Vitamina D, en su justa medida: los riesgos de pasarte con los suplementos
El incremento de la suplementación de esta vitamina pone en la palestra la necesidad real de prescribirla y los riesgos que la población está asumiendo si la consume sin motivo
A medida que avanza el año, las horas de sol aumentan y con ello las posibilidades de incrementar la producción de vitamina D que hace el organismo gracias a la exposición solar, lo cual es una de las formas más eficaces de sintetizar este micronutriente tan importante para la salud ósea de las personas. En España, uno de los países más soleados del planeta, a priori, uno pensaría que estamos, en cierto modo, protegidos del déficit de vitamina D, del que, parece ser, adolece gran parte de la población mundial. Sin embargo, ya en 2014, un estudio impulsado por el Hospital Universitario Virgen de Valme, el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba y el Hospital Universitario Reina Sofía, publicado en la revista Osteoporosis y Metabolismo Mineral con el título Deficiencia de vitamina D en España. ¿Realidad o mito?, concluía que la deficiencia de vitamina D en España no es un mito, sino una realidad, de importante repercusión sobre la salud ósea y probablemente sobre la salud del organismo en su conjunto.
La insuficiencia de vitamina D en la población mundial es una realidad, según estudios
Sus autores, José Manuel Gómez Quesada y Cristina Navarro Valverde, observaron que "en España, como en el resto del mundo, la insuficiencia de vitamina D o incluso franca deficiencia se encuentra ya en niños o en jóvenes, y persiste en adultos, en mujeres posmenopáusicas (osteoporóticas o no) y en ancianos que viven en sus casas, y que en estos es mayor si viven en residencias, con una variación estacional que apenas llega a normalizarse después del verano-otoño".
Casi una década después, una investigación reciente publicada en la revista de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia ha realizado un seguimiento a 212 pacientes de un único centro de salud de Castilla y León, en el que concluye que existe una elevada proporción de peticiones de niveles y prescripciones de dosis altas de vitamina D no justificadas. A partir de estas cifras y sus conclusiones, la preocupación de una parte de la comunidad científica reside en los posibles efectos adversos relacionados con la ingesta de vitamina D sin justificación clínica y sin revisión periódica de su necesidad.
¿Está o no está justificada la alarma?
Los estudios que hablan de falta de vitamina D en la población chocan frontalmente con aquellos otros que alertan de la inexistencia de este problema y, por tanto, de la peligrosidad de prescribir suplementación de este micronutriente sin motivo. En este escenario, Salvador Mut, director del Máster Universitario en Bioética en la Universidad Internacional de Valencia (VIU), se posiciona entre aquellos que afirman la deficiencia mundial del micronutriente.
"La falta de vitamina D afecta a nivel global a más de la mitad de la población. En un estudio de revisión de artículos referentes a este tema se encontró que el 80% de las muestras evaluadas estaban por debajo del límite inferior de 30 nanogramos/ml (cantidad recomendada)", apunta el experto, quien considera que "es necesario mejorar el consumo de vitamina D, junto con el del calcio a nivel de la población general. Hemos creído siempre que en las regiones con abundancia de radiación solar la deficiencia de vitamina D era muy poco probable, pero los datos a nivel global demuestran lo contrario".
Tomar más vitamina D es un riesgo evitable
La salud ósea depende de esta vitamina, por lo que mantener unos niveles adecuados es clave para evitar patologías como la osteoporosis. Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, la ingesta diaria recomendada de vitamina D son 600 unidades internacionales (UI) en adultos menores de 70 años y 800 UI en adultos mayores de 80 años. ¿Cómo podemos alcanzar esas cantidades? "El aporte de vitamina D en las personas sanas debe realizarse a través de la dieta. Los alimentos más ricos en este micronutriente son los pescados, principalmente atún, bonito, caballa, jurel, arenque y sardinas, entre otros. También se produce la síntesis de vitamina D a través de la piel cuando esta se expone a la luz solar/radiación ultravioleta. La otra opción es a través de suplementos específicos o en combinación con otras vitaminas (polivitamínicos)", aclara el experto.
El exceso de vitamina D puede provocar calcificaciones en órganos y tejidos
Esa suplementación de vitamina D es la que se encuentra actualmente cuestionada, ya que, en el caso consumirla por encima de lo necesario, "puede resultar peligrosa", asegura Mut. Una ingesta desproporcionada "puede provocar un aumento de los niveles de calcio en sangre (hipercalcemia) y en orina. Si la calcemia se mantiene elevada de forma prolongada puede producir calcificaciones en diferentes órganos o tejidos como los riñones, el corazón, la arteria aorta, los testículos, el timo o la mucosa intestinal. Otros efectos del consumo excesivo afectarían a los niveles de fosfatos y proteínas en orina", alerta.
La cuestión es que estas consecuencias dañinas podrían ser perfectamente evitables siempre y cuando la suplementación, tanto si se trata de vitamina D como de cualquier otra sustancia, se haga "con la recomendación de un profesional de la salud y, a ser posible, con una analítica previa que determine los niveles de vitamina D", asevera el profesor.
A medida que avanza el año, las horas de sol aumentan y con ello las posibilidades de incrementar la producción de vitamina D que hace el organismo gracias a la exposición solar, lo cual es una de las formas más eficaces de sintetizar este micronutriente tan importante para la salud ósea de las personas. En España, uno de los países más soleados del planeta, a priori, uno pensaría que estamos, en cierto modo, protegidos del déficit de vitamina D, del que, parece ser, adolece gran parte de la población mundial. Sin embargo, ya en 2014, un estudio impulsado por el Hospital Universitario Virgen de Valme, el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba y el Hospital Universitario Reina Sofía, publicado en la revista Osteoporosis y Metabolismo Mineral con el título Deficiencia de vitamina D en España. ¿Realidad o mito?, concluía que la deficiencia de vitamina D en España no es un mito, sino una realidad, de importante repercusión sobre la salud ósea y probablemente sobre la salud del organismo en su conjunto.