Los nuevos hallazgos en el fármaco más prometedor contra el alzhéimer

El Lecanemab se presenta en la actualidad como uno de los fármacos más prometedores para luchar contra el alzhéimer. Aunque todavía está en fase experimental, este tratamiento ha demostrado ralentizar un 27% el deterioro cognitivo de los pacientes que tienen esta enfermedad neurodegenerativa.

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El medicamento en cuestión está diseñado para prevenir la progresión del alzhéimer mediante la unión de un anticuerpo al beta amiloide (que se presenta en acumulaciones anormales en el cerebro de los pacientes con esta enfermedad, la forma más común de demencia) y su eliminación, para evitar la destrucción de células nerviosas.

Desde el 6 de enero, Lecanemab cuenta con la aprobación acelerada en Estados Unidos, aunque deberá ser ratificada en julio, y también desde ese mismo mes la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) está revisando su autorización.

Nuevos hallazgos del Lecanemab

Una nueva investigación, publicada este miércoles en la revista Neuron, ha demostrado que el Lecanemab ayuda a neutralizar los efectos de los pequeños agregados tóxicos de amiloide.

El estudio, liderado por científicos de la Escuela de Medicina Harvard (EEUU), ha conseguido aislar pequeños agregados de amiloide a partir de cerebros de enfermos de alzhéimer post mortem. El logro ha permitido estudiar la estructura de estos grumos, que existen fuera de las placas y que son considerados altamente tóxicos, así como comprobar su efecto sobre las sinapsis. Y, además, los autores han demostrado que el fármaco Lecanemab es capaz de unirse a ellos y de ayudar a neutralizar su acción.

"El artículo es muy oportuno porque, por primera vez en la historia de la humanidad, disponemos de un agente que puede tratar realmente a los enfermos de alzhéimer de forma que se ralentice su deterioro cognitivo", señala el autor principal del estudio, Dennis Selkoe. "Y nunca habíamos podido decir esas palabras hasta los últimos meses".

"Pero nadie había sido capaz de definir con rigor estructural qué es una protofibrilla u oligómero al que se une Lecanemab", apunta Andrew Stern, neurólogo del Hospital Brigham and Women's. "Nuestro trabajo identifica esa estructura tras aislarla del cerebro humano. Esto es importante porque los pacientes y los fabricantes de fármacos querrán saber a qué se une exactamente el Lecanemab. ¿Podría revelar algo especial sobre su funcionamiento?".

"Si no conoces a tus enemigos, es difícil derrotarlos", afirma Selkoe, al tiempo que indica que "fue una coincidencia muy agradable que todo este trabajo que estábamos haciendo coincidiera con el momento en que el Lecanemab se hizo ampliamente conocido y disponible. Esta investigación aúna la identidad del malo y algo que puede neutralizarlo".

Los siguientes pasos para el equipo son observar cómo estos diminutos agregados de beta amiloide se desplazan por el cerebro de animales vivos y estudiar cómo responde el sistema inmunitario a estas sustancias tóxicas. "Si podemos averiguar exactamente cómo ejercen su toxicidad estas diminutas fibrillas difusibles, quizá los próximos fármacos contra el alzhéimer puedan ser mejores", concluye Stern.

Por su parte, Xavier Morató, director de ensayos clínicos de Ace Alzheimer Center Barcelona, señala sobre esta investigación que “el mecanismo de acción de lecanemab está bastante estudiado in vitro, pero se necesitan más estudios para entender a qué especies concretas del péptido b-amiloide se une el anticuerpo monoclonal y así poder diseñar las famosas starting/stoping rules”. Pero, basándose en los resultados de este trabajo, "la administración continuada de Lecanemab en pacientes con enfermedad de Alzheimer, una vez reducidos los niveles de placa amiloide, podría ayudar a reducir la neurotoxicidad de los oligómeros y de las fibras solubles en la sinapsis”, valora en declaraciones a SMC España.

Cautela con estos medicamentos

A pesar de los grandes avances en la lucha contra el alzhéimer que ha demostrado Lecanemab, se debe trasmitir cautela. Por el momento se desconocen muchos datos sobre su efectividad. Igualmente, su seguridad sigue en evaluación y hace poco más de un mes se supo que encogía el cerebro, algo que los expertos no saben si es bueno o malo.

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Sin querer ser pesimistas, pero sí realistas, también es importante recordar otros tratamientos contra el alzhéimer que se anunciaron a bombo y platillo y no tuvieron el efecto finalmente deseado. Por ejemplo, en junio de 2021 se celebró la aprobación estadounidense de un fármaco contra esta demencia, el Aduhelm, aunque entonces no había resultados concluyentes. Un año después, resultó un fracaso clínico y comercial en EEUU. En Europa ni siquiera se aprobó por la autoridad competente.