caso de este lácteo o del vino si se toma con moderación
Realmente somos lo que comemos. Y podemos incluso tener mayor agilidad mental y memoria si comemos más de determinados alimentos, como demuestra una investigación. Concretamente, queso.
Se trata de un producto lácteo fermentado que tradicionalmente forma parte de la dieta mediterránea y que de forma frecuente es consumido por miles de millones de personas en todo el mundo. Un patrón de alimentación saludable en las Guías Alimentarias para Estadounidenses 2015-2020 incluye leche, yogur y queso; sin embargo, las directrices también señalan que debido a que la mayoría de los quesos contienen más sodio y grasas saturadas, una mayor ingesta de productos lácteos sería más beneficiosa si se seleccionaran más productos lácteos descremados o bajos en grasa en lugar del queso.
Hasta ahora, los efectos del consumo de queso a largo plazo en la salud humana se han investigado en muchos estudios epidemiológicos, pero los hallazgos son inconsistentes. La evidencia científica de una revisión sistemática o metaanálisis previos indicó que el consumo de productos lácteos, incluido el queso, se asoció inversamente con el riesgo de diabetes tipo 2, como publica 'American Journal of Nutrition'.
Sin embargo, otro trabajo publicado en 'Calcified Tissue International' documenta que los productos lácteos proporcionan un paquete de nutrientes esenciales que es difícil de obtener en dietas bajas de ellos o que los excluyen totalmente. El trabajo de revisión certifica: “Puede haber una asociación débil entre el consumo de lácteos y una posible pequeña reducción de peso, con disminuciones en la masa grasa y circunferencia de la cintura y aumentos en la masa corporal magra. Pero, sin embargo, no aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, especialmente si son bajos en grasas. La ingesta de hasta tres porciones de los mismos por día parece ser segura y puede conferir un beneficio favorable con respecto a la salud ósea”.
Nuevas evidencias
Ahora sale a la luz un nuevo trabajo de la Universidad Estatal de Iowa (EEUU), publicado en 'Journal of Alzheimer's Disease', que apunta sus virtudes para el cerebro. El estudio, encabezado por la investigadora principal Auriel Willette, profesora asistente en Ciencias de los Alimentos y Nutrición Humana de la Universidad de Iowa, es el primero de su tipo en un análisis a gran escala que conecta alimentos específicos con la agudeza cognitiva en el futuro.
Los investigadores analizaron datos recopilados de 1.787 adultos mayores (de 46 a 77 años, al finalizar el estudio) en el Reino Unido a través del Biobank del mencionado país, una base de datos biomédica a gran escala y un recurso de investigación que contiene profunda información genética y de salud de medio millón de participantes del citado país.
La base de datos es accesible a nivel mundial para los investigadores aprobados que realizan estudios vitales sobre las enfermedades más comunes y potencialmente mortales del mundo.
Prueba de inteligencia fluida
Los participantes completaron una prueba de inteligencia fluida (FIT, por sus siglas en inglés) como parte del cuestionario de pantalla táctil al inicio (compilado entre 2006 y 2010) y luego en dos evaluaciones de seguimiento (realizadas desde 2012 hasta 2013 y nuevamente entre 2015 y 2016). El análisis FIT proporciona una instantánea en el tiempo de la capacidad de un individuo para "pensar sobre la marcha".
Los participantes también respondieron preguntas sobre su consumo de alimentos y alcohol al inicio del estudio y a través de dos evaluaciones de seguimiento. El cuestionario de frecuencia alimentaria inquirió también a los participantes sobre su ingesta de frutas frescas, frutos secas, verduras crudas y ensaladas, verduras cocidas, pescado azul, pescado magro, carne procesada, aves, ternera, cordero, cerdo, queso, pan, cereales, té y café. Asimismo, sobre cerveza y sidra, vino tinto, vino blanco y cava y licor.
Estos son cuatro de los hallazgos más importantes del estudio:
- El queso, con mucho, demostró ser el alimento más protector contra los problemas cognitivos relacionados con la edad, incluso en etapas avanzadas de la vida.
- El consumo diario de alcohol, particularmente vino tinto, se relacionó con mejoras en la función cognitiva.
- Se constató que la ingesta semanal de cordero, pero no otras carnes rojas, mejora la destreza cognitiva a largo plazo.
- El consumo excesivo de sal es malo, pero solo las personas que ya están en riesgo de contraer la enfermedad de Alzheimer pueden necesitar vigilar su consumo para evitar problemas cognitivos con el tiempo.
"Me sorprendió gratamente que nuestros resultados sugirieran que comer queso y beber vino tinto de manera responsable a diario no solo es bueno para ayudarnos a hacer frente a nuestra actual pandemia de covid-19, sino quizás también para lidiar con un mundo cada vez más complejo que nunca parece detenerse", asevera Willette.
E insiste: "Si tenemos en cuenta si esto se debía solo a lo que comen y beben las personas adineradas, se necesitan ensayos clínicos aleatorios para determinar si hacer cambios sencillos en nuestra dieta podría ayudar a nuestro cerebro de manera significativa".
"Dependiendo de los factores genéticos, algunas personas parecen estar más protegidas de los efectos de la enfermedad de Alzheimer, mientras que otras parecen tener un mayor riesgo. Dicho esto, creo que las elecciones de alimentos correctas pueden prevenir la enfermedad y el deterioro cognitivo en conjunto. Quizás la solución milagrosa que estamos buscando es mejorar la forma en que comemos. Saber lo que eso implica contribuye a una mejor comprensión del alzhéimer y a poner esta enfermedad en una trayectoria inversa", recuerdan los investigadores.
Realmente somos lo que comemos. Y podemos incluso tener mayor agilidad mental y memoria si comemos más de determinados alimentos, como demuestra una investigación. Concretamente, queso.